Diccionario de economía política

El presente Diccionario de economía política va destinado a quienes estudian esta disciplina en los cursos de educación política. También será de utilidad para los alumnos de economía política en los centros de enseñanza superior y en las escuelas técnicas.

El Diccionario no incluye toda la terminología de la economía política sin excepción. Se explican en él de manera concisa, lacónica, los conceptos, términos, leyes y categorías económicas fundamentales con que el lector se encuentra frecuentemente al estudiar la teoría marxista-leninista. Asimismo figuran en el Diccionario varios artículos críticos acerca de algunos economistas burgueses y pequeño-burgueses y sus teorías.



ACUMULACIÓN DEL CAPITAL: La transformación de la plusvalía en capital. La fuente de la acumulación capitalista radica en la plusvalía creada por el trabajo no remunerado de los obreros asalariados. Los motivos propulsores de la acumulación del capital son la sed de ganancia de los capitalistas y la competencia. La acumulación del capital tiene lugar en el proceso de la reproducción capitalista ampliada. En el proceso de la acumulación del capital se efectúa la reproducción de las relaciones capitalistas de producción, se repite la explotación en mayor escala: aumenta el capital en manos de los capitalistas y, al mismo tiempo, crece el ejército explotado de obreros asalariados. Cuando, en una proporción dada, la plusvalía se divide en fondo para el consumo personal del capitalista y fondo utilizado para ampliar la producción, la magnitud de la acumulación será determinada por el volumen absoluto de la plusvalía. Todos los factores que contribuyen a elevar la plusvalía incrementan la acumulación del capital. Esto concierne, ante todo, al aumento del grado de explotación de los obreros, a la reducción de sus salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo. El crecimiento de la acumulación capitalista depende de lo que se eleve la fuerza productiva del trabajo, de la magnitud del capital en funciones, etc. La acumulación del capital se da cuando crece su composición orgánica, y conduce inevitablemente a la formación del ejército industrial de reserva, al paro forzoso. El crecimiento de la riqueza en manos de los capitalistas va acompañado del empeoramiento de la situación de los trabajadores (ver Ley general de la acumulación capitalista). Bajo el imperialismo, los monopolios tienen la posibilidad económica de aumentar sistemáticamente la acumulación a costa de la superganancia monopolista. Además de apropiarse de la plusvalía creada por los obreros en las empresas monopolistas, redistribuyen en su propio favor parte de la ganancia de las pequeñas, medias e incluso grandes empresas no monopolizadas. Los monopolios expolian a los pequeños productores de mercancías adueñándose de parte del producto necesario creado por estos últimos, explotan cruelmente a la población de los países poco desarrollados y dependientes. Sirve de importante medio de acumulación de capital en manos de los grandes monopolios, la militarización de la economía, la carrera de armamentos. En el proceso de acumulación del capital, se acentúan las contradicciones del capitalismo, se socializa la producción y el trabajo, se crean las premisas objetivas y subjetivas para que el socialismo sustituya al capitalismo.


BALANCE DE LA ECONOMÍA NACIONAL: sistema de índices científicamente establecidos e interconexionados, que refleja la escala y los ritmos de la reproducción socialista ampliada, muestra las proporciones fundamentales del desarrollo de la economía nacional. Actualmente se establece en la práctica una distinción entre el balance planificado de la economía nacional y el balance de resultados. En el primero se reflejan los datos fundamentales del desarrollo de la economía nacional en el próximo período. El balance de resultados proporciona una característica de lo que realmente se ha obtenido en cumplimiento de las tareas señaladas en el plan, ofrece el material analítico indispensable para establecer el balance planificado. En el balance de resultados, pueden darse incluso índices no previstos en el plan (índices de fuentes adicionales de recursos, de pérdidas imprevistas, etc.). Sirven de base para el balance de la economía nacional los índices de la reproducción ampliada del producto social global. En ellos se refleja el contenido material del producto social, las conexiones materiales reciprocas entre las distintas ramas de la economía del país, así como las proporciones en que se distribuyen el producto social y la renta nacional. En el balance de la economía nacional, la reproducción ampliada del producto social no se examina de manera aislada, sino en unidad con los otros factores de la reproducción: mano de obra, instrumentos y objetos de trabajo. Resulta pues, que, en el balance de la economía nacional se hallan reflejados como elementos de un todo único el trabajo social, la producción, la distribución, el intercambio, el consumo y la acumulación del producto social y de la renta nacional. El balance de la economía nacional consta de las siguientes partes: 1) reproducción de los recursos de mano de obra; 2) reproducción del producto social en su composición material-natural; 3) reproducción del producto social según su valor bajo el aspecto de la formación y utilización de los ingresos. Cada una de estas partes se halla representada en el balance de la economía nacional ante todo por el del correspondiente balance general, que abarca: el “Balance de los recursos de mano de obra en la economía nacional’’, el “Balance de la producción, del consumo y de la acumulación del producto social”, el “Balance de la producción, de la distribución y de la redistribución del producto social y de la renta nacional en la economía nacional”. A su vez, estos balances se complementan orgánicamente mediante un sistema de balances y cuadros parciales, cuyo objetivo consiste en reflejar de manera más detallada determinados aspectos de la reproducción. Cada uno de estos balances posee, además, su significado independiente. Cabe citar, entre ellos, los siguientes: balance de los recursos de mano de obra según el territorio del país, balance de utilización del tiempo de los obreros en las diversas ramas de la economía nacional, balances materiales según los tipos de artículos, balance de ingresos y egresos monetarios de la población, balance de los fondos básicos, cuadro de los índices de producción por habitante de los productos más importantes, y otros varios. El conjunto de índices de los capítulos principales encuentra su lugar, de manera resumida, en el cuadro general del balance de la economía nacional, cuadro cuyo propósito básico estriba en reflejar, en un esquema único, la interconexión de los procesos fundamentales de la reproducción socialista ampliada. Por lo común, el balance de la economía nacional se efectúa por un periodo de un año y sobre la base de los precios vigentes, lo cual permite establecer las correlaciones e interconexiones reales de la reproducción ampliada. Para estudiar la dinámica del desarrollo de la economía nacional, los índices esenciales se calculan asimismo en precios comparativos. En el balance de la economía nacional, los datos principales se muestran según las formas de propiedad y los grupos sociales de la población, lo cual permite observar cómo se fortalecen y se desarrollan las relaciones socialistas de producción, permite reflejar el curso de desarrollo de la sociedad en el tránsito del socialismo al comunismo.



BASE MATERIAL Y TÉCNICA DEL SOCIALISMO: gran producción maquinizada moderna que abarca todas las ramas de la economía nacional y se basa en la propiedad social de los medios de producción. “La única base material del socialismo puede ser la gran industria maquinizada, capaz de reorganizar también la agricultura’’ (V. I. Lenin). Por su contenido físico, la base material y técnica del socialismo constituye ante todo un sistema de producción de la economía nacional formado por diversos medios de trabajo. Son inherentes a la base material y técnica del socialismo: la técnica avanzada y en rápido desarrollo, la alta concentración de la producción, la especialización y cooperación en la misma, el crecimiento del nivel cultural y técnico de los trabajadores y la elevación incesante de la productividad del trabajo. Esta base material y técnica se crea de manera planificada por medio de la industrialización socialista, que se lleva a cabo teniendo en cuenta las peculiaridades nacionales e históricas, así como las posibilidades naturales y económicas, del país dado. En la U.R.S.S. la base material del socialismo se creó ya antes de la segunda guerra mundial. La edificación de la base material y técnica del socialismo en cada país socialista asegura: el dominio absoluto de la propiedad social sobre los medios de producción y de las relaciones de producción socialistas en la ciudad y en el campo, la liquidación total de las clases explotadoras y de las causas que engendran la explotación del hombre por el hombre, la eliminación de todas las condiciones que provocan el paro forzoso en la ciudad y la ruina de los campesinos en el campo, un mejoramiento radical de las condiciones de vida de todos los trabajadores, un general reforzamiento del poderío económico de todos los estados socialistas. Durante el paso gradual del socialismo a la fase superior de la sociedad comunista se crea la base material y técnica del comunismo.
CÁLCULO ECONÓMICO: método de gestión económica planificada en las empresas socialistas basado en la confrontación monetaria de los gastos y resultados de la actividad económica propia en la compensación de los gastos de las empresas mediante sus propios ingresos, en la rentabilidad, en el interés material y en la responsabilidad de la empresa y de sus trabajadores. Las empresas organizadas según el principio del cálculo económico se diferencian de las empresas o instituciones cuyos gastos se cubren mediante asignaciones presupuestarias, en que los gastos derivados de la actividad de la empresa se han de cubrir con los recursos obtenidos mediante la realización del producto fabricado, y los beneficios han de tener el mismo origen. En el cálculo económico encuentran su reflejo las relaciones económicas que existen: 1) entre las empresas y el Estado socialista, 2) entre las propias empresas, 3) entre las empresas y su personal. El cálculo económico se basa en la utilización de todo el sistema de leyes económicas del socialismo. Su vínculo más estrecho se da con la ley económica fundamental del socialismo, con la ley del desarrollo planificado de la economía nacional y con la ley del valor. Para aplicar el cálculo económico, son indispensables varias condiciones. En primer lugar, la empresa organizada sobre la base del cálculo económico posee cierta independencia económica operativa en el marco del plan general del Estado. Ello se manifiesta en el hecho de que cada empresa estatal recibe del Estado socialista los medios necesarios (básicos y rotativos) y puede utilizarlos según propia iniciativa para aprovecharlos del mejor modo posible, y cada empresa cooperativa es dueña de determinados medios. Para cumplir su plan de producción, la empresa tiene derecho a concertar acuerdos económicos con otras empresas. La autonomía de la empresa organizada bajo el régimen del cálculo económico encuentra también su reflejo en el derecho a recibir créditos bancarios para hacer frente a necesidades temporales, etc. Bajo el socialismo, la independencia de las empresas estatales posee un carácter relativo: es una independencia en el marco de las tareas planificadas, en la elección de las medidas concretas para cumplir el plan. En el carácter de las relaciones reciprocas entre las empresas y el Estado se revela con toda claridad el principio según el cual la dirección centralizada y planificada ha de combinarse con la iniciativa de los organismos locales. Uno de los principios del cálculo económico estriba en el sistemático control financiero (control por medio del rublo) de la actividad económica de las empresas. El control por medio del rublo se lleva a cabo por otras empresas a tenor de acuerdos económicos. Las relaciones contractuales permiten concretar las tareas planificadas correspondientes a las empresas. El cumplimiento de las condiciones del contrato permite dar cima a los planes aprobados para abastecer la economía nacional de productos de determinadas cualidades y surtidos en los plazos necesarios. La responsabilidad de las partes por la puntual observancia de las condiciones establecidas se fija en los contratos. La aplicación de sanciones económicas (compensaciones multas) a la empresa que no cumple las condiciones del contrato contribuye a que se organice mejor la producción, a que se aplique el régimen de economías y a que se reduzca el costo de producción. El sistema crediticio se vale del rublo para establecer el control del trabajo de las empresas sobre todo en el proceso de la concesión de los créditos, que se otorgan por determinados plazos y con un fin concreto, han de ser reintegrados y exigen el pago de un determinado interés. Las instituciones del sistema crediticio pueden contribuir a mejorar el trabajo de las empresas y a consolidar el régimen de cálculo económico imponiendo sanciones crediticias y de otro tipo a las empresas que no cumplen con puntualidad las obligaciones contraídas. Los órganos financieros también controlan el trabajo de las empresas al percibir las sumas del impuesto sobre la circulación y las deducciones de las ganancias, al comprobar los estados de cuentas de las empresas, etc. En el periodo de la edificación de la sociedad comunista en todos los frentes, se eleva más aun la importancia del control de la marcha de las empresas y la consolidación de su economía por medio del rublo. Para organizar el cálculo económico es de gran trascendencia el interés material, personal y colectivo, de los trabajadores por los resultados de su trabajo. El interés material por el cumplimiento del plan, por la reducción de los gastos de producción, por el crecimiento de la rentabilidad no sólo se asegura a través del sistema de salarios, sino, además, mediante la formación y la utilización del fondo de la empresa, cuyo volumen se establece en dependencia de la magnitud de la ganancia, es decir, de los resultados de la gestión económica de la empresa. Dicho fondo se utiliza para ampliar la producción en la empresa dada, en parte para la construcción de casas de reposo, clubes, viviendas y para conceder premios a los mejores trabajadores. En la U.R.S.S., el interés material de los trabajadores de las empresas por el cumplimiento y superación del plan, por la reducción de los costos y por el crecimiento de la rentabilidad presupone la concesión de premios a las empresas según los resultados de la emulación socialista en toda la Unión Soviética, y también la entrega de premios a los dirigentes, a los ingenieros y demás personal técnico y a los empleados por el cumplimiento y superación de los planes en cuanto a la reducción del coste de producción y al establecimiento de nuevos procedimientos técnicos. El cálculo económico contribuye a que se cumplan con éxito los planes de las empresas y, por consiguiente, el plan de la economía nacional en su conjunto. En un grado u otro, los principios del cálculo económico se aplican en el interior de las empresas (en los talleres, en los sectores de producción, en las brigadas). Los elementos fundamentales del cálculo económico interior son la contabilidad de los gastos en forma monetaria y su cotejo con las tareas planificadas y los resultados económicos; el estimulo material de los trabajadores que hayan alcanzado mejores índices en la economía de recursos y en la reducción de los costos de taller, etc.



CAPITAL: valor que, por medio de la explotación de la fuerza de trabajo del hombre, proporciona plusvalía, se incrementa a si mismo. El capital no es una cosa, sino una relación social de producción, una relación entre la clase de los capitalistas, que poseen los medios de producción, y la clase obrera, que carece de dichos medios y, en consecuencia, se ve obligada e subsistir vendiendo su fuerza de trabajo a los capitalistas, a los que de este modo enriquece. Así, pues, el capital es la categoría económica principal del modo capitalista de producción (ver). Exteriormente, el capital se presenta como valor que crece por si mismo, como “dinero que se transforma en mercancía y luego, por medio de la venta de la mercancía, se convierte otra vez en dinero, pero en mayor cantidad” (C. Marx). Como quiera que el valor no puede crecer en el proceso de la compra-venta, hay que buscar la fuente de su incremento en la esfera de la producción, donde el capital existe bajo la forma de medios de producción y fuerza de trabajo, que desempeñan un papel completamente distinto en el proceso de la creación de plusvalía. Dado que el valor de los medios de producción —capital constante (ver)— sólo se transfiere mediante el trabajo del obrero al producto, este capital no crea ningún aumento de valor. Únicamente el trabajo de los obreros asalariados en las empresas capitalistas crea un valor de magnitud superior al valor de su fuerza de trabajo. Por lo tanto, la parte del capital invertido para adquirir fuerza de trabajo, es decir, el capital variable (ver), cambia de valor en el proceso de la producción, se incrementa en la suma de la plusvalía. En la sociedad burguesa, el capital existe y funciona en diversas formas (ver Capital monetario, Capital comercial, Capital de préstamo). En oposición a los economistas burgueses, que identifican el capital con una cosa y ven en él una categoría eterna de la sociedad humana Marx descubrió la esencia económica del capital como una relación de producción entre dos clases antagónicas de la sociedad burguesa: los capitalistas y los obreros, mostró el carácter histórico y transitorio de esta relación. Con la revolución socialista, los medios de producción se convierten en propiedad social de los trabajadores, y el capital deja de existir como categoría económica.

CAPITAL CONSTANTE: parte del capital que existo bajo la forma de medios de producción (edificios, instalaciones, maquinaria, combustible, materias primas, materiales auxiliares) y cuyo valor no cambia de magnitud en el proceso de producción. La división del capital en capital constante y capital variable (ver), división que estableció Marx por primera vez, constituyó una premisa importantísima para el análisis científico de la esencia de la explotación capitalista. Se basa en el hecho de que la fuente de la plusvalía y del incremento del capital no reside en todo el capital, sino únicamente en la parte que se dedica a comprar fuerza de trabajo. El valor del capital constante permanece invariable en el proceso de producción, y el trabajo concreto del obrero lo transfiere a la nueva mercancía producida. El capital constante, sin ser fuente de plusvalía, es condición necesaria para que ésta se produzca y de ella se apropie el capitalista. Algunas partes del capital constante van transfiriendo su valor a la nueva mercancía a medida que, en el proceso de trabajo, los medios de producción se desgastan. Los edificios, las instalaciones y las máquinas participan en la producción en el transcurso de muchos ciclos de la misma a lo largo de varios años, transfiriendo su valor, por partes, al producto. Por el carácter de su movimiento, esta parte del capital constante forma el capital fijo (ver). La otra parte del capital constante —materia prima, combustible, materiales auxiliares— se consume por entero en el proceso de producción de la mercancía en el transcurso de un solo periodo de producción y transfiere por completo su valor al nuevo producto, constituyendo la parte denominada capital circulante (ver).

CAPITAL VARIABLE: parte del capital que el empresario invierte en la compra de fuerza de trabajo (o sea, el salario de los obreros) y que se incrementa en el proceso de producción. En la empresa capitalista, el obrero crea un valor que supera, por su volumen, lo que percibe en concepto de salario, es decir, crea plusvalía, pues trabaja más tiempo de lo que es necesario para producir el valor de su fuerza de trabajo. Por consiguiente, el valor del capital desembolsado para la compra de fuerza de trabajo no sólo se conserva en el proceso en que se crea el nuevo valor, sino que se incrementa en la magnitud de la plusvalía. Fue Marx quien introdujo por primera vez la división del capital en capital constante (ver) y capital variable. La diferencia entre uno y otro la explica Marx por el doble carácter que presenta el trabajo del proletario. Con su trabajo concreto el obrero transfiere el valor de los medios de producción consumidos al nuevo producto; con su trabajo abstracto, crea un nuevo valor, que contiene el equivalente del valor de la fuerza de trabajo y la plusvalía, de que se apropia el capitalista gratuitamente. Con esto se mostró cuál es la fuente real de la plusvalía, se reveló la esencia de la explotación capitalista y el fin inmediato de la producción en el capitalismo: crear plusvalía. Por el carácter de su rotación, el capital variable constituye una parte del capital circulante (ver).


CAPITAL MONETARIO: suma de dinero que proporciona ganancias a su poseedor a costa de la explotación del trabajo ajeno. El capital monetario existió bajo el régimen esclavista y bajo el feudalismo en forma de capital comercial y usurario, formas independientes del capital. En el período capitalista, el capital monetario constituye una de las formas funcionales del capital industrial (ver), le sirve de forma primera y con ella se inicia su movimiento. Todo capitalista aparece en primer lugar como poseedor de dinero. El capitalista no sólo gasta dinero para adquirir cierta mercancía, sino que además lo anticipa como valor que ha de revertirle aumentado en la magnitud de la plusvalía. Para ello el capitalista compra una mercancía especial —la fuerza de trabajo— y medios de producción. El acto D (dinero) — T (fuerza de trabajo) expresa la relación de clase entre el capitalista y el obrero asalariado; esta relación se basa en el hecho de que los medios de vida y los modios de producción están separados del poseedor de la fuerza de trabajo, en cuanto propiedad del capitalista que le es ajena y se le opone. El dinero no actúa por sí mismo en calidad de capital monetario, sino tan sólo porque los capitalistas lo utilizan para comprar los elementos del capital productivo —plasmado en los medios de producción y en la fuerza de trabajo - con el fin de obtener plusvalía. Mediante la realización de las mercancías producidas por los obreros asalariados el capital industrial recobra la forma de capital monetario, el cual supera en la magnitud de la plusvalía al capital monetario anticipado. El capital monetario que queda libre en el ciclo del capital, puede convertirse, y se convierte, en capital de préstamo.


CAPITAL FINANCIERO: es el formado por la unión del capital de los monopolios bancarios e industriales en los países imperialistas. La existencia del capital financiero y la consiguiente aparición de la oligarquía financiera constituyen uno de los rasgos fundamentales del imperialismo (ver). La formación del capital financiero, hecho que corresponde a últimos del siglo pasado y comienzos del actual, fue una consecuencia de la alta concentración de capitales en la industria y en la banca. “La concentración de la producción; los monopolios que surgen de tal concentración; la fusión o unión de los bancos con la industria, tal es la historia del nacimiento del capital financiero y el contenido de este concepto” (V. I. Lenin). Utilizando los recursos monetarios libres, los bancos no sólo empiezan a conceder a las empresas industriales los préstamos a corto plazo, sino, además, créditos a largo plazo. Con ello obtienen la posibilidad de influir en la marcha de las empresas e incluso, a veces, de determinar el destino de las mismas. Los recursos de los bancos se trasladan asimismo a la industria mediante la adquisición de acciones y creando el denominado “sistema de participaciones”, con el cual, mediante un capital bancario propio de volumen relativamente pequeño, se pueden controlar sumas muy superiores de capitales ajenos. Al misma tiempo, se da un proceso de absorción de los pequeños bancos por parte de los grandes, se forman las uniones monopolistas denominadas consorcios bancarios. Cuando ya logran dominar la economía, los magnates del capital financiero determinan también la política de los estados capitalistas.





CAPITALISMO DE ESTADO: en los países capitalistas, formas diversas de participación directa del Estado burgués en la economía del país. Uno de los elementos decisivos del capitalismo de Estado radica en la propiedad capitalista de Estado (ver). El Estado capitalista puede poseer en propiedad bienes de distinto género: empresas industriales, de transporte, energéticas, vías y medios de comunicación, tierras y bosques, armamento y reservas de pertrechos de guerra, importantes recursos monetarios bajo el aspecto de ingresos presupuestarios y de imposiciones en instituciones crediticias del Estado. Existe también la propiedad mixta bajo el aspecto de las denominadas sociedades mixtas, que se forman mediante la adquisición de acciones de las empresas estatales por compañías privadas capitalistas o bien mediante la inversión de recursos estatales en las empresas privadas. En los países imperialistas, el capitalismo de Estado adquiere el carácter de capitalismo monopolista de Estado (ver). En los jóvenes países en desarrollo, en países coloniales que han conquistado la independencia política, el capitalismo de Estado desempeña una nueva función. Constituye un medio de lucha contra el capital extranjero, extirpa las raíces económicas de su dominio, contribuye a fortalecer y desarrollar la economía nacional. El sector estatal estimula cada vez más el rápido auge de las fuerzas productivas, crea las premisas económicas para que dichos países emprendan la vía no capitalista de desarrollo. En el periodo de transición del capitalismo al socialismo, el capitalismo de Estado representa una forma especial de subordinación de las empresas capitalistas a la dictadura del proletariado establecida con el fin de preparar las condiciones de la socialización socialista de toda la producción. En la U.R.S.S el capitalismo de Estado existió durante el período de transición, sobre todo bajo la forma de arriendo de empresas estatales a los capitalistas y bajo la forma de concesiones. A los capitalistas extranjeras se les concedió el derecho de explotar determinadas minas por cierto tiempo. Vencido el plazo del contrato, las empresas pasaron al Estado soviético. Mientras el contrato estuvo en vigor, el Estado recibió del capitalista la parte del producto establecida. Sin embargo, el capitalismo de Estado no alcanzó un desarrollo importante en la URSS. Ha sido utilizado en mayor escala en la República Democrática Alemana, en Rumania y en algunos otros países socialistas. A través del capitalismo de Estado, se van transformando las empresas capitalistas privadas. Pasan éstas, primero, por las formas inferiores del capitalismo de Estado —el estado adquiere la producción a precios fijos—; luego se establecen convenios en virtud de los cuales las empresas capitalistas elaboran materias primas proporcionadas por las organizaciones estatales, y finalmente el Estado adquiere la producción íntegra de las empresas mixtas, estatal-privadas. En las empresas mixtas, todos los medios de producción pasan, de hecho, a manos del Estado. Durante cierto período, los ex­capitalistas reciben cierta parte del plusproducto en forma de un determinado interés sobre el valor estimado de la propiedad que se les ha socializado.

CAPITAL MERCANTIL: es una de las formas funcionales del capital industrial (ver). El capital mercantil se presenta bajo el aspecto de una determinada suma de mercancías producidas en las empresas capitalistas y destinadas a la venta. Por su valor, incluye el valor inicialmente anticipada y la plusvalía, creada en el proceso de producción como resultado de la explotación de la fuerza de trabajo. El capital mercantil cumple la función de realizar la plusvalía. En un determinado nivel de desarrollo del capitalismo, el capital mercantil se separó bajo la forma independiente del capital comercial (ver) subordinada al capital industrial.


CAPITAL PRODUCTIVO: una de las formas en que funciona el capital industrial (ver) y se da como resultado de la modificación que el capital sufra al pasar de su forma monetaria a su forma productiva; segunda fase del ciclo del capital industrial. Los medios de producción y la fuerza de trabajo adquiridos por el capitalista constituyen las partes materiales y humanas integrantes del capital que actúa en la esfera de la producción. Para que el proceso de trabajo se efectúe se han de unir los medios de producción y la fuerza de trabajo. Bajo el capitalismo, esta unión se lleva a cabo mediante la compra regular que de fuerza de trabajo y de medios de producción realiza el capitalista. Si estos dos factores no se unen, como suele ocurrir en el período de las crisis económicas, la producción se interrumpe. Entonces, los obreros se ven condenados al hambre, a la miseria, pierden su calificación, y los medios de producción se deterioran debido a su inactividad. A diferencia del capital monetario y del capital mercantil, el capital productivo tiene dos particularidades: en primer lugar, sólo actúa en la esfera de la producción material, y en segundo lugar —y esto es lo más importante—su función estriba en crear plusvalía. A esto se debe el significada decisivo de la forma productiva del capital en el transcurso de su ciclo. De las dos partes que integran el capital productivo, la única fuente de plusvalía es la fuerza de trabajo, en cuya adquisición se invierte el capital variable. Para encubrir la esencia de la explotación capitalista, los economistas burgueses idearon la falsa concepción de la “productividad del capital”. Según esta “teoría”, no es al trabajo asalariado lo que crea la ganancia de los capitalistas, sino el “capital”, con la particularidad de que circunscriben el concepto de capital únicamente a los elementos del capital constante: a los medios de producción, al trabajo pasado. Sin embargo, la teoría de la plusvalía, de Marx, demuestra de manera irrefutable que la plusvalía se crea en el proceso de la producción capitalista, y la crean las inversiones de trabajo de los obreros asalariados.



CICLO CAPITALISTA: movimiento de la producción capitalista a través de fases que guarden entre si una relación de sucesión: crisis, depresión, reanimación y auge. El conjunto de fases entre dos crisis forma un ciclo capitalista. La base del desarrollo cíclico de la producción capitalista es la crisis, fase principal del ciclo capitalista. Cada crisis, culminación de un ciclo, inicia un nuevo ciclo. En la crisis estallan las contradicciones que se han ido acumulando durante el precedente ciclo de la producción capitalista. A la crisis sigue la depresión, lo que se caracteriza por el hecho de que se detiene el descenso de la producción y se entra en un período de estancamiento. En la fase de la depresión se crean las premisas de la subsiguiente reanimación y del auge. Los procesos fundamentales característicos de cada una de las fases del ciclo contribuyen a crear las condiciones que permiten pasar a la fase siguiente. El carácter cíclico constituye una propiedad orgánica del desarrollo de la producción capitalista. En el cielo capitalista, todas las fases se hallan orgánicamente enlazadas entre sí: de una se pasa a la otra con el rigor de un fenómeno sujeto a ley. El movimiento cíclico de la producción capitalista se encuentra indisolublemente vinculado a las condiciones de la reproducción del capital fijo. A pesar de que los capitales individuales se movilizan en momentos distintos y de que los tiempos de rotación del capital fijo son diferentes en los períodos de crisis, este capital sufre una desvalorización en masa y una destrucción física. Por eso la crisis sirve siempre de punto de partida para nuevas grandes inversiones de capital, y a medida que este proceso adquiere carácter masivo se pasa de la depresión a la reanimación. En esta fase, la renovación del capital fijo alcanza tal volumen que se llega al nivel de la producción de antes de la crisis y hasta puede superarse. De ahí que el fundamento material del ciclo capitalista sea la reproducción del capital fijo. El carácter cíclico de la producción bajo el capitalismo es una prueba de que el proceso de su desarrollo es espontáneo, el curso de la reproducción es discontinuo y el carácter del modo capitalista de producción es, en último término, transitorio.



CIRCULACIÓN: intercambio de mercancías que se efectúa por medio del dinero, de la compra-venta. En este proceso, el dinero aparece en calidad de encarnación universal del valor, por lo que todas las mercancías realizan su valor en dinero. Cada poseedor de una mercancía que desea cambiarla por otra, primero debe trocarla en dinero (vender) y luego cambiar el dinero por la mercancía que necesita (comprar). En este caso, el acto de intercambio directo de los productos del trabajo (M — M) se efectúa por medio de la circulación monetaria (M — D — M) en virtud de lo cual, el proceso ininterrumpido de cambio aparece como un proceso de circulación de mercancías. La circulación mercantil se diferencia del intercambio directo de productos no sólo formalmente, sino, además, por su esencia. Los poseedores de mercancías no intercambian directamente entre sí sus artículos, sino a través de los poseedores de dinero, a consecuencia de lo cual se desarrolla un complejo conjunto de vínculos sociales. Bajo el capitalismo, la circulación mercantil está subordinada a la acción de leyes económicas espontáneas, se efectúa en las condiciones de la anarquía de la producción y de la lucha competitiva entre los capitalistas. Debido a las contradicciones antagónicas inherentes al capitalismo y que se manifiestan en las crisis económicas, en el retraso de la demanda solvente de los trabajadores respecto al crecimiento de la producción, la realización de las mercancías en el mercado encuentra grandes dificultades. En la sociedad socialista, la esfera de la circulación de mercancías está limitada: la tierra, las fábricas, las plantas industriales, las instalaciones, etc., no se venden ni se compran. La circulación mercantil se halla subordinada a la dirección planificada en escala de toda la sociedad, el Estado socialista orienta el desarrollo de dicha circulación partiendo de las tareas de la edificación comunista. Bajo el comunismo, la circulación mercantil se sustituirá por la distribución directa de los productos, sin compra—venta.




CIRCULACIÓN DEL CAPITAL: proceso de transformación del capital al pasar de su forma monetaria a su forma mercantil y de ésta a la forma monetaria; parte del ciclo del capital (ver) que transcurre en la esfera de la circulación, en el mercado. El movimiento del capital, proceso durante el cual el capital se incrementa, comprende la fase de producción y, por dos veces, la fase de circulación. La primera fase de circulación del capital empieza con el anticipo —que realiza el capitalista— de una determinada suma de dinero para adquirir medios de producción y fuerza de trabajo. La segunda fase de circulación llega después del proceso de producción y se halla relacionada con la transformación del capital mercantil en capital monetario. La producción y la circulación capitalistas están orgánicamente enlazadas, no puede existir una sin la otra. Marx indicó que la plusvalía no puede surgir en la circulación ni fuera de ella. A través de la circulación los capitalistas adquieren mercancías (fuerza de trabajo y medios de producción) y realizan el producto obtenido en la esfera de la producción material. A su vez, la circulación del capital tampoco puede existir sin la producción, donde se une la fuerza de trabajo con los medios de producción y se crea el valor y la plusvalía. En esta unidad de la esfera de la producción y la esfera de la circulación, el papel principal corresponde a la producción.




COLONIALISMO: política de los estados capitalistas económicamente más desarrollados orientada hacia la esclavización y la explotación de los pueblos de países atrasados en el aspecto económico. El colonialismo surgió y se desarrolló al surgir y desenvolverse el modo capitalista de producción. Hacia finales del siglo XIX, el capitalismo, al pasar al imperialismo, se convirtió en un sistema de opresión colonial que abarcaba todo el mundo; un puñado de países “avanzados”, industrialmente desarrollados sojuzgaba con su poderío financiero a la abrumadora mayoría de la población de la Tierra. En ese periodo se forma definitivamente el sistema colonial del imperialismo (ver). En vísperas de la primera guerra mundial, mas de la mitad de los habitantes de la Tierra —930 millones, de un total de 1.657 millones de seres humanos— se encontraban bajo el yugo colonial. La lucha de los pueblos de los países esclavizados dio origen, en más de una ocasión, a potentes sublevaciones populares. La victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre marcó el comienzo de la crisis del sistema colonial, provocó un poderoso ascenso en la lucha de liberación nacional de los pueblos oprimidos. “Mientras que el imperialismo aplastó la independencia nacional y la libertad de la mayoría de los pueblos, a los que impuso las cadenas de una cruel esclavitud colonial, el surgimiento del socialismo señala el comienzo de la era de la liberación de los pueblas oprimidos”, se dice en el Programa de P.C.U.S.. En la actualidad, está tocando a su fin la desintegración de los gigantescos imperios coloniales. Han arrojado las cadenas del colonialismo pueblos cuya población total llega, casi, a los 2/3 de la humanidad. Bajo el yugo colonial queda ahora tan sólo el 1,5% de la población del mundo. El sistema mundial del socialismo, convertido en el factor decisivo del desarrollo internacional, da origen para los pueblos oprimidos a la favorable posibilidad de acabar por completo con el vergonzoso sistema colonial. Habiendo perdido el dominio político sobre las excolonias y semicolonias, los imperialistas pugnan por conservarlas en calidad de objeto de explotación económica. Con este fin, recurren cada vez más activamente a nuevas formas de colonialismo: incorporación de los ex países coloniales a bloques agresivos, concesión de “ayuda” militar y económica, etc. Sin embargó, en el camino del colonialismo, se alza el poderoso obstáculo constituido por los estados socialistas y por el movimiento obrero y de liberación nacional de todo el mundo.




COMERCIO: rama de la economía nacional en que se efectúa el cambio de los productos del trabajo en forma de compra—venta de mercancías. El comercio surgió al aparecer y desarrollarse la producción mercantil. La esencia y las formas del comercio son determinadas por el modo dominante de producción. Bajo el capitalismo, en el que existe la propiedad privada sobre los medios de producción, el comercio constituye la esfera en que se invierte el capital comercial (ver) con el fin de obtener ganancias. El comercio capitalista presenta dos formas principales: al por mayor (venta de mercancías en grandes partidas) y al por menor (venta de mercancías a las amplias masas de consumidores). El comercio capitalista al por mayor se efectúa en las bolsas (ver) de mercancías, donde se comercia no a base de la mercancía existente, sino a base de muestras. El comercio al por menor se lleva a cabo a través de un variado sistema de tiendas (grandes almacenes, tiendas especializadas, tiendas ambulantes, etc.). Bajo el capitalismo, ha obtenido cierto desarrollo el comercio cooperativo. Además del comercio interior, existe el comercio exterior (ver). El capitalismo presenta como una de sus características la tendencia a aumentar ilimitadamente la producción de mercancías, que son portadoras del valor y de la plusvalía, a pesar de que los mercados interiores y la capacidad adquisitiva de las masas trabajadoras son muy limitados. Ello explica que los capitalistas busquen una salida en el comercio exterior intentando apoderarse de nuevos mercados y multiplicar las ganancias. De este modo, bajo el capitalismo, el desarrollo del comercio va acompañado de una agudización de las contradicciones en el interior de cada país y entre los países. Bajo el socialismo, el comercio constituye una rama de la economía socialista y está al servicio del proceso de la circulación de mercancías. En dependencia de la forma en que se organiza el proceso comercial y de las funciones que se cumplen, el comercio se divide en interior y exterior; el primero, a su vez, puede ser al por mayor y al por menor. El comercio interior se halla representado por la red de empresas (organizaciones) comerciales que, dentro del país, se encargan de movilizar las mercancías del lugar en que se producen hasta el lugar en que los consumidores las adquieren: incluye algunas operaciones de producción para acabar de elaborar las mercancías (conservación, selección, empaquetado y embalaje de las mercancías, etc.). El comercio exterior, monopolio del Estado socialista, corre a cargo de organizaciones especiales de importación y exportación. El comercio, bajo el socialismo, se diferencia del comercio capitalista. Se desarrolla según un plan, está libre de las crisis de venta, favorece el desarrollo de la producción y contribuye a elevar el bienestar de los trabajadores. Por sus canales se realiza casi la totalidad de los artículos de consumo personal mediante su cambio por los ingresos monetarios de la población, así como la venta de mercancías destinadas a la producción (abastecimiento material y técnico). El comercio socialista constituye una forma de trabazón económica entre la ciudad y el campo, condición necesaria para la ulterior consolidación de la alianza entre la clase obrera y el campesinado. En la U.R.S.S., la existencia de los sectores estatal y cooperativo — koljosiano hace que se den al mismo tiempo tres formas de comercio soviético: el estatal, el cooperativo y el del mercado koljosiano. El comercio estatal se basa en la propiedad de todo el pueblo y representa el grado más alto de socialización socialista de la esfera de circulación mercantil. Sus funciones principales son el abastecimiento técnico-material, las compras estatales de productos agrícolas y también la venta de artículos de consumo a la población, sobre todo en las ciudades. En algunos países socialistas (Bulgaria, Mongolia) el comercio estatal cuenta asimismo con una amplia red en el campo. El comercio estatal ocupa el puesto decisivo en el mercado interior de la economía socialista. En el año 1962, al comercio estatal le correspondió, en la U.R.S.S., el 67,3% del volumen total de la circulación de mercancías; al comercio cooperativo, el 28,4%, y al comercio koljosiano, el 4,3 %. El comercio cooperativo se lleva a cabo sobre la base de la propiedad colectiva de los trabajadores que se forma mediante imposiciones de ingreso y cuotas. Las cooperativas de ese tipo, así como las empresas comerciales del Estado, operan a tenor de precios fijos: el volumen de sus operaciones se planifica con anticipación y se refleja en los planes de la economía nacional. A diferencia del mercado organizado, representado por el comercio estatal y cooperativo, el comercio koljosiano no se planifica directamente por el Estado. No obstante, se halla bajo la acción económica del mismo. El aumento de la venta de artículos y la reducción de los precios al por menor en el comercio estatal y cooperativo provocan un descenso de los precios al por menor en los mercados koljosianos. La necesidad del comercio koljosiano es dictada por las peculiaridades que presenta la producción en los koljoses; su prematura reducción influiría negativamente en el abastecimiento de víveres para la población. En el proceso de la edificación de la base material y técnica del comunismo, del perfeccionamiento y desarrollo del comercio socialista, se van preparando gradualmente las condiciones necesarias para crear el aparato de distribución comunista de los productos según las necesidades.

COMPETENClA: lucha entre los productores privados de mercancías por obtener las más favorables condiciones de producción y venta de las mercancías; lucha de los capitalistas o de sus agrupaciones por obtener ganancias máximas. La competencia se halla indisolublemente unida a la anarquía de la producción mercantil basada en la propiedad privada y constituye una ley de la economía mercantil capitalista. A través del mecanismo de la competencia se manifiesta la acción espontánea de las leyes económicas del capitalismo. La competencia actúa como fuerza coercitiva externa que obliga a los productores particulares de mercancías a elevar la productividad del trabajo en sus empresas, a ampliar la producción a aumentar la acumulación, etc. Hace que la gran producción desplace a la pequeña, que los pequeños productores de mercancías se vayan diferenciando de modo que en su mayor parte se arruinan, se convierten en proletarios o semiproletarios, mientras que una minoría insignificante se enriquece, se convierte en capitalista. Con la competencia la producción y el capital se concentran y se centralizan, aumenta el poderío del gran capital. En la época del capitalismo premonopolista, imperaba la libre competencia entre empresas desconexas, y relativamente poco grandes, que producían mercancías para la venta en un mercado desconocido. La libre competencia ha provocado una concentración tan gigantesca de la producción, y del capital que las más grandes agrupaciones capitalistas han llegado a constituir el factor decisivo en la vida económica de la sociedad burguesa. La libre competencia ha cedido su lugar al monopolio —que es su contrario directo— y se ve sustituida por relaciones de dominio y de violencia establecidas por un reducido número de enormes agrupaciones monopolistas sobre decenas y centenas de miles de pequeñas y medias empresas capitalistas privadas. Sin embargo, los monopolios no eliminan la competencia ni la anarquía de la producción. Bajo el capitalismo monopolista, las formas de la lucha competitiva se hacen más diversas; sus métodos, más crueles y rapaces; sus consecuencias destructivas aumentan. Al lado de la libre competencia, que subsiste, entre productores pequeños y medios, se mantiene una encarnizada lucha competitiva: 1) entre los monopolios de un sector de la economía; 2) entre los monopolios de ramas mixtas; 3) en el seno de los monopolios; 4) entre los monopolios y las empresas no monopolizadas, etc.. El monopolio procura ahogar a sus competidores, aplastarlos, y con este fin emplea todos los medios a su alcance, desde el módico pago de una “indemnización” hasta la organización del espionaje económico y de actos de diversión en las empresas rivales. Toda la economía capitalista mundial se va convirtiendo en escenario de la lucha competitiva, los monopolios internacionales, los estados imperialistas sostienen una lucha sin cuartel por los mercados y las fuentes de materias primas, por las esferas de inversión de capitales, por un nuevo reparto del mundo. La lucha por el dominio mundial empuja a los imperialistas más belicosos a desencadenar guerras de agresión. Los sociólogos burgueses presentan la competencia como una condición importantísima para el avance de las fuerzas productivas, para el progreso técnico, para fomentar el espíritu de empresa y la iniciativa entre quienes participan en la producción. La verdad es, empero, que el capitalismo moderno ha sustituido hace ya tiempo la pequeña producción mercantil por la producción fabril grande y supergrande, por los monopolios. “La competencia significa, en este tipo de capitalismo, el aplastamiento inauditamente feroz del espíritu emprendedor, de la energía, de la iniciativa audaz de la masa de la población, de su inmensa mayoría...” (V. I. Lenin). Cuando se liquida la propiedad privada sobre los medios de producción y se establece sobre ellos la propiedad social, la competencia es sustituida por la emulación socialista (ver), que expresa relaciones de colaboración y ayuda mutua basadas en un espíritu de camaradería entre todos los participantes en la producción socialista.




COMUNIDAD: organización humana de trabajo y social autónoma, propia sobre todo del modo de producción de la comunidad primitiva y parcialmente conservada en la sociedad feudal y en la capitalista. A medida que se ha desarrollado la producción social se han ido transformando los tipos de comunidad. A la comunidad gentilicia primitiva -caracterizada por la propiedad común sobre los medios de producción y la distribución igualitaria de los productos del trabajo— sigue la comunidad familiar, tipo intermedio entre la gentilicia primitiva y la rural. La comunidad rural o de vecinos aparece como resultado de la división social del trabajo y del nacimiento de la propiedad privada sobre los medios de producción. La comunidad rural se componía de personas no ligadas por lazos gentilicios. La hacienda doméstica, la vivienda y el ganado, se convirtieron en propiedad privada de cada familia. Las tierras de labor, bosques, prados, agua y otros bienes seguían siendo de propiedad común. Las tierras labrantías se redistribuían periódicamente entre los miembros de la comunidad. Con el desarrollo del capitalismo, la comunidad se descompone. La comunidad rural, que en Rusia, debido a profundas supervivencias feudales, subsistió mas tiempo que en los países de Europa occidental, dio origen a las afirmaciones utópicas de los demócratas revolucionarios de las décadas comprendidas entre 1840 y 1880 sobre la posibilidad de pasar al socialismo a través de la comunidad rural evitando el capitalismo. Los clásicos del marxismo—leninismo, sin negar la posibilidad de la vía no capitalista de desarrollo —si se cuenta con la ayuda del proletariado victorioso en otros países— señalaron el proceso de diferenciación campesina iniciado en el interior de la comunidad rural rusa. Dicha comunidad, que se descomponía bajo la presión capitalista, ya no constituía el ideal de organización económica y política como creían los populistas revolucionarios. Los populistas liberales, idealizando la comunidad rural sometida al dominio de los kulaks, actuaban como enemigos del marxismo. El camino hacia el socialismo, en la U.R.S.S., no lo abrió la comunidad rural semidescompuesta. con una profunda diferenciación del campesinado en su interior, sino el proletariado unido a los campesinos trabajadores, los cuales, bajo la dirección de la clase obrera, llevaron a cabo la transformación socialista de las pequeñas haciendas campesinas privadas en el proceso de su colectivización.


CONSUMO: utilización del producto social pare satisfacer tanto las necesidades de la producción como las necesidades personales de los individuos. El consumo productivo integra directamente el proceso de producción y significa que en dicho proceso se utilizan diversos medios de producción (máquinas, instrumentos, combustible, materias primas, materiales, etc.). El consumo no productivo o personal es el que el hombre realiza al utilizar diversos productos para satisfacer sus necesidades (artículos alimenticios, ropa, calzado, mercancías de amplio consumo, etc.). El nexo entre la producción y el consumo se halla condicionado por la acción de las leyes económicas del modo de producción dado. Los eslabones de enlace entre la producción y el consumo son el intercambio y la distribución. Bajo el capitalismo, entre la producción y el consumo surge una contradicción antagónica, el segundo va retrasándose de la primera, lo cual aparece con singular claridad durante las crisis económicas de superproducción, cuando masas enormes de mercancías quedan sin vender, se deterioran y estropean por completo, a la vez que las masas trabajadoras, debido a su empobrecimiento, no pueden adquirir esas mercancías. En las condiciones del imperialismo, esta contradicción se agudiza aun más. Bajo el socialismo, la producción se halla orgánicamente vinculada al consumo, y la sociedad socialista subordina de manera planificada la producción a la satisfacción más completa de las necesidades materiales y culturales de los trabajadores. En la sociedad socialista, la contradicción entre el crecimiento de las necesidades de las masas y el nivel de producción alcanzado, se resuelve de manera planificada desarrollando incesante y rápidamente la producción socialista, que asegura el crecimiento constante del consumo de los trabajadores.


COOPERACIÓN SOCIALISTA DEL TRABAJO: unión planificada de trabajadores libres de toda explotación para actuar conjuntamente en un mismo proceso laboral o bien en procesos distintos, aunque relacionados entre si. La cooperación socialista del trabajo abarca tanto las empresas como la economía nacional del país, y con la formación y desarrollo del sistema socialista mundial, incluye también la economía de todos los países que integran dicho sistema. En ello estriba la inmensa ventaja de la cooperación socialista del trabajo frente a la capitalista, limitada por el estrecho marco de la economía de propiedad privada. Es en el régimen socialista donde actúa de manera más plena y eficiente la nueva fuerza productiva de la sociedad, fuerza engendrada por la cooperación misma de los trabajadores como forma de organización del trabajo. El desarrollo objetivo de las fuerzas productivas modernas hace que la producción se socialice cada vez más, que los medios de producción y la fuerza de trabajo se concentren, que aumente la especialización y, con ello, la interdependencia de las ramas de la economía nacional, de las empresas, de diversas operaciones de producción. La cooperación socialista del trabajo, que se establece de manera planificada partiendo de la propiedad social, constituye una forma de organización del trabajo que permite un desarrollo ininterrumpido del proceso de socialización de la producción. Presupone la utilización máxima del progreso científico — técnico para proporcionar a la producción una técnica avanzada en todas las esferas del trabajo; se ve libre de las trabas económicas que reducen las posibilidades de introducir la nueva técnica bajo el capitalismo. La renovación y el perfeccionamiento constantes de la base material y técnica de todos los procesos laborales exige que los trabajadores eleven sistemáticamente su calificación, su nivel técnico y cultural, introduce cambios en la división social del trabajo: entre la producción material y la esfera no productiva, entre sus diversas ramas, entre las zonas económicas y las empresas. La cooperación socialista del trabajo se halla estrechamente relacionada con el crecimiento de la disciplina consciente del trabajo, con el principio de la dirección unipersonal en el proceso de producción. Bajo el socialismo, la existencia de las dos formas de propiedad socialista condiciona las particularidades de la cooperación del trabajo en cada una de ellas. A las empresas cooperativo-koljosianas les son inherentes determinados rasgos específicos en las formas concretas en que se realiza la cooperación del trabajo tanto en el interior de las empresas (brigada fija de producción como principal forma de organización y división del trabajo, particularidades de las formas organizativas de la dirección, etc.), como en lo concerniente a las relaciones de la empresa con la sociedad (la planificación directa de la sociedad abarca un circulo relativamente menor de las actividades de la empresa koljosiana). A lo largo de la edificación del comunismo en todos los frentes, los rasgos específicos de la cooperación del trabajo condicionados por la propiedad cooperativa-koljosiana van desapareciendo a medida que se eleva más y más la socialización del trabajo. Constituye un rasgo en alto grado característico de la cooperación del trabajo en el socialismo la actividad creadora de los trabajadores que se presenta bajo la forma de emulación socialista (ver) y de movimiento por el trabajo comunista (ver) en todos los eslabones de la producción social.




 

 



 

 

PITAL COMERCIAL: capital invertido en la esfera de la circulación su función principal estriba en obtener ganancias mediante la compra y venta de las mercancías. En las formaciones precapitalistas el capital comercial era una forma independiente —la dominante— del capital. Contribuyó al desarrollo de las relaciones monetario— mercantiles, a la ruina de los pequeños productores, a la acumulación de grandes recursos dinerarios en manos de algunos explotadores, lo que facilitó el advenimiento del modo capitalista de producción. A medida que el capitalismo se desarrolla, el capital comercial se ve subordinado al capital industrial (ver). El desarrollo de la economía capitalista se caracteriza por el hecho de que las funciones de producir y de realizar las mercancías se dividen entre los capitalistas comerciales e industriales. El capital comercial posee dos formas: 1) la comercial—mercantil que tiene por objetivo realizar el capital mercantil (ver) y la plusvalía contenida en las mercancías; 2) la del capital monetario-comercial (ver Capital de préstamo), que efectúa operaciones comerciales con dinero. La disociación del capital comercial de modo que constituya una forma independiente crea las condiciones para que se acelere la rotación del capital industrial y se incremente la plusvalía producida por todo el capital social. La separación del capital industrial respecto del capital comercial acentúa la contradicción — inherente al capitalismo — entre la producción y el consumo. Los industriales, al vender la producción acabada al capitalista comercial, se despreocupan de lo que sucede luego con los artículos fabricados y siguen produciendo mercancías, acumulándolas en depósitos a menudo ya repletos, ampliando las dimensiones de las crisis de superproducción y ahondando, con ello, la contradicción fundamental del capitalismo: la que existe entre el carácter social de la producción y la apropiación capitalista privada.


CAPITAL DE PRÉSTAMO: capital monetario que su poseedor concede a otros capitalistas por un determinado tiempo y por una determinada remuneración en calidad de interés (ver). Su particularidad diferencial estriba en que quienes utilizan el capital pare producir plusvalía no son sus propios poseedores, sino otras personas; los capitalistas en funciones. En el proceso del ciclo del capital industrial se forman sistemáticamente recursos monetarios que quedan libres por cierto tiempo. En su afán de obtener ganancias, los capitalistas que disponen de tales recursos los ceden en préstamo a los capitalistas industriales que los necesitan para ampliar la producción y aumentar la plusvalía. El capitalista industrial devuelve al capitalista que concede el préstamo y en forma de interés parte de la nueva plusvalía obtenida, es lo que abona por el derecho de utilizar el capital del prestamista. La fórmula del capital de préstamo es D — D¹ (préstamo en dinero — préstamo con interés). Este movimiento de dinero hace que, aparentemente, la fuente del ingreso que percibe el prestamista radique en el dinero mismo, aunque el verdadero origen del incremento dinerario es la plusvalía creada en el proceso de producción por los obreros asalariados, plusvalía de que se apropian gratuitamente los capitalistas industriales y los prestamistas. Aunque estos últimos no participan por sí mismos en la producción, explotan, junto con los industriales, a la clase obrera. El capital de préstamo no sólo expresa relaciones económicas entre los prestamistas y los capitalistas industriales, sino, además, entre la clase capitalista y la clase obrera explotada. En la sociedad burguesa, sirven de intermediarios entre prestamistas y capitalistas industriales los bancos, que acumulan los capitales monetarios libres y conceden créditos a las empresas capitalistas y al Estado burgués. El crédito contribuye a que la producción se amplíe y concentre, a que se acelere el proceso de su socialización y, al mismo tiempo, acentúa el carácter parasitario del régimen capitalista, a la vez que agudiza las contradicciones que le son inherentes. Bajo el imperialismo, el capital de préstamo, en forma de capital bancario monopolista unido al capital monopolista industrial, constituye la oligarquía financiera.
 
 
CARÁCTER SOCIAL DEL TRABAJO: forma social del trabajo que aparece cuando los hombres intercambian sus actividades o los resultados de ellas en las condiciones del trabajo en común o de la división social del trabajo. “Tan pronto como los hombres, de tal o cual modo, trabajan los unos para los otros, su trabajo asume una forma social” (C. Marx). El trabajo siempre posee carácter social, pero, según sea el modo de producción, el carácter social del trabajo se manifiesta de manera distinta. Así, en el régimen de la comunidad primitiva, los hombres, en virtud del nivel extraordinariamente bajo en que se encontraban las fuerzas productivas, se veían obligados a trabajar en común, y el carácter social de su trabajo se presentaba en forma directa. En las condiciones de la economía mercantil, con la existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción —factor que desunía a los productores, el trabajo de cada individuo aparece directamente como trabajo privado. El carácter social del trabajo de los productores individuales, separados, sólo se manifiesta en el mercado, en el cambio donde tiene que recibir un reconocimiento social. El trabajo del productor individual de mercancías revela su significado social únicamente a través de la forma de trabajo abstracto. Por lo tanto, en este caso existe una contradicción entre el trabajo privado y el trabajo social de los productores de mercancías. Bajo el capitalismo, besado en la explotación del trabajo asalariado dicha contradicción adquiere la forma de contradicción entre el carácter social del proceso de producción y la forma capitalista privada de apropiación. Bajo el socialismo, el trabajo posee un carácter directamente social. Mas, a diferencia de lo que sucedía en el régimen de comunidad primitiva, el carácter directamente social del trabajo socialista se halla condicionado por el alto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, por la propiedad social sobre los medios de producción y por el desenvolvimiento planificado de la economía. Debido a estas causas, el trabajo de cada individuo que participa en la producción socialista es planificado por la sociedad, y desde el primer momento aparece como una particularidad del trabajo social global.
 
 
CENTRALIZACIÓN DEL CAPITAL: crecimiento del volumen del capital por la unión de varios capitales en uno solo o por la absorción de uno de ellos por otro. Este proceso significa que entre los capitalistas se redistribuyen capitales ya acumulados. La particularidad del proceso de centralización del capital estriba en que tal proceso refleja relaciones sobre todo entre los propios capitalistas. Sirven de palanca para acelerar la centralización del capital la lucha competitiva entre los capitalistas y el desarrollo del crédito capitalista. La centralización del capital hace que la riqueza social se concentre en un pequeño grupo de grandes magnates del capital o en una unión de capitalistas. Una de las formas en que el capital se centraliza es la sociedad anónima (ver). Al centralizarse el capital —con su consiguiente concentración—, ciertos propietarios de medios de producción se arruinan y son absorbidos por otros, crece la riqueza en manos de los mayores capitalistas. La centralización del capital, lo mismo que su concentración (ver Concentración del capital) hace que el trabajo y la producción se concentren en grandes empresas, acentúa el proceso de socialización de la producción y, al mismo tiempo intensifica los contrastes sociales y los antagonismos de clase en la moderna sociedad capitalista.
 
CLASES (SOCIALES): grandes grupos sociales que se diferencian por el lugar que ocupan en el sistema, históricamente condicionado, de la producción social; por su relación (casi siempre lijada y formulada jurídicamente) con los medios de producción; por su papel en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo de percibir la parte de la riqueza social de que disponen, así como por la magnitud de la misma. Las clases surgieron en el período de la descomposición del régimen de la comunidad primitiva como consecuencia de que se desarrollaron las fuerzas productivas y aparecieron a división social del trabajo, la propiedad privada sobre los medios de producción y la explotación del hombre por el hombre. En las formaciones económico-sociales basadas en la explotación, existen dos clases fundamentales: dueños de esclavos y esclavos, en el régimen esclavista; señores feudales y campesinos bajo el feudalismo; obreros y burguesía en el capitalismo. Como quiera que en cada formación se conservan restos de las clases de la sociedad vieja y en su seno se engendran las clases nuevas, existen también clases no fundamentales, como por ejemplo la burguesía en la sociedad feudal, los campesinos, los artesanos y terratenientes en la sociedad capitalista. Entre las clases antagónicas fundamentales se sostiene una irreconciliable lucha de clases, que constituye la fuerza motriz del desarrollo de la sociedad. La lucha de clases en la sociedad capitalista conduce inevitablemente a la revolución socialista y al establecimiento de la dictadura del proletariado. Es misión del poder de la clase obrera acabar con las clases explotadoras, sustituir la propiedad privada por la social y edificar el socialismo. La victoria del socialismo implica una transformación radical de la estructura de clases de la sociedad. Bajo el socialismo, la clase obrera y el campesinado constituyen dos clases amigas. Libres de toda explotación, a través del Estado de todo el pueblo participan en la dirección de la sociedad orientada hacia el comunismo. En el periodo de transición al comunismo, se superan las diferencias esenciales entre la ciudad y el campo, se efectúa la aproximación gradual entre el trabajo intelectual y el trabajo físico, y sobre esta base se borran los límites entre la clase obrera, los campesinos y los intelectuales. La edificación completa de la sociedad comunista aparejará la desaparición de las clases y la instauración de un régimen social sin clases en el que la propiedad de los medios de producción será única, comunista, de todo el pueblo, y existirá una completa igualdad social y económica entre todos los miembros de la sociedad.



CICLO DEL CAPITAL: proceso del movimiento ininterrumpido del capital que pasa sucesivamente por tres fases: transformación del capital monetario en productivo, del capital productivo en mercantil y de éste en capital monetario. En las fases primera y tercera, el capital funciona en la esfera de la circulación: en la segunda fase, actúa en la esfera de la producción. La fase decisiva del ciclo del capital es la de producción pues sólo en ella, y como resultado de la explotación de la fuerza de trabajo, se crea plusvalía. La primera fase sirve de acto preparatorio para el autoincremento del capital; en el proceso de la tercera fase se realizan el valor y la plusvalía creada en la producción. Al pasar por las tres fases de su movimiento, el capital adopta sucesivamente tres formas: la monetaria, la productiva y la mercantil. La continuidad del proceso de producción exige que algunas partes del capital se hallen simultáneamente en distintas formas. Como quiera que el fin inmediato de la producción capitalista es obtener —con sed insaciable— plusvalía, el movimiento del capital no constituye un acto único, sino una repetición ininterrumpida de los procesos de su ciclo, es decir, se efectúa la rotación del capital.
La rotación del capital incluye el ciclo del capital monetario en el cual el movimiento del capital empieza y termina en su forma monetaria. En el ciclo del capital productivo, lo que sirve de forma inicial y final del movimiento del capital es la forma productiva:


P...M’ – D’ – M’ < T/MP ···P’

El ciclo del capital mercantil, tiene como forma inicial y final de su movimiento la forma mercantil. Debido al carácter anárquico y espontáneo de la economía capitalista, la continuidad del movimiento del capital se altera con mucha frecuencia. Las contradicciones del capitalismo originan, inevitablemente, serias dificultades en la realización de las mercancías producidas, obstaculizan la transformación ininterrumpida de la forma mercantil del capital en su forma monetaria, lo cual altera todo el proceso de su ciclo. Tales contradicciones se manifiestan con singular fuerza destructora durante las crisis económicas de superproducción

COSTO DE PRODUCCIÓN: parte del valor de los productos elaborados, se expresa en forma monetaria e incluye las inversiones en medios de producción consumidos y en la remuneración del trabajo. Durante el movimiento cíclico de los recursos, estas dos partes del valor se separan y aparecen como gastos en dinero de las empresas que funcionan sobre la base del cálculo económico, destinados a adquirir los elementos materiales de la producción y a remunerar el trabajo. El costo de producción constituye un importantísimo índice generalizador de la actividad económico—productiva de las empresas socialistas. Se planifica y se calcula por los elementos de las inversiones (presupuesto de producción) y por los capítulos de cálculo de los gastos.
El cálculo del costo por los elementos de las inversiones permite mostrar su estructura (correlación de los elementos que lo constituyen), determinar todos los gestos de la empresa (presupuesto de gastos de producción) y coordinar el plan de costos de producción de la empresa, de las ramas y de los Consejos de Economía Nacional con los otros apartados del plan. Los capítulos de cálculo de gastos, al mostrar la orientación que se da a las inversiones, hacen posible controlar los resultados de la actividad económica de las empresas y de otras organizaciones económicas; proporcionan la base para establecer los objetivos que se planifican con miras a la reducción del nivel de los gastos de producción así como para determinar las acumulaciones. El costo de producción de la mercancía se calcula sumando los valores de todos los artículos terminados, trabajos y servicios que se hallan incluidos en ella. Todos los gastos de la empresa relacionados con la elaboración del producto son gastos de producción, y en su conjunto forman el costo fabril. Entran en los gastos fuera de la producción: los de empaquetado, embalaje y transporte del producto; los gastos para la venta, los de administración y demás gastos de gestión por ramas y por negociados de los Consejos de Economía Nacional; las deducciones que se asignan a la preparación de personal especializado; los gastos para trabajos de investigación científica y de experimentación. El costo fabril más todos los gastos extraproductivos forman el costo total de producción. Hay que distinguir el costo planificado de la producción y su costo resultante (real). EI costo incluye todos los gastos de la empresa relacionados con la producción y la realización de los artículos que en ella se producen. Los gastos que se derivan de la incuria en la gestión sólo se reflejan en los cálculos de control es decir, en el costo real, pera no se incluyen en los planes del costo de producción ni en los cálculos planificados. La reducción sistemática del costo de producción constituye uno de los exponentes más importantes de la economía del trabajo social, una fuente de ampliación de la producción socialista, una base real para la reducción planificada de los precios al por mayor y al por menor, del aumento de los ingresos de los trabajadores y, por ende, del aumento incesante de su nivel de vida material y espiritual.

CRÉDITO DE CONSUMO: bajo el capitalismo es una forma especial de crédito, que el capitalista concede a sus compradores en forma de mercancías de uso personal, que se han de pagar plazos. Por lo común se aplica a bienes de uso duradero, como automóviles, muebles, neveras, televisores, etc. La contradicción antagónica entre el crecimiento relativamente rápido de la producción capitalista y el limitado incremento de la demanda solvente de la población, así como la agravación del problema del mercado, provocan de manera objetiva la necesidad de ampliar la venta a plazos de bienes de consumo. Los trabajadores, cuando adquieren las mercancías a crédito, están obligados a pagar por ellas elevadas sumas en calidad de intereses, y a amortizar el crédito en el plazo establecido. Si no pueden hacerlo, se les retiran los objetos comprados y el dinero abonado por ellos hasta entonces no se devuelve. El crédito de consumo aumenta a grandes ritmos sojuzgando cada vez más a los trabajadores. Así, en los Estados Unidos, durante el período comprendido entre 1939 y 1961, dicho crédito pasó de 7 mil 200 millones de dólares a 55 mil 500 millones. La compra de mercancías a crédito no amplia la demanda solvente sólo difiere por cierto tiempo el pago del dinero por las mercancías compradas, más la realización efectiva se apoya en última instancia, en el crecimiento limitado de la capacidad adquisitiva de los trabajadores, capacidad que, en el régimen de producción capitalista, no puede superarse. Esto facilita el proceso de la superproducción de mercancías, la maduración y el ahondamiento de la crisis económica. El crédito de consumo existe también bajo el socialismo, mas persigue objetivos completamente distintos. En la U.R.S.S., se venden a crédito televisores, radios, aparatos fotográficos, relojes, muebles, tapices de fabricación manual, algunas pieles, trabajos de costura, etc., en general mercancías de elevado precio, cuya adquisición exige cierto ahorro de los ingresos del trabajo. De este modo el crédito de consumo proporciona a los trabajadores comodidades complementarias, permitiéndoles adquirir los objetos antes de haber reunido por completo todo el dinero necesario para comprarlos. Por lo común, en la U.R.S.S. el crédito se concede por un plazo de 6 a 12 meses con pago de una cantidad inicial que oscila entre el 25 % y el 40 % del precio de compra. El tipo de interés establecido para utilizar el crédito de consumo no rebasa el que abonan las Cajas de Ahorro del Estado. La ausencia de paro forzoso, en la U.R.S.S., y el incesante crecimiento de la demanda solvente de la población, garantizan la amortización total del crédito en el plazo fijado, excluyen la restitución de los objetos comprados a plazos, aplicada con tanta frecuencia en los países capitalistas.
 
COOPERACIÓN DE LAS EMPRESAS BAJO EL SOCIALISMO: lazos de producción entre empresas socialistas ocupadas en la elaboración conjunta de un determinado producto, aunque conservan su independencia económica y especializan su labor. La ventaja de la producción mancomunada estriba en que, combinada con la especialización de las empresas contribuye en gran medida a que se utilicen de manera racional los potenciales de producción y se facilita el progreso técnico, el crecimiento de la productividad del trabajo, la mejora de la organización y de las condiciones de trabajo. La cooperación se halla condicionada por el desarrollo de la especialización de las empresas. Al mismo tiempo, el aumento del nivel de especialización de la producción (ver) presupone que la cooperación entre las empresas se amplía por todos los medios. La cooperación y la especialización de las empresas, a la vez que hacen más fácil introducir en masa la mecanización compleja y la automatización, exigen que eleven su preparación los obreros, los ingenieros y técnicos, así como los dirigentes de la economía. Las formas concretas de cooperación de las empresas dependen de las peculiaridades de tal o cual rama de la industria. La cooperación puede ser de distrito o entre distritos. En el primer caso, los lazos de producción de las empresas se circunscriben al territorio de un distrito económico. En el segundo caso, abarcan a varios distritos económicos de una república o del país. En igualdad de condiciones, la cooperación más eficaz económicamente es la de distrito, pues reduce los transportes no racionales y los plazos de entrega, abarata la producción de los artículos. Este tipo de cooperación presupone el múltiple desarrollo de los distritos económicos. La cooperación puede establecerse asimismo en una rama de la industria (de una rama) o en distintas ramas de la producción (de varias ramas). Al elegir la forma concreta de la cooperación, se tiene en cuenta el efecto económico.





CRISIS AGRARIA: crisis económica de superproducción en la agricultura de los países capitalistas. La mengua de la producción industrial y el descenso de la capacidad adquisitiva de la población trabajadora hacen que disminuyo la demanda de productos del campo. Por otra parte, durante la crisis agraria se reduce la demanda de maquinaria agrícola, de abonos minerales y otras mercancías industriales. Todo ello ahonda la crisis agraria y hace más difícil salir de ella. Las crisis agrarias tienen la particularidad de no ser rigurosamente periódicas, y se distinguen por su prolongada duración. La primera crisis agraria se produjo entre 1870—1875, y duró hasta la segunda mitad de la última década del siglo: la crisis agraria subsiguiente abarcó desde 1920 hasta la segunda guerra mundial. Después de esta guerra, se inició una nueva crisis agraria, que aún subsiste. Todas estas crisis obedecen, por una parte, a una causa general: se agudiza la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de la apropiación; mas, por otra parte, cada una de ellas obedece también a causas específicas relacionadas con los importantes cambios habidos en la producción agrícola en el morco de toda la economía capitalista mundial. Así, la crisis agraria que se inicia en 1920 va unida al sensible incremento de las exportaciones de trigo a Europa realizadas por los Estados Unidos, Canadá, Argentina y Australia. Entre tanto, en los países europeos desapareció la demanda específicamente militar de productos del campo, la agricultura se restableció en Europa y supero luego el nivel alcanzado antes de la guerra. El resultado fue que la producción agrícola mundial superó la demanda solvente, y el mundo capitalista quedó de nuevo sumido en una crisis agraria. Durante la crisis, los capitalistas que toman tierras en arriendo, procurando que el peso de la renta (ver) recaiga sobre los trabajadores, disminuyen el salario a los obreros agrícolas, y en parte pagan la renta a costo de reducir el capital invertido en la agricultura; de este modo se hace difícil renovar el capital fijo y salir de la crisis agraria, lo cual, a su vez, determina su extraordinaria duración. Durante la crisis, los campesinos pequeños y medios, en su esfuerzo por evitar la ruina y mantenerse en sus tierras intensificando hasta un grado extremo su propio trabajo, aumentan la producción de artículos que ya no se venden, con lo cual se hace mas difícil aun superar la crisis, y muchos campesinos se arruinan, se les priva de su propiedad y de medios de vida. Después de la segunda guerra mundial, se ha intensificado particularmente el capitalismo en la agricultura mediante el empleo de maquinaria y productos químicos, con lo cual la producción se sigue concentrando, se arruinan en masa y desaparecen las haciendas pequeñas y medias. Sin embargo, ni siquiera este fenómeno puede atenuar la crisis agraria y menos aun superarla. Sólo es posible acabar con las crisis agrarias si se liquida el sistema de las relaciones capitalistas de producción.

CRISIS ECONÓMICA DE SUPERPRODUCCIÓN: fase del ciclo capitalista caracterizada por el estallido de todas las contradicciones de la economía capitalista. La crisis económica se manifiesta en la superproducción de mercancías y en el hecho de que se acentúan bruscamente las dificultades de venta. Las empresas o se cierran o reducen sensiblemente la producción de mercancías, crece el paro forzoso en masa, desciende en alto grado el nivel de vida de los trabajadores, se altera el comercio, se desequilibran las relaciones monetarias y crediticias, quiebran firmas industriales comerciales y bancarias. Bajo el capitalismo la superproducción de mercancías no es absoluta, sino relativa, pues significa que se da un exceso de mercancías tan sólo en relación con la demanda solvente. La causa de las crisis económicas de superproducción rende en la contradicción fundamental del capitalismo: la que existe entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de apropiarse los resultados de la misma. Dicha contradicción se manifiesta en la anarquía de la producción capitalista, en la alteración constante de las proporciones en la economía de los países capitalistas, en la contradicción existente entre la producción y el consumo, entre la burguesía y el proletariado. En el curso de la reproducción capitalista se pone inevitablemente al descubierto el antagonismo entre los fines de la producción capitalista y el medio de alcanzarlos. En su afán de ganancias, los capitalistas procuran ampliar sin limites la producción, lanzan al mercado una cantidad de artículos cada vez mayor. Al mismo tiempo, elevan el grado de explotación de los trabajadores y reducen su nivel de vida. Ello hace que la demanda solvente de la población empiece a rezagarse de las posibilidades de producción, lo cual conduce, inevitablemente, a que surjan dificultades para realizar las mercancías producidas en las empresas capitalistas. Las mercancías no se venden, las empresas no pueden reponer sus gastos, se encuentran imposibilitadas de continuar producción. En consecuencia, se altera el proceso de producción en las empresas, en la correspondiente rama y en toda la economía de la sociedad capitalista. El capitalismo sale de la crisis destruyendo parte de las fuerzas productivas (cierre de empresas, destrucción de mercancías), acentuando la explotación de los trabajadores y también renovando el capital fijo. Mas como quiera que en el marco del capitalismo no es posible eliminar la causa fundamental de las crisis de superproducción, surgen éstas una y otra vez, aparecen en todas las esferas de la vida económica (en la producción, en la distribución, en el cambio y en el consumo, en la industria y en la agricultura) y se extienden a todo el mundo capitalista. En el período del capitalismo premonopolista, estas crisis se repetían cada 10-11 años (en 1825, 1836, 1847 — 1848, 1857, 1866, 1873, 1882, 1890). La más profunda de todas ellas fue la de 1873. La sustitución de la libre competencia por el dominio de los monopolios ha conducido a que las crisis económicas sean más frecuentes y prolongadas, y a que sean más cortos los períodos de auge. En las condiciones de la crisis general del capitalismo (ver) las crisis económicas de superproducción han pasado a ser mucho más agudas y destructivas. A la par que se agravan hasta límites extremos todas las contradicciones del capitalismo y se ahondan las crisis económicas, en el ciclo capitalista se registran algunos cambios esenciales. En el período de la posguerra, la economía capitalista se distingue por la acentuación de la desigualdad en el desarrollo de los países capitalistas, por el aumento de la frecuencia con que se interrumpe el curso de la reproducción capitalista y por nuevos fenómenos críticos. El hecho se presenta con singular claridad en el ejemplo que ofrecen los Estados Unidos, que han pasado por cuatro crisis económicas después de la segunda guerra mundial, a saber: en 1948—1949, 1953—1964, 1957—1958, 1960-1961. El desarrollo del capitalismo monopolista de Estado (ver) la militarización de la economía y la inflación han originado nuevas dificultades y contradicciones en el proceso de la reproducción capitalista. Como consecuencia se acentúa más aun la anarquía de la producción capitalista, la desigualdad en el desarrollo de esta última, la explotación de los trabajadores, el conflicto entre el volumen de la producción y la escasa capacidad adquisitiva de la población. Las crisis económicas, por tanto, son una prueba de que el capitalismo se desarrolla a costa de despilfarrar las fuerzas productivas, a la vez que condena a millones de trabajadores a una existencia casi da hambre. En ellas se revela nítidamente la falta de correspondencia entre las relaciones de producción de la sociedad burguesa por una parte y el nivel y estado de las fuerzas productivas actuales por otra, se pone de manifiesto el carácter transitorio del modo capitalista de producción. Esto predetermina la inevitabilidad objetiva del hundimiento del capitalismo y la necesidad de sustituir este sistema por el sistema socialista de economía.


CRISIS GENERAL DEL CAPITALISMO: estado de crisis general del sistema capitalista del mundo y que abarca todos los aspectos de su vida económica, política e ideológica. Abandono del capitalismo por parte de nuevos países, debilitación de las posiciones del imperialismo en la emulación económica con el socialismo, desintegración del sistema colonial del imperialismo, agudización de las contradicciones de dicho sistema por el desarrollo del capitalismo monopolista de Estado (ver) y por el crecimiento del militarismo, intensificación de la inestabilidad interna y de la descomposición de la economía capitalista, incremento de la lucha entre el trabajo y el capital, inusitado reforzamiento de la reacción política en todos sentidos, establecimiento de regímenes fascistas, tiránicos, en varios países, honda crisis de la política y de la ideología burguesas: en todo ello encuentra su expresión la crisis general del capitalismo. La crisis general del capitalismo constituye el periodo histórico “de derrumbamiento del capitalismo en toda su extensión y de alumbramiento de la sociedad socialista” (V. I. Lenin). El régimen burgués se halla en esta situación hace ya aproximadamente medio siglo. A diferencia de la crisis económica de superproducción, que surge periódicamente y que el capitalismo supera mediante sus fuerzas internas en el marco de la sociedad burguesa, aunque pasado cierto tiempo se presente una nueva crisis, la crisis general del capitalismo una vez iniciada prosigue y proseguirá ininterrumpidamente hasta que el sistema capitalista de economía se liquide en todo el mundo como resultado de transformaciones revolucionarias y en su lugar se instaure el sistema socialista mundial de economía. El rasgo principal de la crisis general del capitalismo estriba en que el mundo se halla escindido en dos sistemas sociales opuestos: el socialista y el capitalista. Como quiera que la crisis general del capitalismo abarca un largo período histórico, durante este tiempo tiene lugar un doble proceso. Por una parte, mediante la revolución socialista, los países se van desprendiendo, uno tras otro, del sistema capitalista mundial, el capitalismo se va debilitando, se reduce la esfera en que el capital domina, aumentan y se ahondan todas las contradicciones del sistema capitalista de economía mundial, a la vez que se acentúan los aspectos reaccionarios de este sistema social agonizante y en descomposición. En la época de la crisis general del capitalismo, se ha desarrollado en gran escala el capitalismo monopolista de Estado, el imperialismo ha entrado en su período de declinación y muerte. Por otra parte, crece y se fortalece el sistema mundial del socialismo, la esfera en que se extiende el modo socialista de producción alcanza a un número cada vez mayor de países, demostrando la superioridad del socialismo sobre el capitalismo. La crisis general del capitalismo ha recorrido dos etapas y ahora se encuentra en la tercera. La primera etapa comienza con la Gran Revolución Socialista de Octubre y la primera guerra mundial. Dura más de 20 años hasta el estallido de la segunda guerra mundial. Durante estos años surgió el primer Estado socialista del mundo: la Unión Soviética. La U.R.S.S., único país socialista y cercado por países capitalistas hostiles se convirtió en una gran potencia industrial que pasó a ocupar el segundo lugar en el mundo por el nivel del desarrollo económico. En el curso de la segunda guerra mundial y de las revoluciones socialistas en varios países de Europa y Asia, transcurre la segunda etapa de la crisis general del capitalismo. El resultado fundamental de esta etapa estriba en que el capitalismo retrocede sensiblemente y el mundo del socialismo se amplia en gran medida. Se forma el sistema socialista mundial. Bajo los golpes del movimiento de liberación nacional de los pueblos oprimidos, se inicia la desintegración del sistema colonial del imperialismo. Se produce una nueva e importante debilitación del capitalismo. En la actualidad, el capitalismo mundial ha entrado en una nueva etapa — la tercera— de su crisis general. La peculiaridad distintiva fundamental de dicha etapa es la de haberse iniciado (alrededor de 1955) y haberse desarrollado no en relación con una guerra mundial, como ocurrió con las dos etapas anteriores, sino en tiempos de paz. Ahora, el contenido principal, la orientación principal y las peculiaridades principales del desarrollo histórico de la humanidad se hallan determinados por el sistema socialista mundial, por las fuerzas que luchan contra el imperialismo y por la reorganización socialista de la sociedad. Una poderosa oleada de revoluciones de liberación nacional ha provocado la desintegración del sistema colonial del imperialismo. De sus ruinas han surgido decenas de nuevos estados jóvenes que han arrojado de sus hombros el yugo del imperialismo y han emprendido la vía de su desarrollo independiente. El imperialismo ha perdido definitivamente y para siempre el dominio absoluto que del mundo había tenido, la correlación de fuerzas entre los sistemas socialista y capitalista ha cambiado radicalmente en favor del socialismo y en perjuicio del capitalismo. El haberse liquidado el régimen capitalista en un gran número de países, el desarrollo y la consolidación del sistema socialista mundial, la desintegración del sistema colonial y el hundimiento de los viejos imperios, la ruptura, ya iniciada, de la estructura colonial que presentaba la economía de los países liberados del imperialismo, la ampliación de los nexos económicos entre estos países y el mundo del socialismo, todo ello hace más profunda la crisis de la economía capitalista mundial. La existencia de los dos sistemas sociales opuestos va unida a las contradicciones que entre ellos se dan, a su lucha política e ideológica. Hoy, cuando las fuerzas del socialismo de la paz y de la democracia superan a las fuerzas del imperialismo, la guerra no es totalmente inevitable, existe la posibilidad real de evitarla desplegando la lucha de los pueblos contra las fuerzas militantes del imperialismo, que procuran desencadenar una nueva guerra mundial. El rumbo general de los países socialistas en el terreno de las relaciones internacionales con los países del mundo capitalista lo constituye el principio de la coexistencia pacífica de los estados con distinto régimen económico—social y en establecer, sobre dicha base, la emulación económica, en la que el socialismo alcanza una victoria tras otra.


CUOTA DE PLUSVALÍA: relación entre la plusvalía y el capital variable (p : v) expresada en tanto por ciento. También puede expresarse por medio de la relación entre el tiempo de trabajo adicional y el tiempo de trabajo necesario. La cuota de plusvalía muestra en cuántas veces el valor de que el capitalista se apropia sin remunerarlo supera a lo que el obrero recibe por su fuerza de trabajo, o bien —y es lo mismo— en qué proporción la jornada de trabajo se divide en tiempo durante el cual el obrero trabaja para sí y tiempo durante el cual trabaja para los capitalistas. Por esto “la cuota de plusvalía es la expresión exacta del grado de explotación de la fuerza de trabajo por el capital, o del obrero por el capitalista’’ (C. Marx). Lenin, en el artículo “Los salarios de los obreros y las ganancias de los capitalistas en Rusia”, mostró, partiendo de datos estadísticos de una investigación oficial llevada a cabo en fábricas y plantas industriales, que en 1908, el grado de explotación de los obreros rusos pasaba del 100 %, pues con un salario medio de 246 rublos anuales, cada obrero producía al capitalista una ganancia media de 253 rublos. A medida que el capitalismo se desarrolla, la cuota de plusvalía se eleva incesantemente. Crece con singular rapidez en el periodo del capitalismo monopolista. El aumento de la masa de plusvalía engendra hondas contradicciones antagónicas entre la burguesía y las masas trabajadoras, lleva a una agudización de la lucha de clases en la sociedad capitalista

CURSO DE LA MONEDA —relación de cambio entre monedas—: determinada correlación entre distintas monedas, precio de la unidad monetaria de un país expresado en unidades monetarias de otros países. El establecimiento del curso de una moneda se llama cotización de la moneda. Se distinguen dos clases de cotización: la directa y la indirecta. El método mas difundido es el de la cotización directa, según el cual el precio de una unidad o de una determinada cantidad de unidades (por lo común 100 ó 1.000) de una moneda extranjera se expresa en unidades monetarias del país dado. Por ejemplo, en la U.R.S.S. 1 dólar de los EE.UU. = 90 kopeks. Con el método de la cotización indirecta, la unidad monetaria del país se expresa en moneda extranjera. Por ejemplo en la Gran Bretaña, 1 libra esterlina = 2,80 dólares de los EE.UU. En la base del curso de la moneda figura la paridad oro o monetaria, es decir, la relación entre las monedas en dependencia de su contenido oro, establecido por la ley. Cuando no existe el libre intercambio de los signos monetarios por oro ni la libre exportación e importación de oro, el curso de la moneda puede distanciarse de la paridad en cualquier medida si las fluctuaciones del curso no se regulan ni se limitan con medidas estatales adecuadas. Hay que distinguir entre el curso oficial y el curso libre de las monedas extranjeras. El curso oficial es establecido por el Banco central de emisión o por otra institución monetaria del Estado. En los países capitalistas, cuando existen limitaciones de divisas, con frecuencia se establecen varios cursos oficiales de moneda extranjera, que se aplican, en particular, a los pagos por ciertos grupos de mercancías de exportación e importación con el fin de estimular o frenar su importación o exportación. El curso libre se forma en el mercado libre de divisos y es el vigente en la venta o compra de moneda extranjera en el mercado negro. El curso libre, por lo común, es sensiblemente más alto que el oficial. En la mayor parte de los países capitalistas, los bancos publican dos cursos para cada moneda: uno más alto (cotización de vendedor) al que se atienen los bancos al vender las divisas, y otro más bajo (cotización de comprador) al que los bancos se atienen cuando las compran. La diferencia entre estas cotizaciones constituye el beneficio de los bancos por el comercio de divisas. En los mercados monetarios capitalistas no son las divisas extranjeras lo que constituye el objeto del comercio, sino distintas clases concretas de documentos de crédito y de pago extendidos en moneda extranjera, es decir, letras de cambio, cheques, giros telegráficos, billetes de banco, etc. Después de la segunda guerra mundial, con la agudización de la crisis general del capitalismo —que se caracteriza, en la esfera de la circulación monetaria, por un desequilibrio crónico de las balanzas de pago y por los ininterrumpidos procesos inflacionistas en la economía— el curso de las monedas capitalistas es formal y no siempre refleja el valor real de las correspondientes monedas en relación con el oro y con las mercancías. El curso del rublo soviético se diferencia en principio del curso de las monedas capitalistas. En la U.R.S.S. la cotización de las monedas extranjeras corre a cargo del Banco de Estado. Se basa en el firme contenido oro del rublo, establecido por el Estado Soviético según un determinado plan, y refleja todas las modificaciones que se dan tanto en el contenido oro como en el curso de las monedas extranjeras en los mercados de divisas del exterior. En el boletín de cotizaciones que publica el Banco de Estado de la U.R.S.S., se aplica el método de la cotización directa.

DEPAUPERACIÓN ABSOLUTA DEL PROLETARIADO: reducción del nivel de vida del proletariado bajo el capitalismo. Se manifiesta, ante todo, en el descenso del grado en que se satisfacen las crecientes necesidades, materiales y espirituales, de los obreros, en el empeoramiento de sus condiciones de trabajo y de vida. La depauperación absoluta de la clase obrera, lo mismo que la depauperación relativa del proletariado (ver), es una consecuencia directa de la ley económica fundamental del capitalismo —la ley de producción de la plusvalía— y de la ley general de la acumulación capitalista (ver). Loa principales factores que determinan el nivel de vida del proletariado en la sociedad capitalista son: el grado de ocupación y las dimensiones del paro forzoso, el nivel del salario real (ver) y su correlación con la fuerza de trabajo, la duración de la jornada de trabajo, la intensidad del trabajo, las condiciones generales de trabajo, las condiciones de vivienda y de vida en general, el servicio médico, la asistencia social, etc. Constituye un rasgo importantísimo de la depauperación absoluta del proletariado bajo el capitalismo, el incremento del paro forzoso que, con la crisis general del capitalismo (ver), se hace crónico, resulta insoluble y afecta a grandes masas. El paro no sólo priva de medios de vida a los obreros, los condena al hambre y a la miseria, sino que, además, agrava la situación de los obreros ocupados, provoca un descenso de su salarlo y un empeoramiento de las condiciones de trabajo, inseguridad con el mañana, insuficiencia de recursos, inestabilidad. Una de las manifestaciones esenciales de la depauperación absoluta del proletariado bajo el capitalismo estriba en el descenso del salario real, con lo que se reduce el grado en que se satisfacen las necesidades del obrero indispensables para la reproducción normal de su fuerza de trabajo. Agravan la situación del proletariado, el aumento de los impuestos y el incremento de los precios de los artículos de consumo, los alquileres elevados, que absorben con frecuencia del 25 al 30 por ciento del salario de los obreros, así como la carestía del servicio médico. Intensificando el trabajo y prolongando la jornada, los capitalistas obligan al obrero a invertir más trabajo. Por otra parte, el salario o no varia o se eleva en medida insignificante, con lo que se hace mayor la diferencia entre el salario real y el valor de la fuerza de trabajo. La depauperación absoluta del proletariado bajo el capitalismo se agudiza de modo especial durante las crisis económicas, en los períodos de estancamiento industrial. Esto aumenta más aun la dependencia del trabajo asalariado respecto al capital, conduce todavía con mayor rapidez a la depauperación relativa y a veces absoluta de la clase obrera. La militarización de la economía en los países capitalistas y la consiguiente carrera de armamentos, así como las guerras imperialistas hacen que se reduzca la producción civil, se eleven en flecha los impuestos, aumente la inflación, se acreciente la intensidad del trabajo de los obreros y se prolongue la jornada de trabajo, que descienda el salario real y, finalmente, se produzca el holocausto de millones de seres humanos. Bajo el capitalismo, no es sólo el proletariado el que está sujeto al proceso de depauperación absoluta; lo mismo ocurre con las capas no proletarias de trabajadores. La ruina de campesinos y artesanos acrecienta el ejército de desocupados, contribuye a que se reduzca el salario real de los obreros con empleo, a que sus condiciones de trabajo se agraven, es decir, conduce a la depauperación absoluta de los trabajadores. Sobre todo es grande la miseria de los trabajadores y bajo su nivel de vida, en los países coloniales y dependientes, atrasados. En ellos, el proletariado sufre un doble yugo: el del capital extranjero y del capital nacional. Explotación desmedida, un paro forzoso elevado, bajos salarios, duras condiciones de trabajo y de vida, miseria extrema, elevada mortalidad, tales son los índices principales del nivel de vida de los obreros en los países coloniales y dependientes. En los países de Asia, África y América Latina, poco desarrollados económicamente, el ingreso anual por habitante es de 20 a 25 veces inferior al que se registra en los Estados Unidos. La política reaccionaria del capital monopolista frente a los sindicatos y otras organizaciones obreras, la ofensiva contra los derechos democráticos de la clase obrera, la aprobación de leyes antiobreras, todo ello dificulta la lucha del proletariado por sus derechos y lleva a empeorar su situación. Al proceso de depauperación absoluta del proletariado, le acompaña una agudización de la lucha de clases en los países capitalistas, con lo cual el combate que sostiene la clase obrera en el terreno económico en defensa de sus intereses vitales se transforma inevitablemente en lucha política suya y de todos los trabajadores por la liquidación del régimen capitalista. No ha de concebirse el proceso de depauperación absoluta del proletariado como un proceso ininterrumpido, día a día, semana a semana y año por año del nivel de vida de los obreros. Se cumple como una tendencia inherente al capitalismo que se manifiesta de manera desigual en los diversos países y en los diferentes períodos. Varios factores contrarrestan dicha tendencia entre los cuales el más importante es la lucha de la clase obrera por mejorar su situación, por defender sus intereses básicos. Representa una ayuda inmensa para la clase obrera de los países capitalistas en su lucha por sus intereses vitales, el crecimiento incesante de las fuerzas del socialismo mundial, así como su transformación en el factor decisivo del desarrollo del mundo. “El miedo a la revolución —se dice en el programa del P.C.U.S.—, los éxitos de los países socialistas, y la presión del movimiento obrero obligan a la burguesía a hacer concesiones parciales en cuanto a los salarios, las condiciones de trabajo y la asistencia social”. Por otra parte, como lo demuestra la experiencia del movimiento obrero internacional las conquistas económicas y otras mejoras de las condiciones de vida de la clase trabajadora obtenidas en el marco del capitalismo a lo largo de una porfiada lucha de clases, no pueden ser sólidas. La lucha económica de la clase obrera no es suficiente para eliminar la tendencia a la depauperación absoluta del proletariado, tendencia inherente al régimen capitalista. Como se subraya en el programa del P.C.U.S., “A pesar de los éxitos aislados obtenidos en la lucha económica la situación de la clase obrera en el mundo capitalista, tomada en conjunto, empeora”. De ahí que únicamente la liquidación del régimen capitalista puede librar de la explotación a la clase obrera y acabar con su depauperación absoluta.


DEUDA HIPOTECARIA: préstamo concedido con la garantía de un bien inmueble (sobre todo tierra) rural o urbano es una de las formas primeras de crédito, y con el establecimiento del capitalismo se concentra en bancos hipotecarios especiales. Al hipotecar un bien inmueble, el deudor conserva el derecho de propiedad tan sólo formalmente. La deuda hipotecaria constituye una de las formas en que el cultivo de la tierra se separa de la posesión de la misma, y el capital penetra en la agricultura. Contribuye en no poca medida a subordinar la agricultura al capital financiero, a diferenciar a los campesinos, a concentrar la tierra en grandes haciendas capitalistas, a expropiar a los campesinos trabajadores. El pago de los intereses de la deuda hipotecaria absorbe casi todos los ingresos de los campesinos, y si la deuda no se cancela en el plazo debido, los bienes hipotecados se venden en pública subasta. Estos procesos han alcanzado enormes proporciones en el período de la crisis general del capitalismo especialmente en su etapa presente. En los Estados Unidos la deuda hipotecaria de los granjeros, desde el 1 de enero de 1950 hasta el 1 de enero de 1963, pasó de 5.579 millones de dólares a 15.500 millones, es decir, aumentó casi en tres veces. Casi una tercera parte de la tierra de todas las granjas de los Estados Unidos se halla hipotecada en los bancos, y la deuda hipotecaria correspondiente a 1 acre de tierra casi se duplicó de 1950 a 1961. La deuda hipotecaria de los campesinos de la Republica Federal Alemana aumentó casi en dos veces entre 1950 y 1957. La misma situación se da en Italia, en España y en otros países. En la U.R.S.S., no existe el sistema de crédito hipotecario, pues la tierra está toda nacionalizada, y no puede ser objeto de compra, de venta ni de hipoteca.


DEVALUACIÓN: reducción oficial, establecida por el Gobierno, del contenido oro de la moneda nacional, o bien reducción de su curso oficial respecto a las monedas extranjeras. Se recurre a la devaluación para estabilizar la circulación de dinero en un período de inflación. Es una consecuencia de la pérdida de valor de la moneda, de la disminución de su capacidad adquisitiva. En el decenio de 1951 a 1961, la capacidad de adquisición de las monedas capitalistas más importantes se redujo como sigue: el franco francés, en un 32 %; la libra esterlina inglesa, en un 27 %; la lira italiana, en un 10 %; el marco de Alemania Occidental, en un 13 %; el dólar de los Estados Unidos. en un 13 %; el dólar canadiense, en un 13 %. Después de la segunda guerra mundial, en los países capitalistas se han efectuado unas 150 devaluaciones de distintas monedas. En algunos países de América Latina, la moneda se ha devaluado en 6, 7 y 8 veces. Puede servir como ejemplo de devaluación en masa la que se llevó a cabo en otoño de 1949, bajo la presión de los Estados Unidos, en la mayor parte de los países capitalistas, reduciendo el curso de las monedas nacionales respecto al dólar estadounidense. De este modo, la cotización del dólar se elevó artificialmente con lo cual se acentuó más el caos monetario y aumentó la inflación en el mundo capitalista. Los Estados Unidos aprovecharon esta devaluación para ampliar su expansión económica adquiriendo a poco precio numerosas empresas en los países que desvalorizaron la moneda. Los monopolios de los países capitalistas utilizan la devaluación de su moneda nacional como arma de lucho por los mercados exteriores, pues la devaluación reduce los precios de las mercancías que se exportan traducidos en moneda extranjera y de este modo aumenta la capacidad competitiva de las mismas. Por otra parte la devaluación gravita como abrumadora carga sobre las espaldas de las masas trabajadoras, pues provoca la elevación de precios de las mercancías en moneda nacional y acarrea, por ende, una disminución del salario real.

DESARROLLO PROPORCIONAL DE LA ECONOMÍA SOCIALISTA: mantenimiento, por parte de la sociedad socialista, de manera constante y consciente, de relaciones cuantitativas racionales entre todos los sectores de la economía nacional y entre todas las fases de la reproducción social. En toda sociedad se dan determinadas proporciones, objetivamente condicionadas, entre las inversiones de trabajo en las diversas esferas de la actividad económica. En el capitalismo, debido a la anarquía de la producción (ver) y a la lucha competitiva, las proporciones necesarias se establecen espontáneamente, bajo la acción de leyes económicas que actúan a ciegas, y se establecen como magnitud media de las constantes desproporciones. En la sociedad socialista, cuya base económica radica en la propiedad social sobre los medios de producción, la anarquía de la producción cede su lugar al carácter planificado del desarrollo económico. La distribución proporcional de los recursos materiales y laborales entre los diversos tipos de actividad y ramas de la producción social, se lleva a cabo de manera planificada. Es expresión de la vigencia de la ley económica denominada ley del desarrollo planificado de la economía nacional (ver). El contenido de las proporciones que se establecen en la economía nacional bajo el socialismo es determinado tanto por la acción de las leyes económicas generales como por las leyes económicas del socialismo, ante todo por la acción de la ley económica fundamental del socialismo. Como quiera que en las proporciones de la economía nacional se expresan relaciones cuantitativas entre sectores recíprocamente vinculados, en muchas proporciones se destaca el aspecto principal, que determina el desarrollo de las demás ramas. La proporción básica, en la economía nacional, es la que se establece entre la producción de medios de producción y la producción de artículos de consumo, y se caracteriza por el hecho de que en tal proporción el puesto principal corresponde a la producción de medios de producción. En consecuencia, la relación entre estas dos secciones de la producción social se caracteriza por el incremento del peso especifico de la sección primera, lo cual lleva al rápido aumento de la producción de artículos de consumo personal. Son de gran importancia las proporciones entre la industria y la agricultura, entre la circulación de mercancías y los ingresos monetarios de la población, entre la producción y el consumo, la producción y la acumulación, etc. Atendiendo a la necesidad de economizar tiempo y conseguir resultados máximos con gastos mínimos, la sociedad socialista establece proporciones optimas, o sea, proporciones que, en cada etapa del desenvolvimiento económico, con unos recursos laborales, materiales y financieros dados, asegure los ritmos de crecimiento más elevados en lo concerniente a la producción social y al bienestar del pueblo. Las proporciones, en la economía nacional cambian sin cesar. La proporcionalidad en este terreno es una proporcionalidad dinámica. Se debe ello al progreso científico—técnico, que permite fabricar nuevos productos con menor consumo de trabajo (por ejemplo obtención de gas natural en lugar de hulla, desarrollo de la química) para satisfacer determinadas necesidades y también al nacimiento de nuevas necesidades sociales, que requieren un rápido desarrollo de nuevas ramas de la producción social. Actualmente, el problema de mantener una proporcionalidad óptima, en la economía nacional de la U.R.S.S., se presenta unido a la necesidad de acelerar el progreso de la industria química, progreso que permitirá satisfacer muchas necesidades de la industria y de la agricultura, así como la demanda de la población en artículos industriales de alta calidad, y satisfacerlas con inversiones mínimas de trabajo. También se eleva en alto grado el peso especifico de la radio— electrónica y de otras varias ramas novísimas de la industria a la vez que se reduce el peso especifico de las ramas “viejas”. El desarrollo proporcional planificado de la economía socialista no excluye la posibilidad de que aparezcan algunas desproporciones debidas tanto a factores objetivos (desastres naturales) como a causas subjetivas (deficiencias de planificación y de dirección de la economía). La sociedad socialista, disponiendo de reservas económicas suficientes, puede evitar las desproporciones que se van perfilando o eliminar las que hayan surgido. En la sociedad comunista resultara posible producir una cantidad de bienes materiales superior a lo que requiere satisfacer todas las necesidades sociales corrientes. “Semejante tipo de superproducción significa que la sociedad controla los recursos materiales de su propia reproducción” (C Marx), Esta relativa superproducción permitirá modificar con una rapidez máxima la estructura de la producción social, satisfacer no sólo las necesidades tradicionales de la sociedad, sino todas las que surjan. La coordinación de los planes económicos de los países que constituyen la comunidad socialista facilita el establecimiento de una proporcionalidad planificada, y su mantenimiento de manera consciente, en escala de todo el sistema mundial del socialismo, y ello conduce a una enorme economía de trabajo y de tiempo de trabajo en el desarrollo del sistema socialista de economía mundial.

DINERO: mercancía cuya función especifica estriba en desempeñar la función de equivalente general (ver). El dinero surgió espontáneamente en la remota antigüedad, en el proceso de desarrollo del cambio y de las formas del valor. En los estadios iniciales del cambio, fueron diversas las mercancías que se emplearon como equivalente general. Poco a poco, la función del dinero se fue fijando espontáneamente en la plata y el oro gracias a las singulares propiedades físicas y químicas de dichos metales, muy idóneos para desempeñar el papel de equivalente general. En el siglo XX, la función de mercancía dinero se ha circunscrito exclusivamente al oro. La aparición del dinero fue resultado del desarrollo de la contradicción interna dada en la mercancía, de la contradicción entre el valor de uso y el valor. En consecuencia, todo el mundo mercantil quedó escindido en dos polos: 1) todas las mercancías como valores de uso, y 2) el dinero, plasmación general del valor. En el valor de uso del dinero se expresa el valor de todas las demás mercancías; el trabajo concreto (ver) contenido en el dinero sirve de forma general en que se manifiesta el trabajo abstracto (ver), y el trabajo privado encarnado en el dinero aparece en forma socialmente reconocida. Por medio del dinero se realiza el calculo social del trabajo, se mide el trabajo contenido en la mercancía y esto medición no se hace de manera directa e inmediata en tiempo de trabajo, sino indirectamente, por medio del precio de la mercancía. A diferencia de las otras mercancías; el dinero posee la propiedad de ser directa y universalmente cambiable por cualquier otra mercancía. La esencia y el papel del dinero en la economía se manifiestan en las funciones del dinero (ver). La aparición del dinero resuelve la contradicción del cambio directo de mercancías a la vez que da origen a las condiciones para que sigan desenvolviéndose las contradicciones de la economía mercantil. El cambio de mercancías a través del dinero, en la economía mercantil basada en la propiedad privada sobre los medios de producción, intensifica la dependencia en que el productor de mercancías se encuentra respecto al mercado, a la fluctuación de precios debida a las variaciones de correlación entre la demanda y la oferta de mercancías. De ahí que la aparición del dinero supusiera un aumento del poder de la espontaneidad social sobre los hombres. El desarrollo de las relaciones monetario—mercantiles socava la economía natural e intensifica la diferenciación de los productores privados de mercancías. Las cargas feudales en especie se convierten en tributos en dinero, surgen y se desarrollan los impuestos monetarios. Entre las masas de la población aumenta la necesidad de dinero. El dinero se concentro en manos de los ricos y se convierte en medio de explotación de los pobres. En el régimen de propiedad privada sobre los medios de producción, cuando aparece en el mercado la mercancía fuerza de trabajo, el dinero facilita el desarrollo del sistema de trabajo asalariado y él mismo se convierte en instrumento de la explotación capitalista. La utilización del dinero con fines de lucro lo transforma en capital. Mas el dinero por si mismo no es capital. Expresa las relaciones de producción dominantes entre los productores de mercancías. Así se explica que la esencia del dinero se modifique en dependencia del modo de producción a que sirve. Bajo el capitalismo, el dinero se convierte en capital, sirve para enriquecer a la minoría explotadora. La necesidad del dinero en la sociedad socialista está condicionada por la existencia de la producción mercantil y por la acción de la ley del valor. Bajo el socialismo, el dinero cumple su función de equivalente general sin entrar en contradicciones antagónicas con la mercancía. No hay crisis económicas de superproducción que detengan el proceso de conversión de las mercancías en dinero. Bajo el socialismo, el dinero no aparece en calidad de forma universal de la riqueza de la sociedad, como bajo el capitalismo. Dada la limitación de la esfera mercantil, en la sociedad socialista elementos de la riqueza social tales como la tierra y el subsuelo, los bosques, etc. no son objeto de compraventa. Al suprimirse la propiedad privada, se liquida el poder del dinero sobre los hombres y sus relaciones. Bajo el socialismo, el dinero no puede actuar como capital, cono instrumento de explotación. Siendo, bajo el socialismo, equivalente general, el dinero está al servicio del proceso de la reproducción ampliada, se utiliza para organizar la autonomía económica, para el cálculo y control de la producción y distribución del producto social, se usa como medida del trabajo y como medida del consumo. El Estado socialista utiliza el dinero para organizar de manera racional y rentable la economía, estimulando materialmente a las empresas y a los trabajadores para que alcancen altos índices de producción con un mínimo de gastos sociales de trabajo. Establecido el comunismo, desaparecerá la necesidad del dinero.

DISTRIBUCIÓN: es uno de los aspectos de las relaciones de producción, fase necesaria del proceso de reproducción del producto social; relaciona la producción con el consumo. El carácter y la forma de la distribución son determinados por el modo de producción dominante. Lo decisivo es la distribución de los medios de producción. A su vez, la distribución influye activamente sobre el desarrollo de la producción. Bajo el capitalismo, la distribución de los medios de producción posee carácter antagónico ya que tales medios son casi por entero de propiedad privada capitalista y sirven como instrumento de explotación de los trabajadores. En el proceso de distribución de la renta nacional, los capitalistas se apropian de su mayor parte. Bajo el socialismo, con el dominio de la propiedad social, la distribución de los medios de producción y de los artículos de consumo se realiza en interés de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros. Casi todos los medios fundamentales de producción se encuentran en manos del Estado socialista, son patrimonio de todo el pueblo. Se distribuyen de manera planificada entre las ramas de la economía nacional. Una parte muy importante de los medios de producción agrícolas se halla concentrada en los koljoses, constituye la propiedad cooperativo-koljosiana. La división de los medios de producción en medios de todo el pueblo y medios cooperativo-koljosianos sirve de base económica a la existencia de dos clases amigas: obreros y campesinos koljosianos. La distribución del producto social global constituye el punto de partida y la base material de la reproducción socialista ampliada, cuyos carácter, proporción y ritmo determina. La parte del producto global que ante todo se restituye es la que concierne a los medios de producción consumidos en el ciclo precedente. La parte que queda forma el producto neto de la sociedad, su renta nacional. La distribución de la renta nacional se efectúa en interés de toda la sociedad, a la vez que se determinan las correlaciones óptimas entre la acumulación y el consumo. Una cuarta parte, aproximadamente, de la renta nacional constituye el fondo de acumulación, que se emplea en la reproducción socialista ampliada y para satisfacer otras necesidades generales del Estado y de la sociedad. Tres cuartas partes, aproximadamente, de la renta nacional constituyen el fondo de consumo, con el cual se satisfacen las necesidades materiales y culturales de todos los miembros de la sociedad. La distribución de la mayor parte de los fondos de consumo se lleva a cabo bajo la forma de los ingresos individuales que los trabajadores perciben por su trabajo: como salario en las empresas e instituciones del Estado, y en forma de entregas en especie y en dinero por jornadas de trabajo (“trudodní’’) en los koljoses. La parte restante de los fondos de consumo se distribuye gratuitamente o en condiciones más ventajosas a través del sistema de los fondos sociales de consumo. El principio socialista de distribución de los artículos de consumo según la cantidad y calidad del trabajo invertido por el trabajador es incompatible con la nivelación pequeñoburguesa que contradice el interés material de los trabajadores por los resultados de su labor. Bajo el socialismo, la distribución representa un poderosísimo estímulo para el desarrollo de la producción social, constituye un sistema de ingresos individuales, preferentemente monetarios, obtenidos según el trabajo. Ello hace que los trabajadores estén directa y materialmente interesados en los resultados de su labor. El sistema de retribuciones individuales determina el que también sean predominantemente individuales las formas en que se satisfacen las necesidades bajo el socialismo. Se desarrollan las formas sociales de satisfacerlas; a finales del actual período de veinte años, éstas representarán aproximadamente la mitad de todos los ingresos de la población. Entre la producción y la distribución socialista no existe una contradicción antagónica. Mas la acción recíproca que entre una y otra se establece da origen, claro está, a contradicciones no antagónicas que la sociedad va superando de manera consciente y planificada perfeccionando sin cesar las relaciones de distribución en consonancia con el carácter y el volumen de la producción. El tránsito a la distribución comunista según las necesidades significará, en último término, sustituir el sistema de ingresos individuales obtenidos con arreglo al trabajo por el sistema de los fondos sociales de consumo, que estarán gratuitamente y en cantidad suficiente al alcance de todos los miembros de la sociedad.

DIVIDENDO: ingreso que percibe el dueño de una acción (ver), parte de la ganancia de una sociedad anónima (ver). La magnitud del dividendo depende del volumen del beneficio neto de la sociedad anónima y de la cantidad de acciones emitidas. El tipo de dividendo suele ser superior al interés (ver) bancario establecido de manera fija sobre el capital de préstamo. Así se estimula a los poseedores de dinero para que lo inviertan en calidad de aportación al capital de la sociedad anónima. Los capitalistas utilizan la posibilidad de obtener una ganancia por las acciones como cebo para atraer a la sociedad anónima los ahorros de los trabajadores. No obstante, la parte de ganancia que corresponde a los trabajadores por sus acciones es ínfima. La parte del león la reciben los grandes capitalistas, que son quienes poseen la masa fundamental de las acciones. Así, por ejemplo, la familia del multimillonario Dupont posee, ella sola, acciones que superan en diez veces a las de todos los obreros de los Estados Unidos. Además, el ingreso que en forma de dividendo obtienen los trabajadores es fruto de su propio trabajo. Cuanto más crecen los dividendos de los capitalistas, tanto más patentemente se manifiesta la esencia parasitaria de la sociedad burguesa, su honda descomposición.

DIVISA: unidad monetaria de un país. Por divisa se entiende asimismo el tipo de sistema monetario de un país en dependencia de la base de garantía (oro, plata, divisa papel). El término de “divisa” también se emplea para designar la moneda extranjera que participa en el sistema de pagos internacional (divisa extranjero). Después de la crisis económica mundial de 1929— 1933, todas las divisas de los países capitalistas son papel moneda. Ello hace que las monedas capitalistas sean inestables y se encuentren sujetas a frecuentes crisis, a la inflación (ver) y a la devaluación (ver). Las monedas de los países capitalistas se subdividen en: a) convertibles en otras monedas, b) de convertibilidad limitada, es decir, convertibles sólo en algunas otras, y c) cerradas o monedas utilizables únicamente dentro de un país dado. La convertibilidad de la moneda puede ser completa o sólo parcial: exterior o interior. Cuando la convertibilidad es exterior, la libre conversión en otras divisas sólo se concede a los extranjeros, mientras que para los ciudadanos de la zona dada de divisas se exige un permiso especial de los institutos monetarios del país; si la convertibilidad es interior, los ciudadanos del país gozan del derecho da conversión libre y es de los extranjeros de quienes se requiere la obtención de un permiso especial. Hasta diciembre de 1958, fueron monedas convertibles el dólar de los Estados Unidos, el franco suizo y el escudo portugués. Desde diciembre de 1958, han pasado a ser convertibles la mayor parte de las divisas de la Europa occidental. En el mundo capitalista, las monedas clave, es decir, aquéllas en que se efectúan casi todos los pagos internacionales y que se utilizan en calidad de divisas de reserva, son el dólar de los Estados Unidos y la libra esterlina inglesa. En los últimos años, se viene ampliando el uso del marco germano occidental, del franco francés y de la lira italiana en los pagos internacionales. A medida que disminuye el peso especifico de los Estados Unidos en la economía del mundo capitalista, se debilitan sensiblemente las posiciones de la divisa capitalista fundamental; el dólar norteamericano. La crisis de divisas ha tomado la forma de “crisis del dólar” y se halla condicionada por el hecho de que la agresiva política exterior de los Estados Unidos exige gastos enormes para mantener las bases militares estadounidenses en el extranjero y para prestar ayuda a los regímenes reaccionarios de muchos países. Junto a la exportación de capital privado, los gastos del Gobierno en el extranjero pesan como abrumadora carga sobre la balanza de pagos de los Estados Unidos, cuyo déficit el Estado se ve obligado a cubrir con oro. A ello se debe que durante el período comprendido entre 1953—1963, las reservas de oro de los Estados Unidos se hayan reducido de 22 mil millones de dólares a 16 mil millones. Sufre también crisis la segunda gran divisa capitalista: la libra esterlina inglesa. El Fondo Monetario Internacional, que funciona desde 1946, no ha podido superar la crisis de divisas del sistema capitalista. La moneda de la U.R.S.S. —el rublo— y las monedas de los otros países socialistas se diferencian radicalmente de las divisas de los países capitalistas, lo cual se deriva de la esencia misma del régimen socialista. Las monedas de los países socialistas son las más firmas, pues su cobertura está formada tanto por las reservas de oro como, y ante todo, por la inmensa cantidad de mercancías que se encuentran en manos del Estado y que se ponen en circulación a precios fijos, establecidos según un plan.


DIVISIÓN CAPITALISTA INTERNACIONAL DEL TRABAJO: especialización de determinados países, en el marco del sistema capitalista de economía mundial (ver), en la producción, fundamentalmente, de uno o varios productos para su venta en el mercado mundial. Esta división del trabajo ha alcanzado su máximo desarrollo en el período del capitalismo monopolista, cuando se han establecido estrechos lazos económicos entre países muy diversos por sus condiciones naturales, por su desenvolvimiento económico y por la productividad del trabajo social. La división internacional del trabajo facilita el ascenso general de las fuerzas productivas de la sociedad y la utilización mas completa de los recursos materiales de los países capitalistas sobre la base de los resultados obtenidos por la ciencia y la técnica. Al mismo tiempo, lleva inherentes hondas contradicciones, fruto de la naturaleza explotadora del capitalismo. A ellas se debe el carácter deforme de la división capitalista internacional del trabajo, la cual —dadas la dura lucha competitiva entre los monopolios de diversos países y la situación dominante de los estados económicamente desarrollados en el mundo capitalista— hace que se intensifique la explotación de los países poco desarrollados. Las potencias imperialistas procuran impedir que estos países establezcan su propia industria, en particular la industria pesada base de su independencia económica y política. Incluso en los casos en que los monopolios montan en los países indicados empresas para extraer o elaborar determinados productos preferentemente materias primas, lo hacen para satisfacer las necesidades del gran capital, con desprecio de los intereses de la población autóctona, Los antagonismos irreconciliables pondrán asimismo en los lazos de producción engendrados por la división internacional del trabajo entre los países capitalistas industriales desarrollados. La lucha entre las diversas agrupaciones monopolistas internacionales e interestatales, que persiguen su propio lucro, actúa en sentido contrario a la tendencia de internacionalizar la producción.

DUMPING: venta de mercancías en los mercados exteriores a precios sensiblemente más bajos que los vigentes en el mercado interior y en el mercado mundial y, con frecuencia por debajo de los costos de producción. Se ha extendido mucho en la época imperialista, sobre todo en el período de la crisis general del capitalismo. El dumping es un arma importantísima del capital monopolista para la expansión de su comercio exterior. Los monopolios de los países capitalistas lo utilizan tanto para ampliar la exportación, eliminar la competencia y conquistar mercados exteriores, como para imponer elevados precios de monopolio en los mercados interiores reduciendo la oferta de mercancías. Por regla general, los monopolios aplican el dumping durante poco tiempo, hasta que han desplazado a sus competidores si han establecido con ellos un acuerdo de tipo cártel. Logrado este primer objetivo, los monopolios hacen subir los precios con frecuencia a un nivel más elevado que antes. De este modo el dumping lleva a un aumento de las ganancias de los monopolios, a una reducción del nivel de vida de los trabajadores debido a la elevación de los precios y de los impuestos, a un quebrantamiento de la economía en los países competidores, a un descenso de la producción y, como consecuencia, a un incremento de la desocupación. El dumping intensifica la lucha de los monopolios por los mercados exteriores, pues los países objeto de dumping establecen lo que se denomino aranceles anti—dumping, limitan las importaciones, etc. En la presente etapa de la crisis general del capitalismo, no son únicamente los monopolios y los cártels los que recurren ampliamente al dumping, sino que lo aplican también las organizaciones monopolistas de Estado que conceden a los exportadores subsidios especiales y con frecuencia actúan directamente en el mercado exterior, cubriendo, a costa del presupuesto del Estado, las pérdidas que se originan. Constituye una variedad de dumping el dumping monetario, es decir, la exportación de mercancía a precios inferiores a los precios mundiales realizada mediante la aplicación de tipos de cambio especiales, rebajados. De este modo, el curso exterior de la moneda baja más que la capacidad adquisitiva en el mercado interior, y el exportador, incluso son elevados costos de producción, vende sus mercancías a precios mas bajos que los mundiales y percibe una ganancia extraordinaria en moneda local.


ESPECIALIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN: es una de las formas de la división social del trabajo tanto entre distintas ramas de la industria y de la producción agrícola como en el interior de una rama en los diferentes estadios de elaboración del material. Bajo el socialismo, la especialización presenta un carácter planificado. En la industria se distinguen tres formas básicas de especialización: 1) especialización por artículos (por ejemplo, empresas automovilísticas, de tractores y otras empresas de construcción de maquinaria); 2) especialización por piezas (por ejemplo, fábricas de cojinetes a bola); 3) especialización por fases de trabajo o tecnológica. Bajo el capitalismo, la especialización choca con las limitaciones relacionadas con la propiedad privada sobre los medios de producción, se halla subordinada al afán de obtener ganancias máximas y se lleva a cabo en medio de una durísima lucha competitiva entre las empresas capitalistas. Cuando la economía está planificada y se han organizado grandes zonas económicas, se dan condiciones favorables para mejorar la cooperación y la especialización de las empresas. En el Programa del P.C.U.S. se dice: “...el desarrollo de la especialización y de la cooperación, así como la acertada conjugación de las empresas similares es una de las condiciones más importantes del progreso técnico y de la organización racional del trabajo social. Hay que concentrar preferentemente en grandes empresas especializadas la producción de artículos de un mismo tipo, previendo su emplazamiento más racional”. Cada vez tiene más importancia la especialización en la agricultura. La especialización permite que se organice mejor la gran producción en cadena e incrementa en gran medida la productividad del trabajo social, condición primordialísima para crear la base material y técnica del comunismo.

EQUIVALENTE GENERAL: mercancía que expresa el valor de todas las otras mercancías y por la que todas se cambian. En el proceso de cambio de las distintas mercancías por el equivalente general el valor de este ultimo aparece bajo el aspecto de forma general del valor (ver Formas del valor). La aparición de dicho equivalente implica un nivel bastante alto del desarrollo de la producción mercantil y la existencia de un intercambio regular. Del mundo de las mercancías se separó espontáneamente una que gozaba permanentemente de gran demanda en el mercado. Ello hizo que el cambio directo o trueque de mercancía por mercancía fuera desplazado por la circulación mercantil con lo que la operación comercial se lleva a cabo a través de un intermediario: el equivalente general. El cambio empezó a dividirse en dos actos vinculados entre si: primero el productor cambiaba su mercancía por el equivalente general y después cambiaba la mercancía—equivalente por la que necesitaba. En los distintos pueblos y en dependencia de las condiciones de la producción y del cambio, aparecieron en calidad de equivalente general mercancías diversas: ganado, cereales, pieles, metales etc. A medida que fue desarrollándose la producción mercantil y el comercio internacional en todas partes se empezaron a tomar como equivalente general los metales preciosos, el oro y la plata, que se convirtieron en dinero (ver). Finalmente el oro pasó a desempeñar la función de equivalente general en todas las operaciones comerciales.

ESTADO DE DEMOCRACIA NACIONAL: es una de las formas transicionales de organización estatal de los pueblos que se han liberado del imperialismo y han emprendido la vía no capitalista de desarrollo (ver). La esencia de ese Estado se encuentra definida en la Declaración de la Conferencia de representantes de los partidos comunistas y obreros celebrada en Moscú en noviembre de 1960: el Estado independiente de democracia nacional es un Estado que defiende de manera consecuente su independencia política y económica, lucha contra el imperialismo y sus bloques militares, contra las bases militares en su territorio; es un Estado que combate las nuevas formas de colonialismo y de penetración del capitalismo imperialista; es un Estado que rechaza los métodos dictatoriales y despóticos de gobierno; es un Estado que garantiza al pueblo, amplios derechos y libertades democráticas (libertad de palabra, libertad de prensa, de reunión, de manifestación, de creación de partidos políticos y organizaciones sociales), la posibilidad de realizar la reforma agraria y de satisfacer otras reivindicaciones en la esfera de las transformaciones democráticas y sociales, la posibilidad de participar en la determinación de la política del Estado. La base política del Estado de democracia nacional radica en el frente único democrático y nacional de todas las fuerzas patrióticas del pueblo, en la alianza de todas las fuerzas progresivas que luchan por la independencia nacional, por la democracia, por llevar hasta el fin la revolución nacional liberadora. El luchador más consecuente por el logro de estos fines es la clase obrera. El núcleo del frente nacional esta constituido por la alianza entre la clase obrera y el campesinado. La base económica del Estado de democracia nacional está formada por el sector estatal de la economía, creado sobre todo mediante la nacionalización y la construcción de nuevas empresas. Además de fortalecer su independencia política, es tarea importantísima del Estado de democracia nacional alcanzar la independencia económica, crear y fortalecer el sector estatal de la economía, regular y planificar a través del Estado la economía del país. El Estado de democracia nacional está llamado a efectuar transformaciones revolucionarias en la agricultura, a liquidar los restos del feudalismo, a impulsar la industrialización, a acabar con el analfabetismo, a elevar el nivel de vida material y cultural del pueblo, a preparar técnicos, científicos y otro personal especializado propio, nacional. Liberados del imperialismo, los nuevos estados jóvenes sólo pueden conservar su independencia política y alcanzar su independencia económica, si, a la vez que luchan con toda decisión contra el imperialismo, refuerzan y amplían la colaboración con los países del sistema socialista mundial, firme garantía contra las tentativas de exportar la contrarrevolución. La formación y consolidación de estados de democracia nacional ayudan a los pueblos liberados a avanzar rápidamente por la vía del progreso social, a intervenir activamente en la lucha por la paz, contra la política agresiva del campo imperialista, por la liquidación completa del yugo colonial. La idea del Estado de democracia nacional, formulada por los marxistas—leninistas, se desarrolla y concreta al ser aplicada con espíritu creador teniendo en cuenta las peculiaridades del movimiento de liberación nacional en los diferentes países


ESTADOS RENTISTAS: grupo de estados imperialistas usureros cuya oligarquía financiera además de obtener ganancias monopolistas en el interior de sus países, se enriquece a costa de otros estados, sobre todo los insuficientemente desarrollados y dependientes. Los monopolios capitalistas se apropian de una gran parte de la renta nacional de dichos países en concepto de beneficios por inversiones directas de capital, empréstitos leoninos, seguros, transporte y otros servicios prestados a los países deudores. La expoliación de los pueblos de otros países por parte de la oligarquía financiera de los estados rentistas constituye una de las manifestaciones de la descomposición y del parasitismo del capitalismo moderno y aparece como una de las causas de que las contradicciones de este último se agudicen. En las condiciones actuales, cuando de hecho se ha iniciado el desplome del sistema colonial del imperialismo, los pueblos de muchos países del mundo capitalista se liberan de la explotación financiera emprenden el camino de desarrollar una economía nacional independiente. Sin embargo los estados rentistas, recurriendo a nuevas formas y a nuevos métodos de colonialismo (ver Neocolonialismo), procuran envolver en la telaraña de la dependencia financiera a los pueblos de los estados políticamente independientes y perpetuar el saqueo de dichos países para enriquecer a los monopolios capitalistas. Hasta la primera guerra mundial, los estados rentistas más importantes eran Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Alemania. En la actualidad, el papel principal en calidad de estado rentista pertenece a los Estados Unidos, convertidos en el explotador más importante del mundo.



EXPLOTACIÓN CAPITALISTA: forma histórica de explotación de los trabajadores bajo la cual los capitalistas, poseedores de los medios de producción, se apropian la plusvalía creada por el trabajo no retribuido de los obreros. La forma de explotación capitalista se distingue de las formas esclavista y feudal por presentarse de una manera velada. En el régimen de esclavitud y en el feudal, la explotación resultaba palmaria, abierta; el trabajador dependía personalmente de los explotadores, y la disciplina del trabajo era la disciplina del palo. Bajo el capitalismo, los obreros jurídicamente son personas libres, pero como carecen de medios de producción, para no morir de hambre se ven obligados e vender su fuerza de trabajo (ver). El capitalista y el obrero como poseedores de mercancías aparecen en el mercado formalmente libres e iguales en derechos, mas la apariencia de igualdad jurídica entre el dueño del capital y el dueño de la fuerza de trabajo encubre la monstruosa desigualdad que existe entre los explotadores y los explotados. El obrero sólo es libre de elegir a cuál de los explotadores va a vender su fuerza de trabajo. Con el desarrollo del capitalismo y el incremento constante del ejército inmenso de parados, el obrero ya no es libre ni siquiera de elegir a su opresor. La disciplina del hambre le obliga a buscar al trabajo que sea. Únicamente acabando con la propiedad capitalista sobre los medios de producción y estableciendo la propiedad colectiva socialista, puede acabarse con la explotación del trabajo asalariado por parte del capital.


EXPLOTACIÓN COLONIAL: explotación de las colonias y de los estados dependientes por los imperialistas. La explotación colonial existía ya bajo el régimen de esclavitud —por ejemplo en la antigua Roma— en forma de expoliación directa, imposición de tributos a los pueblos sometidos y comercio de esclavos. Bajo el imperialismo, la explotación colonial se caracteriza por sus dimensiones, incomparablemente mayores (pues los imperialistas esclavizan a la inmensa mayoría de la población mundial) así como por la aparición de nuevos métodos de opresión, en gran medida velados, más no por ello menos duros. Los imperialistas utilizan ampliamente en el comercio colonial el intercambio no equivalente, creando las denominadas “tijeras de los precios”: en los países coloniales y dependientes venden sus mercancías a altos precios de monopolio y compran a precios bajos las materias primas la fuerza de trabajo y otras mercancías. Utilizan las colonias como fuente de materias primas baratas y como esferas de inversión —sumamente rentable— de capital, dado que en las colonias son muy baratas la mano de obra, la tierra, las materias primas y casi no existen capitales propios. Desde las metrópolis se exportan capitales en forma de préstamos y de inversiones monetarias en la industria, en la agricultura, en el comercio, etc. Por regla general, en las colonias se fundan empresas en la industria extractiva y en la industria ligera. Los imperialistas sólo toleran que en las colonias se desarrolle la economía en una o en muy pocas y limitadas direcciones: para ligarlas más fuertemente a las metrópolis, convierten a las colonias en apéndices agrarios y proveedores de materias primas, con una economía de monocultivo, de desarrollo unilateral. También las someten a la coerción extraeconómica. El sostenimiento de nutridísimos organismos de gestión, de una numerosísima administración militar y de “consejeros” asimismo militares corre a cargo de los presupuestos de las colonias. Los imperialistas obligan a los pueblos de tales países a sostener en tiempo de paz un ejercito y una administración extranjeros, es decir, a pagar el valor de las cadenas que los sujetan. Perciben de los pueblos coloniales una cantidad enorme de todo género de impuestos, exacciones y pagos. Las colonias también se explotan como plazas de armas estratégico-militares del imperialismo y como abastecedoras de carne de cañón barata, de soldados para las guerras imperialistas. Los monopolios capitalistas procuran conservar en las colonias las formas más brutales de yugo feudal y servil, el trabajo forzado, el sistema de peonaje —que es una forma encubierta de la esclavitud—, la usura, etc. En las colonias se establece la discriminación racial en los salarios, en la enseñanza, en la administración del país y en otras esferas de la vida social. A la vez que extraen de las colonias enormes beneficios, los imperialistas mantienen a los pueblos coloniales no sólo en la miseria sino, además, en la ignorancia; en varios países coloniales, el analfabetismo llega entre los hombres al 95 %, y entre las mujeres, al 99 — 100%. Prácticamente no existen servicios médicos para la población nativa. La implacable explotación de los monopolios y la expoliación directa a que los imperialistas han sometido a los pueblos de los países coloniales y dependientes han provocado el auge del movimiento de liberación nacional de los pueblos de las colonias, movimiento que en la actualidad ha conducido a la desintegración y al hundimiento del sistema colonial del imperialismo.



EXPORTACIÓN: salida de mercancías, capitales y servicios con destino al mercado exterior. La exportación, como la importación (ver), se halla condicionada para el desarrollo de la producción mercantil y por la división internacional del trabajo. Bajo el capitalismo y, sobre todo, en la época del imperialismo, la realización de las mercancías, en los mercados exteriores se convierte en uno de los problemas más graves y difíciles, en una de las causas de la lucha entre los países capitalistas por los mercados, las esferas de inversión de capitales y las fuentes de materias primas. La exportación de mercancías de los países imperialistas sirve como media de sojuzgar económica y políticamente a otros atados sobre todo a los países débilmente desarrollados. El sistema de elevados precios de monopolio para las mercancías que se exportan y de bajos precios de monopolio para las compras de materias primas y productos alimenticios en los países coloniales y dependientes, conduce a incrementar las ganancias de los monopolios. La necesidad de exportar está dictada también por la limitación de los mercados interiores debida al retraso relativo de la demanda solvente de la población en los países capitalistas. En la época imperialista, ha alcanzado un desarrollo preferente la exportación de capitales en forma de concesión de empréstitos estatales e inversiones directas de capital en el extranjero. La exportación de capitales hace que se amplíe la exportación de mercando. La estadística aduanera de los países capitalistas divide la exportación de mercancías en: 1) exportación especial, que incluye mercancías de producción interior o mercancías extranjeras, aunque parcialmente reelaboradas en el país dado y exportables a otros países; 2) exportación general que incluye mercancías de tránsito, es decir, mercancías extranjeras importadas en el país dado y exportadas sin reelaboración. La exportación de mercancías de los países socialistas en el interior del sistema mundial del socialismo constituye un intercambio de productos organizado sobre la base de la división socialista internacional del trabajo (ver) y de la coordinación de los planes de la economía nacional en las condiciones de una total igualdad de derechos y precios justos. En los países socialistas, el fomento de la explotación tiene por objetivo utilizar de la manera más eficiente las condiciones económicas naturales y climatológicas de cada país para acelerar el crecimiento de la producción social y elevar el bienestar del pueblo. El sistema socialista de economía mundial experta a los países en desarrollo, liberados del imperialismo, y les ayuda, con ello, a alcanzar su independencia económica.

EXPORTACIÓN DE CAPITALES: forma, típica del capitalismo monopolista, de invertir capitales en el extranjero con el fin de obtener ganancias máximas. El capital se exportaba ya durante el capitalismo premonopolista, mas entonces desempeñaba un papel secundario respecto a la exportación de mercancías (ver). La exportación de capitales constituye uno de los caracteres fundamentales del imperialismo (ver). La necesidad de exportar capital surge en los países capitalistas más desarrollados debido a que la oligarquía financiera (ver), después de concentrar en sus manos enormes recursos materiales y monetarios, encuentra limitadas las posibilidades de inversión en el interior del país de modo que las inversiones garanticen altas ganancias monopolistas; así se forma un relativo “sobrante” de capital que se desplaza hacia los lugares donde la cuota de ganancia es superior a la del país dado. Al mismo tiempo, la economía capitalista mundial del imperialismo hace posible invertir capitales de manera que produzcan altos beneficios, pues los países atrasados han sido ya incorporados a la circulación mundial de mercancías, cuentan con vías de comunicación hasta cierto punto accesibles y disponen de fuerza de trabajo libre para la explotación capitalista. La exportación de capitales se lleva a cabo ya sea bajo la forma de empresas (el capital exportado se coloca en alguna empresa) o en forma de préstamos (el capital exportado se presta a un determinado interés). En ambos casos, el exportador de capital explota a los trabajadores del país en que dicho capital se invierte, directamente en el primer caso, y en el segundo, a través de quienes obtienen los préstamos, es decir, a través de los explotadores locales. Actúan como exportadores de capital los propios monopolios o el aparato estatal —por ellos controlado— de los países imperialistas. En los últimos años, se registra una tendencia a aumentar sensiblemente el peso especifico de la exportación estatal de capitales, cosa que se explica por los esfuerzos colosales del movimiento de liberación nacional, que amenaza no sólo con reducir las ganancias del capital privado que se exporta sino, frecuentemente, con su pérdida absoluta. La forma estatal de la exportación de capitales resulta beneficiosa para los monopolios porque garantiza la indemnización de los beneficios “no obtenidos” mediante el saqueo impositivo de los trabajadores pertenecientes al propio país. Después de la segunda guerra mundial, la exportación de capitales de los Estados Unidos superó a la de todos los demás estados capitalistas tomados en conjunto. En los últimos años, se ha elevado considerablemente la exportación de capitales de la República Federal Alemana. La obtención de ganancias máximas sobre el capital exportado a países atrasados en su desarrollo económico, está indisolublemente vinculada al dominio económico y político de la oligarquía financiera en los países coloniales y dependientes, a la detención del incremento de la industria nacional en los países poco desarrollados, al mantenimiento de bajos precios monopolistas (ver precio de monopolio) para las mercancías que dichos países venden y a la explotación, en ellos, de mano de obra barata. Por cada dólar invertido en países poco desarrollados, desde 1946 hasta 1959, los Estados Unidos —exportador fundamental de capitales— obtuvieron 2,5 dólares de ganancia. La exportación de capitales acentúa la contradicción del imperialismo, dado que al intensificar la explotación de los países poco desarrollados, provoca inevitablemente en ellos, al mismo tiempo; un crecimiento de la producción industrial, la formación del proletariado industrial y de la burguesía nacional, fortalece el movimiento de liberación nacional. Los éxitos de este movimiento socavan cada día más las posiciones del imperialismo en los países poco desarrollados, hecho que también influye en gran manera sobre las direcciones que toma la exportación de capitales. Así, en los últimos años, los Estados Unidos han aumentado en alto grado la exportación de capitales a los países de Europa Occidental, donde el trabajo de los obreros se paga mas que en los países poco desarrollados pero bastante menos que en los Estados Unidos, lo cual hace lucrativa dicha explotación. El aumento de la exportación de capitales de los Estados Unidos a Europa Occidental acentúa en gran manera la lucha competitiva en el campo imperialista, agudiza más aun las contradicciones interimperialistas. No pocas veces los países que conquistan su independencia estatal nacionalizan el capital monopolista extranjero.


EXPROPIACIÓN: apropiación de bienes, con o sin indemnización, llevada a cabo por vía coercitiva, independientemente del consentimiento del propietario, por parte de personas privadas o del Estado en interés de una clase determinada o de toda la sociedad. En el período de la acumulación originaria del capital (ver), la burguesía efectuó la expropiación en masa de la pequeña propiedad campesina, desposeyó de tierra, por la fuerza, a los labradores, arruinó a los pequeños productores y los convirtió en proletarios. Bajo el capitalismo, la expropiación en masa de los pequeños productores prosigue, y se acentúa en singular medida en la fase imperialista. La competencia entre los propios capitalistas hace que el gran capital absorba a los capitales pequeños y medios, que el capital y la producción se concentren y se centralicen en pocas manos. La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a tal punto “que se hacen incompatibles con su envoltura capitalista. Ésta se rompe. Le llega la hora a la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados” (C. Marx). Con la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre, el proletariado expropió la propiedad de los capitalistas y terratenientes sobre los medios de producción y la convirtió en propiedad social socialista. La propiedad privada de los pequeños productores (campesinos, artesanos) no se expropia sino que se transforma en propiedad socialista mediante la cooperación voluntaria de los pequeños productores y la incorporación de los mismos a la obra de la edificación socialista con el apoyo material y financiero del Estado socialista.


FETICHISMO DE LA MERCANCÍA: materialización de las relaciones de producción inherentes a la economía mercantil basada en la propiedad privada sobre los medios de producción. Esta materialización posee un carácter objetivo. Los nexos sociales entre los productores privados únicamente se manifiestan en el mercado, en el proceso del cambio de sus mercancías. Nadie controla ni regula conscientemente estos nexos, que se desarrollan espontáneamente. Las relaciones entre los productores aparecen como relaciones entre los productos del trabajo humano. Esta forma especifica de la expresión de las relaciones sociales se halla condicionada por el peculiar carácter social del trabajo que produce mercancías. En la producción mercantil basada en la propiedad privada, los frutos del trabajo son productos de trabajos privados independientes entre si. Al mismo tiempo, entre los productores privados existe una estrecha conexión y dependencia recíproca basada en la división social del trabajo. Por este motivo "la independencia de los hombres entre si, se completa con un sistema de dependencia material en todos los aspectos" (C. Marx). El trabajo de cada productor de mercancías representa una partícula del trabajo social global, mas este carácter social de su trabajo únicamente se pone de manifiesto en el mercado, donde el productor comprueba si su mercancía es necesaria y por ende, si es necesario su trabajo para la sociedad. Resulta, pues, que toda mercancía, para obtener un reconocimiento social, ha de ser equiparada a otra mercancía por ejemplo al oro con el que ha de ser cambiable en una determinada proporción. Subjetivamente, los productores de mercancías ven dicha materialización de las relaciones de producción como una facultad misteriosa e independiente de ellos mismos que posee una cosa de cambiarse por otras en unas determinadas relaciones cuantitativas. Esta facultad parece una propiedad natural de la mercancía como lo son el peso u otras propiedades físicas. Los productos que fabrica el hombre con sus manos, aparecen como seres independientes dotados de vida propia, que se encuentran en determinadas relaciones con los hombres y entre si. En ello estriba, precisamente, el fetichismo que atribuye a la mercancía propiedades sobrenaturales. "El carácter misterioso de la forma mercancía estriba, por tanto, pura y simplemente, en que proyecta ante los hombres el carácter social del trabajo de éstos como si fuese un carácter material de los propios productos de su trabajo, un don natural social de estos objetos y como si, por tanto, la relación social que media entre los productores y el trabajo colectivo de la sociedad fuese una relación social establecida entre los mismos objetos, al margen de sus productores" (C. Marx). El producto superior en que se desarrolla el cambio de mercancías es el dinero, el capital y por este motivo el fetichismo de la mercancía encuentra su materialización más completa en el fetichismo del dinero, del capital, en el poder del oro sobre los hombres. Parece que no es el desarrollo de la producción mercantil y del cambio ni el desarrollo de las relaciones sociales lo que ha conducido a que una determinada mercancía, el oro, se convirtiera en dinero, sino, por el contrario, que todas las mercancías se cambien por oro y expresan en él su valor únicamente porque el oro es dinero por naturaleza. Todas las categorías económicas de la sociedad burguesa se hallan revestidas de forma material y por este motivo poseen un carácter fetichista. La economía política burguesa, intentando eludir el análisis de las contradicciones internas del capitalismo, se Imita a estudiar el aspecto externo de los procesos económicos tras las relaciones entre las cosas no descubre las relaciones sociales entre los hombres. Tan sólo la economía política marxista que descubre, bajo la envoltura material, las relaciones de producción entre los hombres efectúa un análisis auténticamente científico de todas las categorías de la producción mercantil y capitalista. Al suprimirse la propiedad privada sobre los medios de producción y establecerse la propiedad social sobre dichos medios a la ver que se organiza la economía planificada, se elimina, bajo el socialismo, también la base económica que engendra el fetichismo de la mercancía.


FINANZAS, EN EL SOCIALISMO: sistema de relaciones económicas por medio de las cuales se forman y utilizan según un plan los recursos monetarios para asegurar la reproducción socialista ampliada y para satisfacer las necesidades sociales de los miembros de la sociedad. Bajo el socialismo, las finanzas afectan a la utilización del dinero y de las relaciones monetario-mercantiles en la actividad económico-financiera de las empresas en el proceso de la formación y utilización del producto social global y de una parte considerable de éste, constituida por la renta nacional, así como en el proceso en que, por medio del rublo, se controlan los planes económico-financieros y se establece un régimen de economías. Por su contenido material las finanzas son el conjunto de los fondos centralizados compuestos por los recursos monetarios, directamente concentrables en manos del Estado y los fondos de recursos monetarios descentralizados, que están a disposición de diversas empresas y organizaciones bajo el régimen del cálculo económico. Las finanzas estatales generales se hallan directamente vinculadas a la actividad económica del Estado socialista en lo que concierne a organizar la producción social, dirigir la economía y la cultura elevar el nivel de vida del pueblo, controlar la medida del trabajo y la medida del consumo, consolidar la capacidad defensiva del país y desarrollar las relaciones de colaboración y ayuda mutua entre todos los países del sistema mundial del socialismo. Pertenecen a las finanzas generales del Estado: el presupuesto estatal, los seguros sociales del Estado, los seguros estatales de bienes y personales, el sistema de crédito estatal. Las finanzas de las empresas socialistas sirven para formar sus recursos y para facilitar el giro de los mismos para que en la economía se formen y se utilicen las acumulaciones en dinero y otros ingresos. El aspecto financiero de la actividad de las empresas abarca las relaciones monetarias que se establecen en el proceso de la reproducción entre las empresas y los trabajadores, entre el Estado y las empresas, entre éstas y las organizaciones y también en el seno de aquéllas. Con arreglo a las dos formas de propiedad socialista se diferencian las finanzas de las empresas estatales y las finanzas de las organizaciones cooperativo-koljosianas. El lugar rector lo ocupan las primeras. La función decisiva para crear acumulaciones monetarias en el país y para constituir el fondo de recursos monetarios pertenecientes a todo el pueblo, corresponde a las empresas del Estado. Los principios fundamentales para la organización de las finanzas en las empresas socialistas son: planificación, enlace con el cálculo económico de las empresas, estímulo para obtener elevados índices de producción, delimitación de los recursos fijos y los circulantes y de las fuentes de su correspondiente financiación, formación de reservas financieras. Los métodos financieros y las formas principales para distribuir y redistribuir la renta nacional, son: el impuesto sobre la circulación, la ganancia, las asignaciones para seguros sociales, la financiación de las inversiones básicas y de los medios rotativos, la constitución de los fondos sociales de consumo y de otros fondos. En el período del tránsito del capitalismo al socialismo se emplean en gran escala los métodos tributarios y crediticios para la redistribución de la renta nacional en beneficio de la edificación del socialismo. Con la edificación del socialismo a medida que la economía socialista se ha consolidado y desarrollado, los impuestos han perdido su sentido de clase y económico, y en una perspectiva próxima la única fuente de ingresos del Estado soviético serán las acumulaciones de la economía socialista. En todo el período de la amplia edificación del comunismo, se asigna a las finanzas un papel de suma responsabilidad. "En la edificación comunista -se indica en el Programa del P.C.U.S.- es necesario utilizar plenamente las relaciones monetario-mercantiles en consonancia con el nuevo contenido que les es propio en el periodo del socialismo. Para ello es de gran importancia aplicar tales instrumentos de desarrollo de la economía como el cálculo económico, el dinero, el precio, el costo, la ganancia, el comercio, el crédito y las finanzas". En la fase superior del comunismo, estos instrumentos de la economía, incluidas las finanzas, serán sustituidos por categorías más perfectas del cálculo directo y de la distribución del trabajo social, categorías que responderán al carácter de propiedad comunista única de todo el pueblo, y a las formas comunistas de distribución.



FISIÓCRATAS: representantes de la economía política burguesa de Francia en el siglo XVIII. El fundador de la escuela fisiocrática fue F. Quesnay. La parte central de la doctrina económica de los fisiócratas corresponde al problema de la plusvalía o del producto neto''. Los fisiócratas rechazaron la idea mercantilista de la riqueza como acumulación de dinero en el país (ver Mercantilismo). Consideraban que la única fuente de riqueza es la naturaleza, con cuyo concurso -a juicio suyo- y sólo con él puede crearse el producto neto. Reducían la plusvalía a un don físico de la naturaleza, creían que la agricultura es la única rama en que se crea el producto neto. Los fisiócratas daban el nombre de clase productora a la formada por los individuos ocupados en la agricultura. Definían la industria como esfera "estéril", y de las personas ocupadas en la industria decían que constituían la clase estéril, pues a juicio de los fisiócratas en la industria no se crea nueva riqueza. Concebían la plusvalía como un incremento material de los valores de uso, y no como un incremento del valor. A los fisiócratas corresponde el mérito de haber situado el problema concerniente al origen de la riqueza social en la esfera de la producción material en lugar de situarlo, como hasta entonces se había hecho, en la esfera de la circulación. Con ello sentaron las bases del análisis de la producción capitalista en su conjunto. Los fisiócratas fueron partidarios del dominio ilimitado de la propiedad privada, de la libre competencia y de la libertad de comercio exterior. Lo valioso de su doctrina estriba en hacer depender de la estructura económica la situación de las clases de la sociedad. Es asimismo un mérito científico de los fisiócratas el examinar el capital en la forma que adopta en el proceso de producción, en vez de identificar -como hacían los mercantilistas- el capital con la forma monetaria en que aparece ésta en la esfera de la circulación. Los fisiócratas dieron comienzo al análisis científico del capital fijo y del capital circulante mediante su doctrina de los anticipos iniciales y anuales. Fueron los primeros, en la historia de las ideas económicas, que intentaron analizar las leyes de la reproducción y de la distribución del producto social global bajo el capitalismo. Los clásicos del marxismo estimaron en mucho esa tentativa y la consideraron de alto mérito para su tiempo. El "cuadro económico" de Quesnay, aunque contenía muchas tesis contradictorias y erróneas, fue el primer ensayo llevado a cabo para presentar el proceso de la reproducción capitalista en su conjunto.




  FUERZA DE TRABAJO: capacidad del hombre para trabajar, conjunto de fuerzas físicas y espirituales de que el hombre dispone y que utiliza en el proceso de producción de los bienes materiales. La fuerza de trabajo es la condición fundamental de la producción en toda sociedad. En el proceso de producción, el hombre no sólo actúa sobre la naturaleza que le rodeo, sino que desarrolla, además, su experiencia productiva, sus hábitos de trabajo. En las sociedades antagónicas de clase, los obreros carecen de medios de producción y son explotados. Las formas en que la fuerza de trabajo se explota dependen del tipo de propiedad imperante. Bajo el capitalismo, la fuerza de trabajo se conviene en una mercancía. Las condiciones necesarias para que la fuerza de trabajo se convierta en mercancía son: 1) la libertad personal del individuo, la posibilidad de disponer de su fuerza de trabajo; 2) la carencia de medios de producción en lo que respecta al trabajador, la necesidad de vender la capacidad de trabajo para obtener medios de subsistencia. Bajo el capitalismo, la fuerza de trabajo, como cualquier otra mercancía, posee valor y valor de uso. El valor de la fuerza de trabajo se determina por el valor de los medios de vida indispensables para mantener la normal capacidad de trabajo de su poseedor y sostener a los miembros de su familia, y también por los gastos que implica el aprendizaje del obrero. Con el desarrollo de la sociedad, el valor de la fuerza de trabajo cambia de magnitud, dado que se modifican el nivel de las necesidades y la cantidad de medios de vida necesarios al obrero y a su familia; también cambia el valor de dichos medios de vida a causa del avance de las fuerzas productivas. Así, por ejemplo, el valor de la fuerza de trabajo de un obrero inglés en nuestros días es esencialmente distinto de lo que era a mediados del siglo XIX. Las diferencias de nivel en el desarrollo económico, las peculiaridades nacionales e históricas de los países, así como las condiciones naturales y climáticas hacen que el valor de la fuerza de trabajo en los diferentes países presente diferencias esenciales. A medida que la producción progresa, se registra una tendencia general a que se eleve el nivel de las necesidades del obrero y aumente el valor de la fuerza de trabajo. El precio de esta fuerza tiende a situarse por debajo de su valor, lo cual se halla condicionado por el aumento del paro forzoso. Los capitalistas procuran reducir al mínimo las necesidades materiales y culturales de los trabajadores disminuyendo los salarios. El valor de uso de la mercancía fuerza de trabajo estriba en la facultad que posee el obrero de crear, en el proceso de trabajo, un valor que supera al de la propia fuerza de trabajo, es decir, estriba en la facultad de proporcionar plusvalía (ver). En la facultad que la fuerza de trabajo posee de crear plusvalía reside el principal interés del capitalista. Únicamente en ello ve el capitalista el sentido de comprar y consumir fuerza de trabajo. En la sociedad socialista, la fuerza de trabajo no es una mercancía. Gracias al dominio de la propiedad social sobre los medios de producción, los trabajadores, en dicha sociedad, son los dueños de todas las riquezas. Las relaciones entre los obreros y el Estado socialista, así como con las uniones cooperativas, se establecen sobre la base de la utilización planificada de los recursos de trabajo en interés de todos los miembros de la sociedad. Las relaciones socialistas de producción hacen posible el desarrollo integral de las facultades físicas y espirituales de los trabajadores, la incesante elevación de su nivel cultural y técnico y de su bienestar material.


FUERZAS PRODUCTIVAS: conjunto de los medios de producción y de los hombres que los emplean para producir bienes materiales. La parte material de las fuerzas productivas, ante todo los medios de trabajo, constituye la base material y técnica de la sociedad. En nuestra época, se convierte en fuerza directamente productiva la ciencia. La fuerza productiva principal está formada por los trabajadores, que crean los instrumentos de producción, los ponen en movimiento, poseen experiencia y hábitos de trabajo. Las fuerzas productivas expresan la relación que existe entre el hombre y los objetos y fuerzas de la naturaleza, el grado en que éste los domina. En el proceso de producción de los bienes materiales, los hombres desarrollan y perfeccionan los instrumentos de trabajo, crean nuevas máquinas, aprenden a explotar las riquezas naturales, amplían sus conocimientos, van dominando las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad y de la naturaleza. Ello conduce a un crecimiento incesante de las fuerzas productivas. Por el influjo de este crecimiento y, ante todo, del perfeccionamiento de los instrumentos de producción, cambian las relaciones de producción (ver), y se modifica también el modo de producción (ver). A un determinado nivel de las fuerzas productivas corresponden determinadas relaciones de producción, en las que entran los hombres en el proceso de producción. "Lo que distingue a las épocas económicas unas de otras no es lo que se hace, sino el cómo se hace, con qué instrumentos de trabajo se hace. Los instrumentas de trabajo no son solamente el barómetro indicador del desarrollo de la fuerza de trabajo del hombre, sino también el exponente de las condiciones sociales en que se trabaja" (C. Marx). En una determinada fase de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes. En las formaciones económico-sociales antagónicas -esclavista, feudal y capitalista- dicha contradicción se convierte en un conflicto insoluble, dado que las relaciones de producción, de forma de desarrollo de las fuerzas productivas, se convierten en un freno, en un grillete de ellas. La revolución social es la forma en que se expresa y se resuelve este conflicto (ver Ley de la correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas). El capitalismo, después de haber desarrollado de manera gigantesca las fuerzas productivas, se convirtió en un obstáculo ingente para el progreso social. En la presente época de transición del capitalismo al socialismo, el conflicto cada vez más agudo, entre las fuerzas productivas y las relaciones capitalistas de producción, "plantea imperiosamente a la humanidad la tarea de romper la descompuesta envoltura capitalista liberar las poderosas fuerzas productivas creadas por el hombre y utilizarlas en bien de toda la sociedad" (Programa del P.C.U.S.). Bajo el socialismo y como resultado de la revolución socialista, en el transcurso de la edificación comunista, las contradicciones que surgen entre las fuerzas productivas en impetuoso crecimiento y algunos aspectos de las relaciones de producción que se han rezagado en su desarrollo, se eliminan perfeccionando a su debido tiempo dichas relaciones, con lo cual se asegura el desarrollo incesante y planificado de las fuerzas productivas en interés de toda la sociedad. La edificación de la base material y técnica del comunismo y la elevación del nivel cultural y técnico de los trabajadores: tal es la tarea cardinal que se he de cumplir para crear las fuerzas productivas comunistas.



FUNCIONES DEL DINERO: formas concretas en que se manifiesta la esencia del dinero como equivalente general. En la economía mercantil desarrollada, el dinero cumple las cinco funciones siguientes: 1) medida del valor, 2) medio de circulación, 3) medio de acumulación o de atesoramiento, 4) medio de pago y 5) dinero mundial. La función del dinero como medida del valor consiste en que el dinero (el oro) proporciona el material para expresar el valor de todas las demás mercancías. Toda mercancía, cualquiera que sea expresa su valor en dinero. De este modo resulte posible comparar cuantitativamente entre sí mercancías diversas. El dinero puede cumplir su función de medida del valor como dinero mentalmente representado o dinero ideal. Ello es posible porque en la realidad existe una determinada correlación entre el valor del oro y el valor de la mercancía dada. En la base de dicha correlación se encuentra el trabajo socialmente necesario invertido en la producción de uno y otra. El valor de la mercancía expresado en dinero es su precio. La función del dinero como medio de circulación estriba en servir de intermediario en el proceso de la circulación de mercancías. Para ello ha de haber dinero efectivo. El dinero cumple esa función momentáneamente: una vez realizado el cambio de una mercancía, inmediatamente empieza a servir para realizar otra mercancía, etc. Esta circunstancia permite sustituir al dinero contante en su formación de medio de circulación por representantes suyos: las monedas fraccionarias de valor incompleto y el papel moneda. La función del dinero como medio de atesoramiento se debe a que con él, dada su condición de representante universal de la riqueza, puede comprarse cualquier mercancía, y se puede guardar en cualquier cantidad. De ahí que la acumulación de riquezas y tesoros tome la forma de acumulación de dinero. Con el desarrollo de la economía mercantil-capitalista, se acentúa el poder del dinero, el poder de los ricos sobre los pobres. La fuerza social del dinero se convierte en fuerza de personas privadas. En estas condiciones, la acumulación del dinero pasa a ser un fin en sí. La función de atesoramiento, sólo puede realizarla el dinero de pleno valor: monedas y lingotes de oro, objetos de oro. Cuando circulaban monedas de oro, la función de atesoramiento era de suma importancia para el proceso en que se regulaba espontáneamente la circulación monetaria en los países capitalistas. El dinero actúa como medio de pago cuando la compra-venta de la mercancía se efectúa a crédito, es decir, con un aplazamiento del pago de la mercancía. En este caso el dinero entra en la circulación cuando vence el tazo del pago, pero no ya como medio de circulación, sino como medio de pago. Cumple la misma función en las operaciones de préstamo, en el pago de impuestos, de la renta del suelo, de los salarios, etc. La función del dinero como medio de pago hace posible la liquidación recíproca de las obligaciones deudoras y economizar el dinero efectivo. El dinero cumple su función de dinero universal en el mercado mundial y en el sistema de pagos entre los diversos países. En el mercado mundial, el dinero actúa bajo la forma natural, como lingotes de metales preciosos. El desarrollo de las funciones del dinero refleja el de la producción mercantil y sus contradicciones. Con el nacimiento y desarrollo del capitalismo, cambia de manera esencial el papel del dinero. Éste se convierte en capital, es decir, en medio de explotar el trabajo asalariado, en medio de apropiarse del trabajo no pagado de los obreros asalariados. Al mismo tiempo, en la sociedad capitalista utilizan el dinero en sus funciones corrientes los productores simples de mercancías, (campesinos, artesanos) y los obreros. En la sociedad socialista, donde el dinero expresa relaciones socialistas de producción, sus funciones se utilizan en la economía planificada en calidad de eficientes palancas económicas para el crecimiento planificado y rápido de la producción social y para elevar el bienestar del pueblo. En la economía socialista, el dinero ha dejado de ser capital y con sus funciones contribuye a que las empresas, las ramas de la economía nacional y la economía del país así como de todo el sistema mundial del socialismo desarrollen racionalmente su actividad económico-financiera. En la fase superior del comunismo, al desaparecer las relaciones monetario-mercantiles, desaparecen también las funciones del dinero.


GANANCIA -capitalista-: forma metamorfoseada de la plusvalía; aparece coma excedente (ingreso) sobre las inversiones de capital y de ella se apropia gratuitamente el capitalista. La transformación de la plusvalía en ganancia se debe a que el capitalista desembolsa capital no sólo para contratar fuerza de trabajo, sino, además, para adquirir medios de producción, sin los cuales no puede darse el proceso de producción, el proceso en que se crea plusvalía. Por este motivo la plusvalía, presentada de este modo como fruto de todo el capital desembolsado, adquiere la forma metamorfoseada de la ganancia" (C. Marx). En realidad, sin embargo, la fuente de la ganancia no comprende a todo el capital, sino únicamente la parte invertida en fuerza de trabajo. La forma de la ganancia encubre el origen real de esta última: la explotación del trabajo vivo por el capital. El que la plusvalía se convierta en ganancia se halla condicionado por el hecho de que la plusvalía sólo se manifiesta efectivamente en el proceso de realización de la mercancía, y lo hace bajo el aspecto de diferencia entre su precio y los gastos capitalistas (c + v) de producción, es decir, bajo el aspecto de ganancia que después de cada rotación del capital recibe el capitalista. Al poseedor del capital le es indiferente que en su empresa se fabriquen tales o cuales valores de uso; para él sólo una cosa importa: obtener ganancias (ver Cuota de ganancia). Lograr que los capitalistas obtengan ganancias máximas constituye la finalidad determinante de la producción capitalista, su principal motivo. Aquel que, en la carrera tras las ganancias, queda a la zaga, se arruina en la lucha competitiva. En la época de la libre competencia, los empresarios se contentaban con la ganancia media. En el período del imperialismo, los monopolios, intensificando la explotación de los trabajadores de sus países, expoliando a los pueblos de los países dependientes y atrasados recurriendo a la militarización de la economía y a la guerra, y también apropiándose de parte de las ganancias de los empresarios no monopolizados, extraen superganancias monopolistas. En la sociedad socialista la ganancia es el ingreso neto de la sociedad creado por el trabajo adicional de los trabajadores de la producción material. La formación de la ganancia, bajo el socialismo, no expresa la explotación del hombre por el hombre, eliminada para siempre en la sociedad socialista. La ganancia de la empresa socialista es el índice más general de los resultados que ha obtenido la empresa en su actividad económica-productiva. Para el sistema de economía socialista en su conjunto, la ganancia como categoría económica no posee el sentido social que la caracteriza en la sociedad capitalista. En la producción socialista, el fin principal es el de satisfacer las necesidades de la sociedad. La industria socialista no fabrica artículos para obtener ganancias, sino porque son necesarios a la sociedad. Al mismo tiempo, en cada empresa la ganancia tiene un importante significado, dado que es el índice económico de la eficiencia de su actividad. Sin calcular las ganancias, no hay modo de determinar a qué nivel la empresa produce y cuál es su aportación al fondo de todo el pueblo. En las empresas socialistas, el cálculo económico (ver) prevé que, de manera planificada, se señale el volumen de la ganancia de cada empresa teniendo en cuenta las perspectivas de desarrollo de su actividad productiva. La magnitud de la ganancia planificada aparece como diferencia entre el precio al por mayor planificado para la producción que se realiza y su costo total, también planificado (ver Costo de producción). En los casos en que el costo real y completo de la producción realizada resulta inferior al planificado, la empresa obtiene una ganancia por encima de la planificada. El ingreso real obtenido de este modo en las empresas socialistas se divide en dos partes: 1) ganancia neta de la empresa, y 2) deducciones de las ganancias que van al presupuesto del Estado para la formación del ingreso neto centralizado del Estado (ver). De las ganancias que la empresa obtiene por encima de lo planificado, aparte de las deducciones destinadas al presupuesto, se hacen deducciones para el fondo del Consejo de Economía Nacional (Comité de producción). La ganancia neta restante, la utiliza la empresa en primer término para ampliar y perfeccionar la producción, es decir, para financiar las inversiones básicas; va incluida en ello la amortización de créditos destinados a nueva maquinaria y al incremento de los medios de rotación propios. En segundo término, la utiliza para constituir el fondo de la empresa (en limites que oscilan entre el 1 y el 6 % de la ganancia planificada, y del 30 al 60 % de la ganancia que rebase la prevista en el plan, según sea la rama de la economía); este fondo se dedica también, en cierta medida, a ampliar y perfeccionar la producción, a mejorar las condiciones de trabajo pero en su mayor parte (cerca del 80%) sirve para atender las necesidades generales de tipo social y cultural de los miembros de la empresa y para estimular materialmente a los trabajadores de vanguardia.


GASTOS DE PRODUCCIÓN: conjunto de gastos de trabajo vivo y de medios materiales en la elaboración del producto. En la economía monetaria mercantil los gastos de producción se presentan bajo la forma de valor. El contenido económico de esta categoría es distinto en el capitalismo y en el socialismo. Los gastos capitalistas dé producción se miden por las inversiones de capital (c + v), es decir, se componen de las inversiones en capital constante y capital variable. Los gastos sociales de producción se miden por las inversiones de todo el trabajo (c + v + p), es decir, se componen de las inversiones de capital constante y variable más la plusvalía, de la que se apropia gratuitamente el capitalista. Los gastos capitalistas de producción encubren las relaciones de explotación, borran la diferencia entre capital constante y capital variable en el proceso de la producción de plusvalía. El volumen de los gastos de producción en la economía capitalista, se forma bajo la acción de la lucha competitiva y del carácter espontáneo que posee la economía de la sociedad burguesa. En la economía socialista, la categoría de gastos de producción también se halla ligada a las relaciones de valor, dado que existen la producción y la circulación mercantiles. Los gastos sociales de producción son iguales al valor de la mercancía, constituyen el valor de los medios de producción consumidos más el nuevo valor creado. Hay que distinguir de tales gastos las inversiones efectuadas directamente en las empresas o en las ramas de producción. Estas inversiones se destinan a adquirir medias de producción (materias primas, materiales, combustible, maquinaria, etc.) y al salario de los trabajadores. En las empresas socialistas, los gastas de producción asumen la forma de costo de producción (ver). El valor y el costo de la mercancía bajo el socialismo, no se contraponen entre sí. Representan tan sólo dos formas de expresar los gastos de producción de la sociedad socialista, sociedad que contabiliza tanto las inversiones globales de trabajo como las inversiones monetarias en la producción. Esto permite determinar el ingreso neto de la sociedad (ver) y establecer de manera planificada una correlación óptima entre el incremento de la acumulación y el del consumo. El descenso sistemático y planificado de los gastos de producción que es una ley de la producción socialista, encuentra su reflejo directo en el descenso del costo de producción y en el aumento de la rentabilidad. De ello se parte para reducir de manera planificada los precios al por mayor y al por menor de los artículos, para elevar los ingresos monetarios y el bienestar de los trabajadores.

GASTOS NETOS DE CIRCULACIÓN: gastos de circulación relacionados con la conversión de las formas del valor (la mercantil en monetaria y viceversa). Entran en esta categoría los gastos ocasionados por el sostenimiento de los edificios destinados al comercio los gastos de propaganda, los gastos de contabilidad, correspondencia y adquisición de material de oficina y gran parte de los desembolsos para remunerar el trabajo del personal comercial. Se incluyen asimismo en el capitulo de gastos netos de circulación los que origina la circulación del dinero. Bajo el capitalismo, los gastos netos de circulación se cubren a cuenta de la plusvalía creada por el trabajo no remunerado en el proceso de la producción. El trabajo que requiere el cambio de las formas del valor es un trabajo improductivo, o sea, no crea nuevo valor ni plusvalía. La parte fundamental de los gastos de circulación (ver) capitalistas son gastos netos de circulación y se halla relacionada con la anarquía de la producción y la competencia, con el excesivo volumen del aparato comercial, con los desmesurados gastos de realización, con los gastos de carácter especulativo y con otras clases de gastos no productivos. El crecimiento sistemático de los gastos netos de circulación, bajo el capitalismo, se halla condicionado por la agravación del problema de la venta. Bajo el socialismo, los gastos netos de circulación se reducen muy considerablemente dado que en la economía socialista no se dan gastos relacionadas con la competencia, con la especulación, etc. El nivel de los gastos netos de circulación, bajo el socialismo, es muchas veces inferior a su nivel bajo el capitalismo. Los gastos netos de circulación no modifican el valor global de la mercancía, pero influyen sobre el nivel de los precios mercantiles. La reducción de los gastos netos de circulación constituye una de las fuentes que permiten reducir los precios de venta. En el período de la edificación del comunismo en todos los frentes y dado el importante aumento de los servicios sociales, ha de registrarse un aumento de ciertos elementos de los gastos de circulación (a cuenta del aumento del número de empleados en el comercio, de la elevación de sus salarios, del incremento de los gastos de publicidad e información comercial, etc.). Mas, en su conjunto, los gastos netos de circulación han de reducirse debido a la mayor correspondencia entre la demanda y la oferta de mercancías, a la mecanización del trabajo en la esfera de la circulación, al desarrollo de nuevas formas de comercio, un emplazamiento más racional de la producción de mercancías y de la red comercial, etc.



IMPERIALISMO: es el capitalismo en su fase superior y última de desarrollo; es el capitalismo en descomposición, agonizante, umbral de la revolución socialista. La peculiaridad distintiva fundamental del imperialismo respeto al período preimperialista del capitalismo estriba en que el gran capital monopolista domina en las esferas económica, política e ideológica. De ahí que el imperialismo se denomine también capitalismo monopolista. Lenin fue el primero en someter a un análisis científico multilateral el imperialismo y en determinar sus rasgos económicos principales. Son estos: 1. La concentración de la producción y del capital ha llegado a un punto tan alto de desarrollo, que ha hecho surgir los monopolios, los cuales desempeñan un papel decisivo en la vida económica. 2. La fusión del capital bancario con el industrial, sobre cuya base surgen el capital y la oligarquía financieros. 3. La exportación de capitales, a diferencia de la de mercancías, adquiere singular importancia. 4. La formación de agrupaciones monopolistas internacionales de capitalistas, que se reparten el mundo. 5. La culminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes. El imperialismo no abroga los fundamentos del régimen burgués, como afirman machaconamente los defensores del capitalismo. Bajo el imperialismo se conservan las bases generales del modo capitalista de producción. Como antes, la propiedad de los medios de producción fundamentales sigue en manos de un pequeño puñado de capitalistas o de sus agrupaciones. Como antes, los trabajadores son objeto de explotación. El estímulo principal de la producción capitalista continúa siendo el afán de ganancias. La economía de los países capitalistas se desarrolla en las condiciones de la anarquía de la producción y de la lucha competitiva, bajo el influjo de leyes económicas espontáneas. La ley económica básica del capitalismo, la ley de la plusvalía -ley económica fundamental del capitalismo sigue actuando también bajo el imperialismo. La sustitución de la libre competencia por el dominio de los monopolios hace que las agrupaciones de capitalistas (cártels, sindicatos, trusts, consorcios), concentrando en sus manos gran parte de la producción y venta de las mercancías y aplastando a sus competidores, puedan obtener una elevada ganancia monopolista (ver), de magnitud sensiblemente mayor que la ganancia media. Después de analizar profundamente la esencia del imperialismo, Lenin llegó a la conclusión de que era posible la victoria de la revolución socialista en algunos países capitalistas e incluso en uno solo, y en este caso el desarrollo del proceso revolucionario en el mundo se produciría de modo que otros países se irían desgajando del sistema imperialista. El curso posterior de la historia ha confirmado esta previsión de Lenin. La contradicción fundamental del imperialismo sigue siendo la del trabajo con el capital, cada vez más acerba dado que el capital monopolista va aumentando la explotación y la opresión de las masas trabajadoras. En su insaciable avidez de elevadas ganancias, los monopolios saquean y oprimen no sólo a la clase obrera, sino, además, a los campesinos trabajadores, a amplios sectores de la intelectualidad, a la pequeña burguesía y a una parte de la burguesía media. Es singularmente pesado el yugo que se impone a los pueblos de las colonias y de los países dependientes; un profundo antagonismo separa los estados imperialistas de los países que han conquistado su independencia nacional, de los pueblos que luchan por su liberación. En el transcurso del movimiento de liberación nacional, los cimientos del imperialismo se resquebrajan cada vez más, sus fuerzas menguan (ver Desintegración del sistema colonial. Dado que en la época imperialista se acentúa la desigualdad del desarrollo de los países capitalistas (ver Ley de la desigualdad del desarrollo económico político de los países capitalistas en el período del imperialismo), se agudizan las contradicciones entre las propias potencias imperialistas en la lucha por la obtención de elevadas ganancias monopolistas. Todas estas contradicciones del imperialismo contemporáneo conducen a la formación de un torrente único democrático general que une a la clase obrera, a los campesinos, a la pequeña burguesía, a la intelectualidad y a importantes capas de la burguesía media nacional en un frente de lucha antimonopolista contra el yugo imperialista. El factor decisivo que debilita al imperialismo en el periodo de la crisis general del capitalismo (ver) estriba en el rápido crecimiento del sistema socialista mundial. Ello hace que el sistema imperialista mundial se encuentre desgarrado por hondas e incisivas contradicciones que corroen y destruyen al régimen capitalista, provocan su seria debilitación y, finalmente, su hundimiento. El capital monopolista, para conservar y en cierto modo apuntalar las resquebrajadas bases del imperialismo, para mantenerse en emulación frente al poderío, cada día mayor, del sistema socialista mundial, une su fuerza con la del Estado burgués. En esto consiste la esencia, el contenido fundamental del capitalismo monopolista de Estado (ver), que adquiere vasto desarrollo en la fase actual del capitalismo. El objetivo de esta unión estriba en asegurar a los grandes monopolios beneficios extraordinariamente elevados, en aplastar el movimiento obrero y la lucha de liberación nacional, en conservar y fortalecer los pilares del régimen capitalista, en intentar la destrucción del régimen socialista y el sistema socialista mundial en desencadenar guerras de rapiña. Sin embargo la experiencia histórica muestra que el capitalismo monopolista de Estado, en vez de reforzar el sistema capitalista -como esperan la burguesía y sus defensores-, acentúa más aun las contradicciones del capitalismo, lo socava de raíz. Consolidado el régimen socialista gracias a la victoria de las revoluciones socialistas en varios países de Europa y Asia, derribado el colonialismo por la lucha de liberación nacional de los pueblos de las colonias y de los países dependientes, ha cobrado un poderoso impulso el movimiento progresivo de las masas populares en los países capitalistas, ha surgido la posibilidad real de poner coto a las fuerzas del imperialismo tendientes a desencadenar una nueva guerra en el mundo. Liquidado el dominio exclusivo del imperialismo, la guerra ha dejado de ser una fatalidad inevitable. Ahora bien, el imperialismo no cederá sin lucha el camino al régimen nuevo, socialista. Intentará por todos los medios, incluido el de la agresión, establecer el dominio del capitalismo en todo el orbe. "Mientras exista el imperialismo -se dice en el programa del P.C.U.S.-, la humanidad no podrá sentirse tranquila respecto a su futuro". Mas actualmente las fuerzas del progreso, de la democracia y del socialismo superan a las fuerzas del imperialismo, se fortalecen y crecen sin cesar. El imperialismo ha puesto en pie contra sí mismo no sólo a las clases trabajadoras, sino, además, a todas las fuerzas principales de la sociedad burguesa. Y en definitiva esto es lo que decidirá el destino del imperialismo.


IMPORTACIÓN: introducción de mercancías, capitales y servicios extranjeros en el mercado interior de un país. A la importación de un país corresponde la exportación (ver) de otro

INDUSTRIALIZACIÓN CAPITALISTA: proceso espontáneo de desarrollo industrial de los países capitalistas, proceso que conduce al predominio de la industria pesada y al triunfo definitivo del modo de producción capitalista sobre el feudalismo. Por regla general se inicia en las ramas de la industria ligera, cuyo desarrollo exige capitales relativamente menores; en la industria ligera, el ritmo de rotación del capital es más rápido, con lo que los gastos se cubren más pronto y se obtienen más beneficios. Cuando se ha incrementado la demanda de medios de producción para la industria ligera y en sus ramas se han acumulado ganancias suficientes, empieza el desarrollo de la industria pesada, que va ocupando poco a poco la situación dominante. Las fuentes de recursos para la industrialización capitalista son la explotación y la expoliación de los trabajadores tanto del propio país como de otros países, ante todo de los coloniales y dependientes, las guerras, los préstamos leoninos y las concesiones. La industrialización capitalista conduce al rápido crecimiento de las ciudades, al aumento de la oposición entre la ciudad y el campo, a la acentuación de las contradicciones del capitalismo, en particular las que existen entre los países avanzados en el aspecto técnico y los poco desarrollados. En virtud de la desigualdad del desarrollo - propia del capitalismo-, la industrialización no se ha producido al mismo ritmo en los diversos países. Se inició con la revolución industrial en Inglaterra (último tercio del siglo XVIII - primer cuarto del siglo XIX) y después se dio en otros varios países. Ya en el siglo XIX, Inglaterra, Alemania, Francia y los Estados Unidos tenían una fuerte industria pesada y se convirtieron en potencias industriales, obstaculizaron la industrialización de las colonias y de los países dependientes, no dejaron que se creara en ellos la industria pesada, especialmente la de construcción de maquinaria. El resultado ha sido que en la actualidad existen muchos países sin una producción maquinizada desarrollada y con un retraso de 150 a 200 años en comparación con los estados industrialmente avanzados. Los jóvenes estados en desarrollo sólo pueden llevar a cabo su industrialización liberándose del yugo colonial, factor importantísimo para que conquisten una auténtica independencia no sólo política, sino, además, económica. En ello, la Unión Soviética y otros estados socialistas les prestan eficiente y desinteresada ayuda.

INFLACIÓN: presencia, en los canales circulatorios, de una masa de papel moneda sobrante en relación con las necesidades de la circulación de mercancías. El exceso de dinero circulante suele darse cuando surge un déficit presupuestario, el Estado burgués no puede cubrir sus gastos, en rápido aumento, y se ve obligado a recurrir a la emisión suplementaria de papel moneda. Lo más corriente es que el fenómeno se daba a la guerra, a la desenfrenada carrera de armamentos, a las consecuencias de las crisis económicas. La inflación hace que el papel moneda se desvalorice, en comparación con el material monetario (oro), en la medida en que la circulación del primero rebasa en la cantidad de dinero-oro necesario para la circulación de mercancías. Su influjo sobre toda la economía del país es desfavorable, pues la inflación da origen a un crecimiento rápido, incesante y sumamente desigual de los precios de las mercancías. Así surgen grandes diferencias de rentabilidad en las distintas ramas, lo cual estimula el desarrollo de algunas de ellas y provoca un gran descenso de producción en otras. De este modo se acentúa la anarquía y la desproporción en la esfera productiva, inherentes al capitalismo. El alza desigual de los precios da origen a una situación extraordinariamente favorable para que se especule con las mercancías, contribuye a que los capitales emigren de la esfera de la producción a la esfera de la circulación. Se elevan con especial rapidez los precios sobre la producción de carácter militar y ello hace que las correspondientes ramas se desarrollen con exceso, en detrimento de la producción civil. Se perturban asimismo las relaciones crediticias. La concesión de préstamos resulta desventajosa, pues los acreedores reciben dinero desvalorizado cuando se reembolsa el préstamo y sufren pérdidas considerables. El dinero desvalorizado socava la confianza en él, provoca el afán de deshacerse de él lo antes posible cambiándolo por mercancías, es decir, por valores reales. Al mismo tiempo, las personas que poseen mercancías procuran retenerlas, esperando que los precios continúen subiendo. De este modo se acentúa más aun la falta de correspondencia entre la cantidad de papel moneda en circulación y la cantidad necesaria para atender a la circulación de mercancías. Valiéndose de la inflación, la gran burguesía carga sobre los hombros de los trabajadores todo el peso de los gastos militares. La clase más afectada por la inflación es la clase obrera cuyo salario real baja sensiblemente debido al aumento de los precios de los bienes de consumo. Resultan perjudicados por la inflación, asimismo, los pequeños productores de mercancías, pues los precios de sus artículos crecen mucho más lentamente que los de los productos elaborados por las grandes empresas capitalistas. La gran burguesía evita las pérdidas que acarrea la inflación elevando los precios de sus mercancías, realizándolas en el extranjero en divisas duras, trocando en oro, piedras preciosas y moneda extranjera el capital monetario. Aprovechando la ruina de los empresarios pequeños y medios que no pueden resistir las conmociones inflacionarias, la gran burguesía les compra las empresas a ínfimos precios. De este modo la inflación contribuye a que el capital se concentre y se centralice. En el período de la crisis general del capitalismo, la inflación ha adquirido un carácter general y casi crónico. Las tentativas de los estados burgueses encaminadas a estabilizar sus monedas nacionales no dan los resultados apetecidos, pues la política de "guerra fría" y la carrera de armamentos a ella vinculada exigen gastos enormes e imprimen a los presupuestos estatales un carácter constantemente deficitario. En su conjunto, la inflación influye negativamente sobre la economía de los países capitalistas y, en última instancia, socave las bases económicas del capitalismo.


INVERSIÓN DE CAPITALES: colocación de capitales a largo plazo en empresas industriales, agrícolas, de transporte, etc., tanto en el interior del país como en el extranjero con el fin de obtener ganancias. La inversión de capitales va ligada a la formación del capital y de la oligarquía financieros. Los inversores de capital adquieren títulos: acciones y obligaciones de las sociedades anónimas obligaciones del empréstito del Estado, aportan capitales para la fundación de empresas. La inversión de capitales aumenta el valor del capital efectivo y contribuye a incrementar el capital ficticio (ver) parasitario. En el período del imperialismo, uno de cuyos rasgos característicos estriba en la exportación de capitales (ver) han alcanzado dimensiones colosales las inversiones en el extranjero, medio de que se valen los estados imperialistas para sojuzgar a otros países.



MANUFACTURA: segunda fase del desarrollo del capitalismo en la industria, precede a la producción maquinizada; empresa capitalista basada en la división del trabajo y en la técnica manual, artesanal. Como forma de la producción capitalista, la manufactura surgió a mediados del siglo XVI y predominó en ella hasta el último tercio del siglo XVIII. Lo característico de la primera forma de manufactura, la más simple estriba en que los trabajadores, que trabajan en sus casas, son explotados por el capital comercial. La fase siguiente de la producción manufacturera es la manufactura centralizada; con ella, los obreros asalariados explotados por el capital se concentran en un lugar. La manufactura surge por dos caminos: 1) en el taller donde están concentrados obreros de especialidades diferentes, los cuales ejecutan hasta el fin todo el proceso de producción necesario para crear un determinado producto; 2) en el taller donde se concentran artesanos de la misma especialidad. La labor homogénea se descompone en diversas operaciones que se convierten en función especial de cada obrero por separado. La manufactura capitalista creó las premisas para la gran producción industrial, contribuyó a la ulterior división del trabajo, simplificó en gran manera muchas operaciones laborales, perfeccionó los instrumentos de trabajo, preparó obreros especialistas para pasar a la producción maquinizada. La división del trabajo en la producción manufacturera por una parte elevaba la productividad, por otra intensificaba el grado de explotación del obrero, lo convertía en un obrero parcial, condenado para toda la vida a ejecutar una determinada operación. La manufactura favorecía la concentración de los medios de producción en manos de los capitalistas y significaba la ruina para la mayoría de los artesanos. Los dueños de las manufacturas explotaban duramente el trabajo asalariado. En Rusia, las manufacturas centralizadas se desarrollaron en gran escala a partir de la primera mitad del siglo XVIII. Presentaban una peculiaridad especifica y era la de que muchas manufacturas no se basaban en el trabajo asalariado, sino en el de los siervos. Aunque la división del trabajo en las manufacturas hizo que la producción capitalista de mercancías se acrecentara y que el rendimiento del trabajo social se elevan sensiblemente, la manufactura no abarcó toda la producción social. La existencia de un inmenso número de empresas industriales pequeñas y pequeñísimas constituye un rasgo característico del período manufacturero del capitalismo. Los mercados interior y exterior, en proceso de crecimiento, presentaban una demanda enorme de mercancías, demanda que la manufactura no estaba en condiciones de satisfacer. Se hizo necesario pasar a la producción maquinizada, a la que dio comienzo la revolución industrial


MEDIOS DE PRODUCCIÓN: conjunto de medios y objetos de trabajo que participan en el proceso de producción y que el hombre utiliza para crear los bienes materiales. Son medios de trabajo las cosas con que el hombre actúa sobre la naturaleza y sobre los objetos de trabajo con el fin de producir bienes materiales. Así, son medios de trabajo las máquinas, las maquinas-herramientas, el utillaje, los motores, diferentes aparatos, los edificios e instalaciones destinados a la producción, los medios de transporte y de comunicación y la tierra. La función determinante tanto en el proceso productivo como en el desarrollo de las relaciones sociales, corresponde a los instrumentos de producción (maquinaria, instalaciones, etc.). Es objeto de trabajo todo aquello a que se aplica el trabajo humano todo lo que es objeto de elaboración con el fin de adaptarlo al consumo personal y productivo: hulla, menas, petróleo, gas natural, algodón, lino, lana etc.. Algunos de los objetos de trabajo nos los proporciona directamente la naturaleza, otros son productos del trabajo (materiales en bruto o materias primas). Bajo el capitalismo, los medios de producción son propiedad privada de los capitalistas o de los monopolios y constituyen un capital, es decir, un medio de explotar el trabajo asalariado. Los trabajadores carecen de tales medios y se ven obligados a vender su fuerza de trabajo a los capitalistas y a crear para éstos plusvalía. Bajo el socialismo, los medios de producción pertenecen a la sociedad, son propiedad social dejan de constituir un instrumento de explotación del hombre por el hombre y se convierten en fondos de producción de la economía socialista. La propiedad social socialista ofrece amplios horizontes para que los medios de producción crezcan sin cesar, rápidamente, y se perfeccionen.


MEDIOS DE ROTACIÓN: conjunto de fondos de rotación (ver) y fondos de circulación (ver) de la empresa socialista expresados en dinero. La primera de estas dos partes actúa en el proceso de producción; la segunda, en la esfera de la circulación. En la industria de la U.R.S.S., a los fondos de rotación corresponde el 70-75 % de la suma total de medios de rotación; a los fondos de circulación, el 25—30 %. Por sus fuentes, los medios de rotación se dividen en propios (concedidos por el Estado a las empresas para que éstas satisfagan sus necesidades corrientes) y prestados (créditos del Banco de Estado para subvenir a necesidades transitorias). Los medios de rotación se encuentran en constante movimiento, pa­san sin cesar a través de la fase de producción a la esfera de la circulación, repiten una y otra vez este camino asegurando la continuidad de la rotación de los medios de la empresa, su normal actividad económica. Si se acelera el movimiento de los medios de rotación sIn que se modifique el volumen de la producción realizada, la empresa nece­sita menos medios de rotación. Los que quedan libres, pueden utilizarse para sa­tisfacer las necesidades de otras ramas de la producción, para aumentar las acumulaciones. Los medios de rotación se clasifican en sujetos y no sujetos a normas. Pertenecen a los primeros, las reservas de materias primas y materiales para la producción que se planifican y controlan en las empresas estatales, la producción no acabada, los productos semifabricados comprados, los gastos efectuados para dominar la elaboración de un nuevo producto, los materiales auxiliares, el combustible, el embalaje, las piezas de recambio para las repa­raciones, los objetos de poco precio y que se desgastan rápidamente y la producción acabada. A los medios de rota­ción no sujetos a normas, respecto a los cuales se establecen determinadas reglas de utilización, pertenecen: las mercancías expedidas, los recursos contabilizados (saldos deudores) y los recursos monetarios. Son condición importante de la utilización racional de los medios de rotación en las empresas socialistas, el régimen de economía y el cálculo económico (ver).


MEDIOS DE TRABAJO: conjunto de cosas con que el hombre actúa sobre los objetos de trabajo (ver). Los medios de trabajo se dividen en dos clases. De ellas, la más importante es la de los instrumentos de trabajo (instalaciones, maquinaria, motores, herramientas, dispositivos etc.). Asimismo forman parte de los medios de trabajo los edificios y las construcciones destinados a la producción, los ferrocarriles y carreteras, tuberías, líneas de electricidad, canales, etc. También son medios de trabajo los utilizados para el transporte de carga (vagones de mercancías, plataformas, vagonetas, carretillas, etc.) y recipientes de diverso tipo para conservar objetos de trabajo (carboneras, tubos, barricas, cestas, envases, matraces, balones, etc.). La tierra sirve de medio universal de trabajo.


MERCADO: ver Mercado interior, Comercio exterior.

MERCADO INTERIOR: esfera de la circulación de mercancías que abarca un determinado país. El mercado interior surgió y se desarrolló sobre la base de la división social del trabajo y de la separación de los productores en calidad de propietarios de los medios de producción. El desenvolvimiento acelerado del mercado interior se inicia al consolidarse las relaciones capitalistas. El desarrollo del morcado interior en un estado es determinado por el desarrollo de la producción de mercancías en el país. Bajo el capitalismo, el aumento de la producción se lleva a cabo en presencia de contradicciones antagónicas entre ésta y el consumo de los trabajadores; ello hace que el incremento del mercado interior vaya a la zaga del incremento de la producción. En el período imperialista, el problema del mercado interior aun se agudiza más, dado que el dominio del capital monopolista lleva al extremo las contradicciones entre el carácter social de la producción y la forma privada de apropiación. Los estrechos limites del mercado interior obligan a los monopolios a buscar y conquistar mercados exteriores. La discriminación de las potencias imperialistas en la esfera del comercio exterior ahonda y agrava los problemas del mercado interior. Bajo el socialismo el mercado interior se conserva debido a la existencia de la producción mercantil y de las relaciones monetario-mercantiles. De su esfera se excluyen la fuerza de trabajo, la tierra, los fondos básicos de producción (plantes industriales, fábricas, minas, centrales eléctricas, etc.) y los recursos naturales. En este caso, el mercado interior no presenta las contradicciones antagónicas inherentes al capitalismo. Las proporciones entre la producción y el consumo se establecen de manera consciente, partiendo del conocimiento y de la utilización de las leyes económicas. Ello crea condiciones objetivas para que el mercado interior crezca con firmeza y sin crisis. El mercado interior, bajo el socialismo, se compone del comercio estatal, del cooperativo y del koljosiano.


MERCANCÍA: producto del trabajo destinado a satisfacer alguna necesidad del hombre y que se elabora para la venta, no para el propio consumo. Los productos del trabajo se convierten en mercancías tan sólo cuando aparece la división social del trabajo y cuando existen determinadas formas de propiedad sobre los medios de producción y los frutos del trabajo. Por consiguiente, o mercancía es una categoría histórica. En los modos de producción esclavista y feudal, la gran masa de los productos del trabajo se obtienen en un régimen de economía natural y no se presentan en calidad de mercancías. Sólo en la producción capitalista todos los frutos del trabajo se convierten en mercancías y también se convierte en mercancía -esto es lo más característico del capitalismo- la fuerza de trabajo (ver). Toda mercancía posee dos propiedades, tiene un doble carácter. En primer lugar, la mercancía ha de satisfacer tal o cual necesidad humana, ha de ser útil al hombre, y dicha propiedad constituye el valor de uso (ver) de la mercancía. Como quiera que la mercancía es un producto destinado al cambio, su valor de uso es portador del valor (ver), es decir, del trabajo social invertido en su producción y materializado en la mercancía. Estas dos propiedades de la mercancía son una consecuencia del doble carácter del trabajo. El gasto de trabajo concreto (ver) crea el valor de uso de la mercancía, y el trabajo abstracto (ver) crea el valor de la misma, Como valores de uso, las mercancías son cualitativamente heterogéneas y en consecuencia no conmensurables entre si desde el punto de vista cuantitativo. Como valores, las mercancías constituyen condensaciones de trabajo social homogéneo de los productores. La magnitud del valor de las mercancías está determinada por la cantidad de trabajo socialmente necesario. En la mercancía producida en las condiciones de la propiedad privada, se encierran en germen todas las contradicciones fundamentales de la producción mercantil simple y de la producción mercantil capitalista. En la economía mercantil de propiedad privada, el doble carácter del trabajo materializado en la mercancía refleja las contradicciones entre el trabajo privado y el trabajo social de los productores, entre el valor de uso y el valor. En la sociedad en que domina la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción, estas contradicciones de la mercancía se reflejan en las dificultades que existen para realizar la mercancía dada, en las crisis de superproducción que se repiten periódicamente y que estremecen la economía capitalista, en la lucha competitiva de los productores de mercancías, lucha que conduce, en último término, a la ruina de los pequeños productores y al enriquecimiento de unos pocos, los más fuertes económicamente, y en las condiciones actuales, al enriquecimiento de la gran burguesía monopolista. La producción de artículos como mercancías también se conserva bajo el socialismo. Son mercancías, bajo el socialismo, todos los productos agrícolas (víveres y materias primas) que venden los koljoses y los koljosianos al Estado y en los mercados koljosianos, así como todos los artículos de consumo que se producen en las empresas del Estado y se venden a través de la red comercial a la población urbana y rural o en el mercado internacional. También son mercancías los medios de producción. En la sociedad socialista las mercancías, por su naturaleza, se diferencian de manera esencial de las mercancías que se producen en las condiciones de la propiedad privada. En la sociedad socialista, la producción y el cambio de mercancías se efectúan bajo el dominio de la propiedad social sobre los medios de producción; en su mayor parte, los artículos se producen mediante el trabajo colectivo en empresas socialistas según un plan establecido de antemano, plan en que se tienen en cuenta las necesidades sociales y los inversiones de trabajo socialmente necesarias. La circulación de mercancías se organiza de manera planificada en escala de toda la sociedad. Por este motivo, la mercancía, en el socialismo, no es simplemente un producto destinado al cambio, sino un producto obtenido según un plan para satisfacer las necesidades de la sociedad socialista y que pasa al consumidor a través de la circulación organizada a tenor de un plan. En el socialismo, la esfera de la producción mercantil está esencialmente limitada, dado que en él la fuerza de trabajo del hombre no es una mercancía, la tierra y el subsuelo, las fábricas, las plantas industriales, las minas y otras empresas, no se venden ni se compran y por consiguiente no son mercancías. No existiendo la propiedad privada ni la explotación no es posible que la producción mercantil socialista se transforme en capitalista. En el régimen socialista, el trabajo abstracto y el trabajo concreto invertidos en la producción de las mercancías son dos aspectos del trabajo directamente social. Por consiguiente, bajo el socialismo, la contradicción entre el valor de uso y el valor de la mercancía no tiene un carácter antagónico y se resuelve de manera planificada, estableciendo proporciones adecuadas en la producción y realización de los artículos tanto en su expresión natural como en su valor. La producción mercantil se conserva durante todo el período de la edificación de la sociedad comunista en todos los frentes. Caducará y desaparecerá en la fase superior del comunismo.



MERCANTILISMO: tendencia de la economía política burguesa y de la política económica de los estados en la época de la acumulación originaria del capital (siglos XV-XVIII); reflejaba los intereses del capital comercial cuando éste todavía se hallaba unido al capital industrial. Los mercantilistas consideraban que la ganancia se crea en la esfera de la circulación y que la riqueza de los naciones se cifra en el dinero. De ahí que la política mercantilista tendiera a atraer al país la mayor cantidad posible de oro y plata. Los primeros mercantilistas (Stafford y otros) insistían en que se prohibiera toda exportación de dinero del país. Lo que ellos se proponían era acumular dinero en el país por todos los medios, exportando mercancías al mercado exterior. Con el crecimiento de las formas capitalistas de economía y la ampliación del comercio exterior, se hizo cada vez más evidente la inconsistencia de la política que veía su objetivo en retener el dinero de la circulación. Frente a la política de la balanza monetaria activa, se presentó la política de la balanza comercial. Sus partidarios eran mercantilistas posteriores (T. Mun, A. Serra y otros). Según ellos, el Estado ha de poseer un tamo activo en la balanza comercial, la importación de mercancías no debe superar a la exportación. Para que así fueses se estimulaba el desarrollo de la industria que producía para exportar. El mercantilismo consideraba que la fuente de la riqueza radica en el comercio exterior, y como quiera que eran los artesanos quienes suministraban las mercancías que se exportaban, se negaba a la conclusión de que era indispensable fomentar la producción artesanal. La producción capitalista estaba en sus comienzos y las ideas de los mercantilistas se hallaban condicionadas por el nivel del desarrollo económico de aquella época. El mercantilismo empieza a descomponerse a mediados del siglo XVII dado que, a medida que el capitalismo progresa, la forma principal de aumentar las riquezas va siendo la producción capitalista. El mercantilismo, según caracterización de Marx, fue la prehistoria de la economía política. La verdadera ciencia económica moderna empieza tan sólo cuando la investigación teórica pasa del proceso de circulación al proceso de producción" (C. Marx). En su tiempo, la política del mercantilismo fue progresiva, contribuyó a desarrollar las primeras grandes empresas capitalistas: las manufacturas; facilitó el progreso de las fuerzas productivas, la victoria del capitalismo sobre el feudalismo. Al mercantilismo como corriente del pensamiento económico de la burguesía, le sucede la teoría de los fisiócratas (ver).


MODO DE PRODUCCIÓN: modo de obtener los bienes materiales necesarios al hombre para el consumo productivo y personal. El modo de producción constituye la unidad de las fuerzas productivas (ver) y de las relaciones de producción (ver). El cambio del modo de producción origina cambios del régimen social, sirve de base al desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción, de toda la producción social. Gracias a los conocimientos adquiridos, a la experiencia y a los hábitos de trabajo, los hombres producen los bienes materiales, desarrollan las fuerzas productivas, que muestran el grado en que el hombre domina a la naturaleza. El nivel de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas determina el carácter de las relaciones de producción. Las relaciones de producción o relaciones económicas, es decir, las que se establecen entre los hombres en el proceso de producción de los bienes materiales, influyen a su vez activamente sobre las fuerzas productivas, facilitando u obstaculizando su desarrollo. Si las relaciones de producción corresponden al nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, como ocurre, por ejemplo, bajo el socialismo éstas se desarrollan sin obstáculos. En cambio, cuando las relaciones de producción dejan de corresponder al nivel de las fuerzas productivas, como es el caso en el capitalismo contemporáneo frenan el progreso de dichas fuerzas, se convierten en una traba, y se hace necesario sustituir el modo de producción caduco por otro nuevo, que corresponda al nivel más elevado de las fuerzas productivas. Este cambio de un modo de producción por otro se efectúa por vía revolucionaria. El fundamento económico de las revoluciones sociales se pone al descubierto gracias a una ley económica general: la ley de la correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas (ver), descubierta por Marx. El papel decisivo en el sistema de las condiciones materiales de vida de la sociedad corresponde al modo de producción de los bienes materiales. Según sea el modo de producción, tal será en lo fundamental la sociedad misma -sus ideas, sus teorías, las concepciones y las instituciones políticas. La historia conoce cinco modos de producción que se han sucedido desde el nacimiento de la sociedad humana: el de la comunidad primitiva, el esclavista, el feudal, el capitalista y el comunista. Éste es el más progresivo de la historia. El que se sustituya un viejo modo de producción por otro nuevo es resultado inevitable de la agudización de las contradicciones entre las fuerzas productivas en desarrollo y las relaciones de producción rezagadas. Tales contradicciones, cuando impera la propiedad privada sobre los medios de producción, poseen carácter antagónico y se manifiestan en la lucha de clases. En esta lucha alcanza la victoria la parte de la sociedad que se halla vinculada al modo de producción más avanzado y progresivo. Bajo el socialismo, las contradicciones en el desarrollo del modo de producción no presentan carácter antagónico y la sociedad las supera mediante el perfeccionamiento consciente de las relaciones de producción, a las que adecúa el nivel de las fuerzas productivas. Del modo de producción hay que distinguir la base económica de la sociedad, que es el conjunto de las relaciones de producción dominantes en tal o cual sociedad humana. La unidad del modo de producción y de la superestructura ideológica y política que corresponde a la base de una sociedad dada constituye una formación económico-social.




NACIONALIZACIÓN DE LA TIERRA: liquidación de la propiedad privada sobre la tierra (suelo, subsuelo, aguas, bosques) y paso de esta última a propiedad del Estado. Bajo el capitalismo, la burguesía no nacionaliza la tierra, ya que ella misma es propietaria de una parte considerable de la tierra y que cualquier atentado contra la propiedad privada. El paso de la tierra, que es propiedad privada de terratenientes y capitalistas a propiedad del Estado socialista no sólo constituye un poderoso golpe contra la propiedad privada sobre los medios de producción, sino que representa, además, un paso hacia el socialismo. En la U.R.S.S., la tierra fue nacionalizada como resultado de la Gran Revolución Socialista de Octubre. El 26 de octubre (8 de noviembre) de 1917, en el II Congreso de los Soviets se aprobó el decreto sobre la tierra. Se abolió la propiedad privada sobre la tierra, que se declaró propiedad del Estado (de todo el pueblo). Se confiscaron todas las tierras de los terratenientes; sus fincas con el ganado y los aperos de labranza lo mismo que las dependencias auxiliares, se declararon propiedad del Estado y se entregaron a disposición total de los órganos locales del Poder Soviético. En manos del Estado soviético la tierra de instrumento de explotación, se convirtió en una poderosa palanca económica para acabar con el capitalismo en el campo. La tierra se cedió en usufructo gratuito a los trabajadores. El campesinado recibió para su disfrute más de 150 millones de Hás. de tierra, sin contar a que pertenecía anteriormente a los kulaks; se vio libre de los arrendamientos que anualmente debía pagar a los terratenientes así como de los gastos por la compra de tierras, que representaban una suma de 700 millones de rublos oro, aparte del arrendamiento que debía pagarse en especie a los terratenientes en algunas regiones periféricas de Rusia. Se anuló la deuda campesina al Banco Agrícola, que ascendía a más de 1.300 millones de rublos. Se libró al campesino no solo de los arrendamientos y de la deuda al Banco Agrícola, sino, además de enormes gastos para la compra de tierras. Como resultado de la nacionalización de la tierra, indicaba Lenin, se estableció en el campo un régimen agrario de máxima flexibilidad para la transición al socialismo. La supresión de la propiedad privada sobre la tierra y la transformación de ésta en patrimonio de todo el pueblo del Estado socialista facilitaron la organización del trabajo colectivo de la tierra, la colectivización de la agricultura. En los países socialistas de Europa y de Asia (excepto en la República Popular de Mongolia, donde también se nacionalizó toda la tierra), en virtud de las particularidades de su desarrollo histórico el Estado ha nacionalizado únicamente parte de la tierra. La confiscada a los grandes terratenientes ha pasado a ser, en lo fundamental, propiedad privada de los braceros y de los campesinos con poca tierra. En tales países, a medida que la agricultura se transforma en agricultura socialista se van creando gradualmente las condiciones para que se nacionalice toda la tierra. La victoria del régimen socialista en el campo asegura la abolición total de la propiedad privada sobre la tierra.


NACIONALIZACIÓN CAPITALISTA: paso de empresas o ramas de la producción que pertenecen a capitalistas o a sus agrupaciones a propiedad del Estado burgués (ver Propiedad capitalista de Estado). Con ello no se modifica la esencia del capitalismo, dado que se mantiene la explotación del trabajo, y el Estado burgués actúa como capitalista global. La nacionalización capitalista constituye una de las formas con que se intensifica el capitalismo monopolista de Estado (ver), pues proporciona uno de los medios más importantes para elevar las ganancias monopolistas, militarizar la economía, preparar y desencadenar las guerras de agresión, reforzar el poderío militar y policiaco del Estado burgués y utilizarlo contra la clase obrera y el movimiento de liberación nacional. Suelen nacionalizarse las empresas o ramas de la producción que se encuentran en difícil situación económica, rinden pocas ganancias o incluso dan pérdidas y cuya modernización requiere importantes inversiones de capital. El Estado burgués, salvando de la bancarrota a los capitalistas, compensa generosamente todo el valor de las empresas nacionalizadas a sus propietarios y con frecuencia les paga intereses durante muchos años. Por lo general dirigen las empresas nacionalizadas sus anteriores dueños, quienes, con este motivo perciben sueldos sumamente elevados. No son raros los casos en que el Estado después de modernizar las empresas a costa del presupuesto (es decir, a costa de los impuestos que pagan los trabajadores) y de haber elevado su rentabilidad, los cede nuevamente en propiedad a determinados capitalistas o monopolios. Tal venta de empresas estatales suele efectuarse a precios muy bajos. De esta suerte, los monopolios se lucran tanto con la nacionalización como con la reprivatización", es decir, con la entrega de empresas estatales a manos privadas. En los países capitalistas, la nacionalización obedece asimismo a causas de carácter estratégico-militar. La nacionalización burguesa, una de las formas en que la producción se socializa, contribuye a crear las premisas materiales del socialismo. En los países en desarrollo, que se han liberado del yugo colonial, la nacionalización de las empresas que pertenecen al capital extranjero es un medio de luchar contra el imperialismo y de asegurar la independencia económica de los jóvenes estados. También en los países capitalistas desarrollados las nacionalizaciones pueden tener un significado positivo dado que, bajo la presión de la clase obrera y de su vanguardia, el partido proletario, pueden poner limites a la arbitrariedad del capital monopolista y obligarlo a realizar determinadas concesiones que alivien la situación de los trabajadores. El capital monopolista se opone a la nacionalización, que socava el principio de la propiedad privada y amenaza la base fundamental del capitalismo. Los partidos comunistas de los países capitalistas luchan por que se nacionalicen las empresas de los monopolios, por evitar que los antiguos propietarios intervengan en la gestión de las empresas nacionalizadas y por organizar la dirección de las mismas sobre bases democráticas. No hay que olvidar, sin embargo, que el paso de todos los medios importantes de producción a propiedad del pueblo y su utilización en consonancia con los intereses de los trabajadores sólo es posible como resultado de la revolución socialista y de la subsiguiente edificación del socialismo.




NACIONALIZACIÓN SOCIALISTA: abolición revolucionaria de la propiedad de las clases explotadoras por parte del Estado proletario y transformación de la misma en propiedad socialista estatal (de todo el pueblo). La nacionalización socialista constituye una necesidad objetiva, una importantísima parte integrante del proceso revolucionario que lleva del capitalismo al socialismo, y se desprende de las exigencias de la ley de la correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas (ver), constituye una de las leyes generales de la revolución socialista y de la edificación del socialismo. Liquida la propiedad capitalista y la de los terratenientes sobre los medios de producción, acaba con el dominio político de las clases explotadoras, crea el tipo socialista de economía. Las vías, los métodos y los ritmos con que se nacionalizan los medios de producción dependen de las condiciones históricas concretas y pueden ser diferentes en los distintos países. En unas condiciones la expropiación de la propiedad capitalista privada y la nacionalización de la industria, de los bancos, del transporte etc, se efectúan rápidamente, como ocurrió en la U.R.S.S. En otros casos, es posible nacionalizar los medios de producción de manera más gradual, como ha ocurrido en algunos países de democracia popular. La nacionalización se puede llevar a cabo tanto expropiando sin compensación la propiedad de la gran burguesía y de la burguesía media como abonando una indemnización. La nacionalización socialista convierte en propiedad social únicamente la propiedad de las clases explotadoras, no se nacionaliza la propiedad de los pequeños productores de mercancías (campesinos y artesanos). Las pequeñas empresas basadas en el trabajo personal se unen en grandes empresas colectivas de tipo socialista, y ello a través de la cooperación voluntaria y con ayuda del Estado socialista. La nacionalización socialista se diferencia de la burguesa (ver Propiedad capitalista de Estado). Con la nacionalización de tipo socialista, la propiedad estatal (de todo el pueblo) se utiliza en interés de todo el pueblo y sirve de base para liquidar la explotación del hombre por el hombre. En la U.R.S.S., los medios fundamentales de producción empezaron a nacionalizarse inmediatamente después de la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre, y la nacionalización se hizo efectiva a medida que para ello maduraron las condiciones necesarias. El 26 de octubre (8 de noviembre) de 1917, el II Congreso de los Soviets de toda Rusia promulgó el decreto sobre la tierra, en virtud del cual se abolía sin indemnización alguna la propiedad privada sobre la tierra. Esta fue declarada propiedad de todo el pueblo (ver Nacionalización de la tierra). En diciembre de 1917 se llevó a cabo la nacionalización de los bancos y se nacionalizó, asimismo, el comercio exterior, es decir, se estableció el monopolio del comercio exterior. En enero de 1918, todos los ferrocarriles pasaron a depender del Comisariado del Pueblo de Vías de Comunicación, y en junio de 1918 fueron declarados propiedad del Estado. Entre diciembre de 1917 y febrero de 1918 se nacionalizaron la prensa, la flota fluvial y los servicios de comunicaciones. Mediante un decreto del 28 de julio de 1918 se nacionalizó toda la gran industria del país. La nacionalización de la gran industria, de los bancos, del transporte y del comercio exterior significaba que el Poder Soviético había quebrantado la potencia económica de la burguesía, había creado el tipo socialista, que se convertía en el fundamental para la economía del país, y que dominaba los puestos de mando de la economía nacional. En los países socialistas, el proceso de nacionalización de los medios de producción fundamentales ha tenido lugar después de haberse establecido el poder de los trabajadores. En Checoslovaquia, por ejemplo, la nacionalización se inició en 1940, se declararon propiedad del Estado todas las empresas industriales con más de 300 obreros. Se nacionalizaron los bancos organizados en sociedades anónimas y las compañías de seguros. La Constitución promulgada en 1948 preveía la nacionalización de todas las ramas importantes de la industria y les empresas con un número de obreros superior a 50. En Bulgaria, en 1944 se declararon propiedad del Estado todas las empresas estatales, y en virtud de un decreto del 24 de diciembre de 1941, se nacionalizaron todas las grandes empresas industriales, las de tipo medio y parte de las pequeñas, los bancos y el comercio exterior. En Rumania, la nacionalización se llevó a cabo mediante la ley del 11 de Junio de 1948; se convirtieron en patrimonio de todo el pueblo las empresas industriales, los bancos y las compañías de seguros. Como resultado de la nacionalización socialista de la industria de los bancos, del transporte, del comercio exterior y del comercio al por mayor, así como de una parte de la tierra, en los países socialistas se creó la estructura socialista que pasó a ser dominante en la economía nacional; los puestos de mando en la economía pasaron a manos del Estado.



PARO FORZOSO: fenómeno que se da en el régimen capitalista y estriba en que parte de los trabajadores, a consecuencia de la acción de las leyes económicas del capitalismo no pueden emplearse en las empresas, se ven despedidos de la producción y no encuentran trabajo. El paro forzoso acompaña inevitablemente al régimen capitalista de producción. Como indicó Lenin, "constituye un integrante necesario de la economía capitalista, sin el cual ésta no podría existir ni desarrollarse". Los capitalistas se valen del paro forzoso para intensificar la explotación de los trabajadores pues el paro presupone que la demanda de mano de obra es inferior a la oferta y que, en consecuencia aumenta la dependencia en que el trabajo asalariado se halla respecto al capital. En el período imperialista y de la crisis general del capitalismo, el paro forzoso alcanza extraordinarias proporciones, se hace masivo y permanente. Ello se explica por la agravación de las contradicciones capitalistas, que se reflejan en la contracción de los mercados exteriores y de las esferas de avenida de capitales, en el fenómeno crónico de que las empresas no funcionan a pleno rendimiento en la profundidad y duración de la crisis económica, en el empeoramiento de la situación de los trabajadores. La existencia de un ejército masivo y permanente de desocupados constituye una terrible acta de acusación contra el capitalismo moderno, muestra el grado de descomposición a que ha llegado este régimen y que está condenado a desaparecer (ver Superpoblación relativa). El socialismo, al sustituir al capitalismo, acaba con el paro forzoso. La propiedad social ya dominante y el sistema planificado de la economía, lo liquidan totalmente y para siempre.


PLUSPRODUCTO: producto creado por los trabajadores en la esfera de la producción material por encima del producto necesario (ver). Tal división del producto se basa en la división del tiempo de trabajo y del trabajo de los productores en dos partes: en necesario y adicional. Bajo el capitalismo, la apropiación del plusproducto -fruto del trabajo no remunerado- en forma de plusvalía (ver) (ganancia, interés, renta) constituye la finalidad principal de la producción. Los capitalistas utilizan el plusproducto para el consumo personal y para ampliar la producción. El producto necesario y el plusproducto, en el régimen capitalista, expresan el hecho de que los intereses de los trabajadores son irreconciliables con los de las clases explotadoras. En la sociedad socialista, el plusproducto no expresa una relación de explotación, que no se da bajo el socialismo. Ahora bien, la labor de los productores, bajo el socialismo, no puede circunscribirse al tiempo que se requiere para crear tan sólo el producto necesario. Los miembros de la sociedad socialista, además de necesidades individuales, tienen necesidades sociales, cuya satisfacción exige obligatoriamente plusproducto. "El trabajo excedente en general, como trabajo por encima de la medida de las necesidades dadas, tiene que existir siempre" (C. Marx). Bajo el socialismo, "el plusproducto va a parar no a manos de la clase de los propietarios, sino a manos de todos los trabajadores y sólo a las de ellos" (V. I. Lenin). De ahí que los trabajadores de la sociedad socialista estén interesados no sólo en crear plusproducto, sino, además, en incrementarlo sin cesar. El plusproducto, bajo el socialismo, expresa relaciones de colaboración amistosa y de ayuda mutua entre los trabajadores de la sociedad socialista. El plusproducto posee forma natural-material y forma de valor. En la forma natural-material, consta de medios de producción y de objetos de consumo. Mas, como quiera que bajo el socialismo existe la producción mercantil y actúa la ley del valor, el plusproducto también recibe su expresión en valor. El calculo del plusproducto expresado en valor permite a la sociedad determinar de manera más exacta la dinámica de su producción y distribución entre las diversas esferas de actividad. Al distribuir el plusproducto, una de sus partes queda en la misma empresa en que se produce, y la otra parte pasa a disposición de la sociedad socialista. La parte del plusproducto que queda en las empresas estatales y cooperativo-koijosianas forma el ingreso neto o ganancia de la empresa. La otra parte del plusproducto, que pasa a disposición del Estado, asume la forma de ingreso neto centralizado de la sociedad socialista. Las empresas estatales transfieren el plusproducto al ingreso neto centralizado de la sociedad socialista en forma de deducciones de las ganancias, de impuesto de circulación, de porcentaje sobre los salarios para atender los seguros sociales, etc. Parte del plusproducto creado en el sector cooperativo-koljosiano de la economía nacional entra en el ingreso neto centralizado de la sociedad socialista a través del mecanismo de los precios y de los impuestos sobre la circulación. El establecimiento de precios de compra zonales sobre los productos agrícolas permite al Estado incorporar al ingreso neto centralizado de la sociedad la renta diferencial obtenida por algunos koljoses situados en condiciones naturales y climáticas más favorables. Las empresas utilizan su ingreso neto para modernizar y ampliar la producción, para satisfacer las necesidades materiales y culturales de su personal (construcción de clubes, casas de reposo y sanatorios, viviendas, casas-cuna, jardines de la infancia, etc.). El ingreso neto centralizado de la sociedad sirve como fuente de recursos para ampliar la producción social y el fondo de seguros sociales, para constituir fondos sociales de consumo y fondos de previsión, para reforzar la defensa del país, para sostener el aparato estatal y de otras instituciones en la esfera de la producción no material. De esta suerte, el plusproducto es un producto para toda la sociedad, es una fuente de ampliación de la producción y de recursos para satisfacer las necesidades sociales de los miembros de la sociedad socialista.


PLUSVALÍA: valor que el trabajo no pagado del obrero asalariado crea por encima del valor de su fuerza de trabajo y del que se apropia gratuitamente el capitalista. La plusvaliíta expresa la esencia y la particularidad de la forma capitalista de explotación, en la que el plusproducto (ver) adquiere la forma de plusvalía. Después de descubrir la esencia de la categoría económica de la mercancía fuerza de trabajo, Marx resolvió lo que no habla podido resolver toda la economía política que le precedió, descubrió la fuente real que da origen a la plusvalía, puso al descubierto la naturaleza de la explotación capitalista, oculta tras las relaciones mercantiles. Al organizar la producción, el capitalista desembolsa una determinada suma de dinero para adquirir medios de producción y para comprar fuerza de trabajo sin perseguir más que un objetivo: obtener un excedente de valor sobre la cantidad de dinero inicial anticipada por él, es decir: obtener plusvalía. La plusvalía no puede ser resultado de un cambio no equivalente, dado que la compra y venta de mercancías se efectúa sobre la base de la ley del valor. Tampoco pueden ser fuente de plusvalía los medios de producción (capital constante), dado que no crean nuevo valor, sino que tan sólo transfieren el suyo al nuevo producto creado. En cambio, la particularidad específica de la mercancía fuerza de trabajo estriba en que posee la facultad de crear un nuevo valor en el proceso de su consumo, es decir, en el proceso del trabajo, con la particularidad de que dicho nuevo valor es mayor que el de la propia fuerza de trabajo. El capitalista logra estos fines obligando al obrero a trabajar más allá del tiempo necesario para reproducir el valor de su faena de trabajo. De esta suerte, el trabajo del obrero asalariado es la única fuente de plusvalía. Se aumenta la plusvalía extrayendo plusvalía absoluta (ver) y produciendo plusvalía relativa (ver). Ambos métodos llevan al crecimiento de la cuota de plusvalía (ver), que muestra el grado de explotación de los trabajadores. La sed de acumulación, bajo el capitalismo, no tiene limites. Los capitalistas procuran ampliar incesantemente la producción poniendo para ello en circulación la plusvalía creada por los obreros. Ampliando la producción -lo cual va acompañado de un aumento del número de obreros asalariados sometidos al yugo de la explotación capitalista- y elevando la cuota de explotación, la clase de los capitalistas se apropia de una masa de plusvalía cada vez mayor. Por consiguiente, la acumulación del capital lleva a un aumento de la riqueza de la clase de los capitalistas, a intensificar la explotación de la clase obrera, al empeoramiento de la situación de dicha clase (ver Ley general de la acumulación capitalista). En el proceso de realización y distribución, la plusvalía se divide en ganancia (ver) obtenida por los empresarios industriales y comerciales, interés (ver), que perciben los banqueros, y renta (ver), que se embolsan los terratenientes. Al crear la teoría, auténticamente científica, de la plusvalía, Marx hizo un profundo análisis de las relaciones de clase de la sociedad burguesa, puso al descubierto la base económica del antagonismo entre el proletariado y todas las clases explotadoras de la sociedad burguesa. Lenin llamó a la teoría de la plusvalía piedra angular de la doctrina económica de Marx. El desarrollo del capitalismo cuyo principal motor es la sed de lucro, la obtención de plusvalía, conduce inevitablemente a que se agrave la contradicción fundamental del capitalismo, o sea la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de la apropiación de los resultados del trabajo; conduce a que se agudicen las contradicciones de clase y, como consecuencia, el inevitable cambio revolucionario del capitalismo por un modo de producción nuevo, más progresivo: el socialismo.


PRECIO: expresión en dinero del valor de la mercancía. El valor, es decir, las inversiones socialmente necesarias de trabajo, materializado en tal o cual mercancía, sólo puede expresarse indirectamente a través del valor de otra mercancía. El precio de una mercancía indica que en ella se encuentra materializado tanto trabajo socialmente necesario cuanto representa le suma dada de dinero. Los precios de las mercancías pueden subir o bajar por el cambio de valor de las mercancías y por el cambio de valor del material monetario. Aunque en la base del precio se halla el valor, el precio de cada mercancía por separado no ha de coincidir obligatoriamente con el valor. Por influjo de la demanda y de la oferta, los precios se apartan del valor en más o en menos. Ahora bien, en escala de la sociedad, la suma de los precios de toda la masa de mercancías es igual a la suma de los valores. En la fluctuación de los precios en torno al valor y en la igualdad final entre la suma de los precios y la suma de los valores, encuentra su manifestación la ley del valor. El precio es la manifestación de la ley del valor. El valor es la ley de los precios, es decir, la expresión generalizada del fenómeno del precio" (V. I. Lenin). En la economía basada en la propiedad privada sobre los medios de producción los precios se establecen en el curso de la lucha competitiva bajo la presión de leyes económicas espontáneas. Mientras que en la producción mercantil simple los precios fluctúan en torno al valor, en la economía capitalista donde las mercancías se cambian como productos de los capitales, el precio de mercado oscila en tomo al precio de producción (ver), forma transfigurada del valor. Bajo el imperialismo dominan los precios de monopolio (ver). En el régimen capitalista, la categoría de precio, en manos de las clases explotadoras y su Estado, constituye un instrumento más para explotar y depauperar a los trabajadores, para mantener la política imperialista de expoliación de los países débilmente desarrollados y la lucha competitiva de los monopolios con miras a la obtención de elevadas ganancias. En la sociedad socialista, la categoría de precio y el proceso de formación de los precios, poseen un carácter distinto por principio del que tienen en la sociedad capitalista. En la base de la formación de los precios, bajo el socialismo, se encuentra la utilización planificada, por parte del Estado, de las leyes económicas del socialismo, ante todo de la ley del valor (ver), de la ley económica fundamental y de otras leyes. Los precios planificados están llamados a cumplir una doble función: en primer lugar, asegurar una expresión suficientemente exacta de las inversiones sociales de trabajo (de valor) y, en segundo lugar, a servir como instrumento de redistribución de la renta nacional entre las ramas, empresas, economías y, parcialmente, entre la población con miras al desarrollo acelerado de la economía socialista. Esta función redistribuidora del precio hace que el Estado establezca precios más o menos diferenciados del valor. El que los precios se establezcan según un plan presupone la existencia de un sistema de precios. En la U.R.S.S., el sistema de precios incluye: los precios al por mayor, los precios de compra y los precios al por menor. En la práctica de la planificación y de la contabilidad se aplican dos tipos de precios al por mayor sobre la producción industrial, a saber: precios al por mayor de la empresa y precios al por mayor de la industria. El precio al por mayor de la empresa es el precio a que unas empresas del Estado venden su producción a otras empresas del Estado o a organizaciones de abastecimiento; equivale al costo planificado de la producción dada más la ganancia de la empresa. El precio al por mayor de la industria es el precio a que las empresas (sobre todo de la industria ligera y de la alimentación) realizan las mercancías a las empresas comerciales; incluye el precio al por mayor de la empresa más el impuesto sobre la circulación y un recargo que se impone a las organizaciones de venta. En la agricultura, los precios de compra son aquellos a que el Estado y las organizaciones cooperativas adquieren la producción en los koljoses. Desde 1958, se han establecido precios de compra unificados por zonas del país. Los precios al por menor son aquellos a que los artículos se venden a la población. El precio al por menor incluye el precio al por mayor de la industria más un aumento comercial. En casi todos los artículos se establecen precios al por menor únicos para todo el país. En los productos alimenticios más importantes se establecen precios zonales y en ciertos artículos se establecen precios de temporada. Constituyen una variedad de los precios al por menor los del mercado koljosiano, que se forman en gran medida bajo el influjo de la demanda y la oferta. En la presente etapa de la edificación del comunismo, posee una importancia extraordinaria la elaboración ulterior de los fundamentos científicos y el mejoramiento práctico de la formación de los precios, cuestión a la que se hallan directamente vinculados la planificación de la economía nacional, el cálculo económico, el modo de determinar la eficacia de las inversiones básicas, la eficiencia en la introducción de nueva maquinaria y muchas otras cuestiones de la edificación económica. En el Programa del P.C.U.S. se señala la necesidad "de mejorar constantemente el sistema de precios en consonancia con las tareas de la edificación comunista, con el progreso técnico, con el incremento de la producción del consumo, con la disminución de los costos de producción. Los precios han de reflejar cada vez en mayor grado los gastos socialmente necesarios de trabajo, han de cubrir los gastos de producción y circulación y han de proporcionar cierta ganancia a cada empresa que funcione normalmente".


PRESUPUESTO: expresión dineraria del balance equilibrado de ingresos y gastos para un determinado periodo: año, trimestre, mes. Si el capítulo de gastos supera al de ingresos, el presupuesto se cierra con déficit. Si los ingresos superan a los gastos, se forma un remanente o saldo positivo. Hay presupuestos de distinto tipo: de los estados, de los organismos locales autónomos, de las ciudades, etc.. La naturaleza económico-social del presupuesto del Estado, la composición de sus ingresos y la orientación de sus gastos, así como el papel del presupuesto en la vida económica y política del país son determinados por el carácter del régimen social y estatal. En los países burgueses, el presupuesto del Estado se utiliza con vistas al enriquecimiento y fortalecimiento de las clases explotadoras con vistas al aumento de la explotación y al aplastamiento de las masas trabajadoras. En los países socialistas, el presupuesto del Estado se utiliza para desarrollar la economía nacional, la cultura, la salud pública y los seguros sociales, para elevar el nivel de vida material y espiritual de todos los trabajadores. En contraposición al presupuesto de los países capitalistas donde la principal fuente de ingresos estriba en los impuestos que recaen sobre las masas trabajadoras, en los estados socialistas los ingresos fundamentales del presupuesto estatal son los que proporcionan las empresas socialistas. La ciencia económica investiga también los presupuestos familiares de los trabajadores, en los cuales se reflejan el volumen y la estructura de sus ingresos y gastos.



PRODUCCIÓN es el proceso de creación de los bienes materiales necesarios para la existencia y el desarrollo de la sociedad. La producción existe en todas las etapas de desarrollo de le sociedad humana. Los hombres, al crear los bienes materiales (medios de producción y artículos de consumo), contraen determinados vínculos y relaciones para actuar conjuntamente. Por este motivo, la producción de los bienes materiales siempre es una producción social. La producción presupone los tres elementos siguientes: 1) el trabajo como actividad humana dirigida a un fin; 2) el objeto de trabajo, es decir, todo aquello hacia lo que se orienta la actividad humana dirigida a un fin; 3) los medios de trabajo, en primer lugar los instrumentos de producción: máquinas. instalaciones, herramientas, con las cuales el hombre modifica los objetos de trabajo, los hace idóneos para satisfacer las necesidades humanas. Los objetos y medios de trabajo constituyen los medios de producción. La producción presenta dos aspectos: el de las fuerzas productivos (ver), que expresen la relación de la sociedad con las faenas de la naturaleza con la que se lucha para obtener los bienes materiales, y el de las relaciones de producción (ver), que caracterizan las relaciones de los hombres entre si en el proceso de producción. La producción considerada como unidad de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, constituye el modo de producción de los bienes materiales, del que depende el carácter del régimen social dado. El régimen social de producción abarca la producción, la distribución, el cambio (la circulación) y el consumo de los productos (personal y productivo). Lo principal en este proceso es la producción, la cual crea los artículos de consumo, determina el carácter, el modo del consumo. También determina el cambio (ver). La distribución, el cambio y el consumo, a su vez, ejercen una determinada influencia sobre la producción. La producción social consta de dos grandes secciones: la de producción de medios de producción y la de producción de artículos de consumo. La producción se desarrolla en consonancia con leves económicas objetivas, entre las cuales la principal y determinante es la ley económica fundamental inherente a cada modo de producción. En la producción capitalista, actúan leyes económicas espontáneas: la producción es interrumpida por las crisis económicas, se halla subordinada a la finalidad de obtener ganancias, de las que se apropian los explotadores. En la sociedad socialista, la producción se desarrolla de manera planificada, a elevados ritmos y en interés de toda la sociedad. El cambio de la producción se inicia con el cambio de las fuerzas productivas y, ante todo, con el de los instrumentos de producción. Bajo el influjo de estos cambios, se modifican asimismo las relaciones de producción se transforman los modos de producción. La historia conoce cinco modos de producción: el de la comunidad primitiva, el esclavista, el feudal, el capitalista, el comunista. El tránsito de un modo de producción a otro se halla determinado por una ley económica objetiva: la ley de la correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas (ver). El cambio del modo de producción hace que se modifiquen el régimen social, las ideas sociales, las instituciones políticas, jurídicas y de otros tipos.


PRODUCCIÓN GLOBAL: índice estadístico del producto social de una empresa, de una rama o de la economía nacional en la esfera material de la producción. Caracteriza el volumen general de la producción en su expresión monetaria. Este índice se determina en la industria, en la agricultura, en la construcción, en el transporte, en el comercio, en el aprovisionamiento material y técnico. En la empresa industrial, la producción global se calcula de dos maneras: por el método fabril y por el que se basa en los diversos elementos de la producción global. En el primer caso, dicha producción equivaldrá a la rotación global menos la rotación interior de la fábrica. En el segundo caso, la producción global se compone: del valor de los artículos terminados que ha producido la empresa con la materia prima y con la materia prima del cliente; del valor de los productos semifabricados y de la producción de los talleres auxiliares, todo ello vendido fuera de la empresa o a las secciones no industriales de la misma; del valor de los trabajos de carácter industrial ejecutados para otras empresas, instituciones y organizaciones; del valor de la transformación del remanente de productos semifabricados de la propia producción y de la producción de empresas subsidiarias y auxiliares. En la producción global de las empresas dedicadas a la construcción de maquinaria, de las que se ocupan de reparaciones en la industria de construcciones metálicas se incluye, además, el valor del aumento o de la disminución de la producción no acabada al principio y al fin del período del ejercicio. La producción global de una empresa o de una rama de la economía nacional, se calcula en precios comparativos y en precios vigentes. El índice de la producción global se utiliza para evaluar la actividad económica de las empresas y de las ramas de la industria, para determinar el volumen de la producción, su dinámica y su estructura. El defecto de este índice estriba en que no refleja plenamente la situación real de la economía, y hace que para las empresas resulte desfavorable producir artículos baratos y de máxima complejidad, cumplir el plan en la fabricación de todos los objetos señalados. De ahí que en varias ramas industriales, junto a la producción global, se aplique el índice del valor normativo de la elaboración, del cual se excluyen los gastos en materias primas, materiales, artículos semifabricados adquiridos, servicios de otras empresas y beneficio planificado.


PROGRESO TÉCNICO: proceso de desarrollo y perfeccionamiento de la técnica y de la tecnología de la producción en la economía nacional, introducción de métodos y procedimientos avanzados en las distintas ramas de la producción, de descubrimientos e invenciones científicas y técnicas que elevan la productividad del trabajo social y, sobre esta base, permiten incrementar la fabricación de productos con gastos mínimos de trabajo. El carácter del progreso técnico, su orientación y ritmos de desarrollo, se hallan determinados por las relaciones económico-sociales que dominan en la sociedad. Antes del capitalismo, los medios técnicas eran sumamente primitivos, se perfeccionaban con extraordinaria lentitud y durante siglos enteros la producción se basaba en los procedimientos rutinarios del trabajo manual. Al surgir el capitalismo, tuvo lugar una revolución en la base técnica de la producción social. Ésta se cimentó en la técnica de máquinas. En el capitalismo moderno ha encontrado amplia difusión el empleo de medios técnicos novísimos en la economía, el desarrollo de la mecanización y de la automatización de los procesos productivos. Sin embargo, en virtud de las contradicciones antagónicas intrínsecamente inherentes al capitalismo, el progreso técnico se realiza bajo el influjo de la lucha competitiva, espontáneamente, de manera desigual, y no se utiliza para mejorar el nivel material y cultural de los trabajadores, sino con el fin de que los magnates del capital obtengan elevadas ganancias. En el capitalismo, introducir en la producción máquinas nuevas, de mayor rendimiento, que constituyen en si mismas un poderoso medio para hacer más llevadero el trabajo y para que aumente su productividad, es una manera de intensificar la explotación del trabajo asalariado. En las empresas capitalistas, los trabajadores se convierten en simples apéndices de las máquinas, quedan mutilados espiritual y físicamente. El progreso técnico, el perfeccionamiento de las máquinas, el mecanizar la producción, bajo el capitalismo, desplaza del trabajo a los obreros, que van a engrosar el ejército de parados. Los capitalistas utilizan la existencia de un enorme ejército de trabajadores desocupados para obtener elevadas ganancias sin adquirir nueva maquinaria. Este es el motivo de que en el mundo capitalista, junto al elevado desarrollo técnico en determinadas ramas y en ciertos países, existan en otras ramas y países atrasados métodos de producción basados en la amplia utilización del trabajo manual. Se frena, sobre todo, la producción de nueva maquinaria en los países rezagados en el aspecto técnico-económico, donde la fuerza de trabajo es muy barata. En su conjunto, las relaciones capitalistas de producción confieren al progreso técnico un carácter unilateral y deforme. Son una traba para que puedan utilizarse plenamente las posibilidades de la técnica de vanguardia en interés de toda la sociedad. Bajo el socialismo, el progreso técnico presenta un carácter distinto, es incesante y esté planificado, sirve de poderoso recurso para mejorar el bienestar del pueblo en interés de la sociedad entera. Los resultados del progreso técnico y del perfeccionamiento de la producción se utilizan para ampliar la economía nacional, para aumentar más aun la producción con el fin de acrecentar incesantemente el bienestar y el nivel cultural de los trabajadores. En los planes de la economía nacional, corrientes y de perspectiva, se prevé el desarrollo y la introducción de la técnica de vanguardia en la industria y en la agricultura, en el transporte y en las demás ramas de la economía nacional. Las principales direcciones del progreso técnico son: mecanización múltiple del trabajo y automatización en gran escala da los procesos productivos; electrificación completa de la economía nacional, aplicación de la radiotécnica y de la electrónica; amplia introducción de los métodos de reelaboración química de las sustancias, fabricación de nuevos materiales y objetos sintéticos; utilización de la energía atómica con fines pacíficos. El progreso técnico es una condición importantísima para crear la base material y técnica del comunismo.




PROLETARIADO: clase formada por los obreros asalariados de la sociedad capitalista; carecen de propiedad sobre los medios de producción y, por ello, estar, obligados a vender su fuerza de trabajo (ver) a los capitalistas. En el proceso de producción el proletariado crea la plusvalía, que es la fuente del enriquecimiento de la burguesía, segunda clase fundamental de la sociedad capitalista. Su explotación por la burguesía origina contradicciones irreconciliables entre ellos, y la lucha de clases. El proletariado ligado a la gran producción maquinizada, es la única clase consecuentemente revolucionaria de la sociedad capitalista y esta llamada a encabezar a todos los trabajadores en la lucha contra el capitalismo a convertirse en el sepulturero del régimen capitalista y en el creador del comunismo. Al luchar por emanciparse de la explotación capitalista, el proletariado forja sus organizaciones de clase, cuya forma superior son los partidos comunistas. Los partidos comunistas dirigen la lucha de clase del proletariado lucha que se sostiene en la esfera económica, política e ideológica y para ello se apoyan en la teoría marxista-leninista. A medida que el capitalismo se desarrolla, la lucha clasista del proletariado adquiere carácter internacional y crea las condiciones para que los proletarios de todos los países se unan, para que se establezcan entre ellos lazos de solidaridad En la lucha contra la burguesía, el proletariado actúa como dirigente de todas las masas oprimidos y explotadas de la sociedad capitalista. Cumpliendo su misión histórico - mundial, el proletariado, por medio de la revolución socialista pone fin al dominio de la burguesía y de los terratenientes suprime la propiedad capitalista sobre los medios de producción e instaura la propiedad socialista. Vencedor en la revolución, el proletariado establece su dictadura, cuyo principio supremo es el de la alianza con el campesinado. La dictadura del proletariado es el arma fundamental para la edificación del socialismo. Con la victoria de la revolución socialista cambian la situación y el papel del proletariado en la sociedad: éste deja de ser una clase oprimida y se convierte en clase obrera liberada de todo yugo y explotación, dueña -junto con los demás trabajadores de la sociedad socialista- de las riquezas todas del país. La clase obrera es la única clase de la historia que no aspira a perpetuar su dictadura. Asegurados la victoria plena y definitiva del socialismo y el paso de la sociedad soviética a la edificación del comunismo en todos los frentes, la dictadura del proletariado en la U.R.S.S., ha cumplido su misión histórica y, desde el punto de vista del desenvolvimiento interior, ha dejado de ser necesaria. El Estado de la dictadura del proletariado en la etapa actual de la edificación comunista, se ha convertido en Estado de todo el pueblo, expresión de los intereses y de la voluntad de todo el pueblo soviético. Siendo, como es, la fuerza más avaluada y organizada de la sociedad socialista, la clase obrera cumple también su función dirigente en el período de la edificación desplegada del comunismo en la U.R.S.S.


PROPIEDAD: apropiación de los bienes materiales creados en la producción. La propiedad siempre se presenta bajo una forma históricamente determinada; su contenido y forma dependen del modo dominante de producción. Mientras que los científicos burgueses ven en la propiedad tan sólo una relación entre los hombres y las cosas, relación concebida como perpetua e inmutable, la teoría marxista - leninista considera la producción como la relación fundamental de producción entre los hombres, entre las clases sociales, relación que se expresa en la que se da entre ellos y las cosas y se modifica en consonancia con las cambiantes condiciones económico-sociales de vida de la sociedad humana. El papel principal en la apropiación lo desempeña la propiedad sobre los instrumentos y medios de producción. El carácter de la propiedad se determina en función de quienes son los poseedores de tales instrumentos y medios. A un estado y a un nivel determinados de las fuerzas productivas de la sociedad corresponde una forma de propiedad que les es inherente. En el régimen de la comunidad primitiva, donde el nivel de las fuerzas productivas era sumamente bajo, la propiedad sobre los productos del trabajo y los primitivos instrumentos de producción era comunitaria colectiva. Al descomponerse dicho régimen, surge la propiedad privada sobre los medios de producción y los resultados de la misma, así como sobre el trabajador que se convierte en propiedad del dueño de esclavos. Cuando aparece la propiedad privada sobre los medios de producción, nace la explotación del hombre por el hombre, la sociedad se escinde en dos clases: la de los explotadores y la de los explotados. En la sociedad feudal, continúa desarrollándose la propiedad privada. Es en la sociedad capitalista donde la propiedad privada sobre las medios de producción alcanza su máximo desarrollo, pues bajo el capitalismo todos los artículos, en lo fundamental, se producen como mercancías y son propiedad privada de individuos. A medida que la sociedad burguesa se va desarrollando, en la propiedad privada de los capitalistas se va concentrando casi la totalidad de los medios de producción y de los productos del trabajo. En la fase imperialista, los monopolios capitalistas más importantes en la industria, en la banca, en la agricultura y en el transporte poseen capitales gigantescos y son los dueños y señores de los destinos de la economía en la sociedad burguesa. El desarrollo de las fuerzas productivas contemporáneas, cada vez más sociales por su carácter, tropieza con los estrechos marcos de la propiedad capitalista privada. La anarquía de la producción y la falta de plan, la enconada competencia entre los dueños de las empresas capitalistas, las crisis económicas de superproducción, el bajo nivel de consumo de las masas trabajadoras, la existencia del paro forzoso de masas junto al hecho de que las empresas trabajan por debajo de su potencial de producción, todo ello demuestra que el régimen social basado en la propiedad privada capitalista ha caducado, se ha convertido en un freno para que la sociedad y sus fuerzas productivas avancen sin obstáculos, y debe ceder su lugar a un nuevo régimen social, régimen que abre amplios horizontes al progreso general tanto en la esfera de la economía, de la técnica y de la ciencia como en lo que respecta a la incesante elevación del bienestar de todos los miembros de la sociedad. En el régimen socialista (primera fase del comunismo) domina la propiedad social en dos formas: la estatal (de todo el pueblo) y la cooperativo-koljosiana. La primera pertenece a todo el pueblo en la persona del Estado y constituye la forma principal de la propiedad socialista, va unida a la forma y a la organización más elevadas de la producción social. La segunda constituye una propiedad socialista de grupo, formada mediante la socialización de los medios de producción fundamentales de los campesinos y artesanos trabajadores que se asocian voluntariamente para establecer una economía colectiva. Bajo el socialismo, existe la propiedad personal de los trabajadores, que tiene como objeto los productos del trabajo destinados al consumo personal (los ingresos y ahorros procedentes del trabajo, parte del fondo de viviendas, objetos de uso doméstico, etc.). Constituye un tipo especial de propiedad personal la economía auxiliar individual de los miembros de las cooperativas agrícolas. Durante el paso del socialismo al comunismo se aproximan y se funden las dos formas de propiedad socialista; la creación de la base material y técnica del comunismo lleva a que se forme la propiedad comunista única en toda la economía nacional. Bajo el comunismo, todos los hombres trabajarán en consonancia con sus aptitudes, existirá una igualdad social completa, los miembros de la sociedad se encontrarán en las mismas condiciones de trabajo y de distribución y participarán todos, sin excepción, en la gestión de los asuntos de a sociedad. Las necesidades de los hombres se satisfacen a cuenta de los fondos sociales. Cada miembro de la sociedad poseerá una parte del consumo personal y dispondrá de ella (ver Propiedad socialista estatal, Propiedad cooperativa, Propiedad personal, Propiedad socialista).
PROPIEDAD CAPITALISTA DE ESTADO: forma de propiedad burguesa sobre los medios de producción; se da cuando el dueño de las empresas no es un capitalista o una unión de capitalistas, sino el Estado capitalista. Surge al crearse empresas en diversas ramas de la economía a cuenta del presupuesto estatal y también al nacionalizarse las que hablan pertenecido a determinados capitalistas o monopolio. El paso de unas empresas a propiedad del Estado no modifica el carácter burgués de la propiedad ni de las relaciones capitalistas de producción, dado que la propiedad estatal constituye una variedad de la propiedad privada capitalista. En las empresas estatales, se conservan las relaciones de explotación del trabajo asalariado mantenidas por un capitalista global: el Estado, entidad que constituye, bajo el imperialismo, un comité ejecutivo de la burguesía monopolista. Por regla general, quienes dirigen las empresas nacionalizadas son sus anteriores propietarios, a los que el Estado abona sumas enormes en calidad de compensación e intereses sobre el capital. Actualmente, en los países imperialistas la propiedad estatal desempeña una función de no escasa importancia en la economía. En Europa Occidental pertenecen al Estado el transporte ferroviario, los medios de comunicación, una gran parte de la energía eléctrica obtenida, de la producción de aluminio, de la extracción de hulla y petróleo, de las industrias automóvil y química. En Italia, Austria y Francia, el 15-20 % de la producción industrial corresponde a las empresas nacionalizadas o fundadas por el Estado. Con el desarrollo del capitalismo monopolista de Estado (ver), la gran burguesía monopolista de hecho utiliza la propiedad estatal en beneficio propio. Por lo común, son representantes suyos quienes componen los órganos de elección de las empresas estatales. El Estado imperialista, después de gastar en la construcción de las empresas enormes recursos obtenidos a través de los impuestos que pagan los trabajadores, no pocas veces las cede en arriendo o las vende en condiciones ventajosas a determinados capitalistas y monopolios. En los jóvenes países liberados que han emprendido el camino del desarrollo independiente, la propiedad estatal sobre los medios de producción favorece la creación de una economía nacional propia, independiente del capital monopolista extranjero. En dichos países, el fortalecimiento de la propiedad estatal hace posible el ascenso de la economía, de la cultura y del bienestar de los pueblos de las excolonias y países dependientes. Los países socialistas apoyan por todos los medios la tendencia de los nuevos estados a fortalecer su independencia económica mediante la consolidación y desarrollo de la propiedad estatal, les conceden toda clase de ayuda económica, técnica y cultural.


PROPIEDAD COOPERATIVA: propiedad de grupo. En el régimen capitalista, constituye una variante de la propiedad privada; en el régimen socialista, es una forma de la propiedad social. La naturaleza social de la propiedad cooperativa es determinada en primer lugar por la forma dominante de la propiedad a que se halla vinculada. Bajo el capitalismo, la propiedad cooperativa (incluso la de las cooperativas obreras) presenta un carácter burgués dado que se desarrolla sometida al influjo de la propiedad privada capitalista, dominante en la sociedad burguesa. Las cooperativas, al comprar y vender las mercancías de las empresas capitalistas, contribuyen a reforzar y desarrollar las relaciones capitalistas de producción. El beneficio de tales cooperativas no es otra cosa que plusvalía realizada, creada mediante la explotación del trabajo. Bajo el socialismo, la propiedad cooperativa es una variedad de la propiedad socialista dado que se desarrolla bajo el influjo rector de la propiedad estatal (de todo el pueblo). Es del mismo tipo que la propiedad estatal socialista, excluye la explotación del hombre por el hombre, hace perfectamente posible el desenvolvimiento planificado de la producción, el trabajo colectivo y la aplicación del principio socialista de distribución según el trabajo. Lenin indicaba que el régimen de cooperadores cultos bajo la propiedad social da los medios de producción, bajo la victoria de clase del proletariado sobre la burguesía, es el régimen del socialismo. En el proceso de la edificación del comunismo en todo el frente, la propiedad cooperativo-koljosiana se va aproximando cada vez más a la estatal. De ello son testimonio el crecimiento de los fondos indivisibles de los koljoses y de las cooperativas de consumo, fondos parecidos a los del Estado incluso por su composición; la creación de la propiedad koljosiana; la formación de uniones mixtas estatalkoljosianas de las que, en perspectiva, pueden surgir uniones agroindustriales que combinen la producción agrícola con su elaboración. A la vez que se crea la base material y técnica del comunismo, se desarrollan y perfeccionan las formas de la propiedad tanto estatal corno cooperativo-koljosiana, formas de propiedad que, bajo el comunismo, se fundirán en la propiedad comunista única de todo el pueblo (ver Plan cooperativo de Lenin, Transformación socialista de la agricultura, Propiedad socialista).




RÉGIMEN CAPITALISTA EN LA AGRICULTURA: conjunto de relaciones capitalistas de producción en la agricultura. La forma más desarrollada de este tipo de relaciones presupone: 1) al propietario privado que da su tierra en arriendo y recibe la renta del suelo; 2) al arrendatario capitalista, que utiliza la tierra arrendada como esfera especial en que invierte su capital y obtiene la ganancia media; 3) el obrero asalariado, sujeto a la explotación del capitalista-arrendatario y del propietario de la tierra. En la agricultura, estas relaciones se establecen entre las tres clases fundamentales de la sociedad burguesa: los obreros asalariados, de los que también forman parte los braceros con parcela; los capitalistas, en la persona de los empresarios arrendatarios; los terratenientes, grandes propietarios de la tierra. Por otra parte, casi en todos los países burgueses, las relaciones capitalistas en la agricultura se entrelazan con relaciones propias de la pequeña producción mercantil y con supervivencias feudales. El régimen capitalista en la agricultura se caracteriza por el hecho de que la tierra como condición (medio) de producción se encuentra separada de su propietario, y por la existencia de dos tipos de monopolios: el monopolio de la tierra como objeto de explotación (ver), y el monopolio de la propiedad privada sobre la tierra (ver). De esta suerte, la propiedad agraria asume una forma de existencia puramente económica y se realiza en forma de renta capitalista del suelo (ver Renta del suelo, en el capitalismo). El desarrollo del capitalismo en la agricultura, aunque presenta sus particularidades, se halla sujeto a la acción de las leyes generales del modo capitalista de producción. La concentración de la propiedad territorial en manos de los grandes terratenientes, de la oligarquía financiera y de los bancos va acompañada del desplazamiento y de la ruina de los pequeños productores, de la diferenciación de la masa campesina en proletarios agrícolas y "kulaks" o campesinos ricos, del crecimiento de los antagonismos de clase en el campo. En la época imperialista, la situación del campesinado se hace aun más difícil. La oligarquía financiera, poniendo en juego los precios de monopolio, el crédito, los préstamos, etc. y utilizando la fuerza del Estado burgués, establece un dominio absoluto sobre los pequeños productores. Los bancos hipotecarios, los bancos de crédito a corto plazo y las compañías de seguros sumen a los campesinos en una maraña de deudas y los arruinan. De hecho, los bancos se convierten en los verdaderos dueños de una gran parte de la tierra y los bienes de los campesinos. Después de la segunda guerra mundial, el Estado, en los países imperialistas, en nombre del "saneamiento de la estructura agraria", de su "mejora" y de otros objetivos, lleva a cabo una política tendiente a desplazar de las haciendas campesinas a millones de personas y a concentrar la producción agraria en manos de los capitalistas y de los terratenientes. El yugo de la oligarquía financiera resulta sobre todo durísimo en los países coloniales y dependientes, donde se combinan la explotación capitalista y la explotación feudal.




RELACIONES DE PRODUCCIÓN: conjunto de relaciones económicas que se establecen entre los hombres, independientemente de su conciencia y de su voluntad, en el proceso de producción, cambio, distribución y consumo de los bienes materiales. Las relaciones de producción constituyen una parte necesaria de cualquier modo de producción (ver). La producción social sólo puede darse cuando los hombres se unen para obrar en común, para establecer un intercambio de actividades. La base de las relaciones de producción se encuentra en las relaciones de propiedad sobre los medios de producción. El carácter de las relaciones de producción depende de quiénes sean los duelos de los medios de producción, de cómo se realice la unión de esos medios con los productores. La historia conoce dos tipos fundamentales de propiedad: la privada y la social. La propiedad privada expresa relaciones de dominio y subordinación, pues los dueños de los medios de producción tienen la posibilidad de explotar a los hombres carentes de propiedad. A lo largo de su desarrollo ascendente, las relaciones de producción basadas en la explotación del trabajo aparecen bajo las formas esclavista, feudal y capitalista. La propiedad social elimina las relaciones de explotación, da origen a la colaboración en los lazos de camaradería y a la ayuda mutua entre los hombres. En el régimen de la comunidad primitiva, existía en forma de propiedad colectiva gentilicia y tribal. En la época actual, las relaciones socialistas de producción se basan en dos formas de propiedad: la estatal (de todo el pueblo) y la cooperativa. Además de los tipos de relaciones de producción indicados, existen relaciones de producción transicionales, que combinan elementos de los diversos tipos de relaciones económicas en el período del tránsito de una formación económica-social a otra. Las relaciones de producción se desarrollan en conexión directa y en dependencia recíproca con las fuerzas productivas de la sociedad y actúan como forma de existencia y desarrollo de estas últimas. Las relaciones entre unas y otras son determinadas por la ley de la correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas (ver). En el marco de una formación económico-social concreta, las relaciones de producción se modifican por influjo del crecimiento de las fuerzas productivas, mas su esencia permanece invariable. Se debe ello a los intereses de las clases dominantes que procuran consolidar y conservar las relaciones de propiedad existentes. En una determinada etapa del desarrollo de la sociedad, las relaciones de producción sustentadas en la propiedad privada se convierten en un freno para el avance sin obstáculos de las fuerzas productivas; entre éstas y aquéllas surge un conflicto, resuelto por medio de una revolución social que derroca a la clase reaccionaria dominante e instaura nuevas relaciones de producción. La supresión de la propiedad capitalista y el establecimiento de la propiedad social socialista eliminan las contradicciones antagónicas entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, se abre un horizonte ilimitado a su desarrollo. Bajo el socialismo, no existen clases interesadas en conservar las relaciones de producción caducas y, por ende, las contradicciones que surgen en el desenvolvimiento social se resuelven sin revoluciones políticas, a través de la actividad consciente y creadora de los trabajadores dirigidos por el Partido Comunista y por el Estado socialista. En el período de la edificación del comunismo en todos los frentes, el perfeccionamiento de las relaciones de producción y de todas las relaciones sociales constituye una tarea capitalísima. La creación de la base material y técnica del comunismo, la transformación del trabajo en la primera necesidad vital del hombre es el fundamento para transformar en comunistas las relaciones socialistas de producción.




RENTA: ingreso percibido regularmente por el capital la tierra u otros bienes con independencia de la actividad empresarial. También se llama renta al ingreso de quienes poseen obligaciones de los empréstitos del Estado

RENTA ABSOLUTA: parte de la plusvalía de que se apropian los terratenientes gracias al monopolio de la propiedad privada sobre la tierra; equivale a la diferencia entre el valor y el precio social de producción (ver precio de producción) del producto agrícola. En la agricultura capitalista, el nivel de la técnica es inferior al que existe en la industria, por lo que en la primera es también inferior la composición orgánica del capital (ver). Con la misma inversión de capital, en la agricultura se emplea mayor cantidad de fuerza de trabajo. En estas condiciones, siendo igual el grado de explotación de los obreros en todas las ramas de la producción, en la agricultura se obtendrá más plusvalía que en la industria. La magnitud de la plusvalía creada en la agricultura superará la ganancia media, y el valor de los productos agrícolas será superior al precio social de producción. La diferencia entre el valor y el precio de producción, es decir, la ganancia extraordinaria, los empresarios capitalistas la entregan como renta absoluta a los propietarios de la tierra en concepto de pago por el uso de esta última. La propiedad privada sobre la tierra dificulta el traslado de capitales de la industria a la agricultura, obstaculiza la competencia entre las distintas ramas, la nivelación de la cuota de ganancia (ver) del capital agrícola con la cuota general de ganancia. A diferencia de la renta diferencial (ver), la renta absoluta se obtiene de todas las tierras, independientemente de la fertilidad del suelo y del lugar de emplazamiento de las haciendas, así como del rendimiento de las inversiones adicionales de capital en un mismo terreno. Los campesinos trabajadores, que son propietarios de la tierra, por regla general no obtienen renta absoluta, dado que el nivel de los gastos de producción del producto agrícola en sus haciendas resulta sensiblemente mayor que el nivel general social. La renta absoluta, que encarece los artículos alimenticios, empeora la situación material de los trabajadores. Con el desarrollo del capitalismo, los ritmos de crecimiento de la mecanización del campo son muy inferiores a los que se dan en la ciudad. Ello conduce el crecimiento de la renta absoluta. La nacionalización de la tierra (ver) elimina el monopolio de la propiedad privada sobre la tierra y la renta absoluta que se basa en él.




 
RENTA DIFERENCIAL, EN EL CAPITALISMO: excedente de la plusvalía sobre la ganancia media obtenido gracias a la mayor productividad del trabajo de los obreros agrícolas en tierras relativamente mejores, del que se apropia el dueño de la tierra. La renta diferencial está condicionada por el monopolio capitalista de la tierra como objeto de explotación (ver Monopolio de la tierra como objeto de explotación. En la agricultura desempeña un papel de singular importancia la tierra, cuya particularidad estriba en no ser un producto del trabajo humano, como ocurre con otros medios de producción. Se hallan limitadas no sólo la cantidad de toda la tierra, sino, además, las dimensiones de las tierras de diferente calidad. Aunque las tierras de menor fertilidad pueden transformarse en más fértiles, en cada período determinado la cantidad de tierra de una determinada calidad es limitada. Bajo el capitalismo, la limitación de la tierra hace que surja el monopolio sobre ella como objeto de explotación. Esto significa que las tierras como medio de producción se encuentran monopolizadas por tal o cual capitalista, y no pueden ser explotadas por otro. El monopolio de la tierra como objeto de explotación condiciono las particularidades que presentan los precios de los productos agrícolas. El precio social de producción de los productos de la agricultura se halla regulado por los costos de producción (con un nivel medio en la aplicación de la técnica), en las tierras peores y no en las de calidad media, dado que las tierras mejores y de calidad media no bastan para abastecer con víveres y materias primas a la población urbana y a la industria. Si los precios de producción de las mercancías agrícolas se determinaran por las condiciones de producción de los terrenos de calidad media, los capitalistas no tomarían en arriendo las tierras peores pues en ellas la producción no puede asegurar la cuota media de ganancia al capital invertido. En este caso, el insuficiente volumen de la producción haría que los precios de producción de los productos agrícolas se elevaran, en consonancia con la demanda, hasta el nivel en que resultara beneficioso para los capitalistas, trabajar, también, las tierras peores. Así, pues, el precio social de producción del producto agrícola es igual al costo de producción en la tierra peor (de las que se cultivan) más la ganancia media. Ahora bien, los costos individuales de producción de cada quintal métrico de producto son diferentes en las distintas tierras a consecuencia de la distinta productividad del trabajo. Por este motivo, los precios individuales de producción por unidad de producto también son diferentes. El capitalista que arrienda el peor terreno puede obtener la ganancia media, mientras que el capitalista arrendatario que explota unas tierras relativamente mejores, además de la ganancia media obtendrá una ganancia adicional (extraordinaria). Esta ganancia adicional - parte de la plusvalía- es fruto de un trabajo más productivo de los obreros agrícolas. La mejor calidad de una tierra no proporciona renta diferencial, sino que sirve únicamente de premisa para una diferente productividad del trabajo. La ganancia adicional que se obtiene en las parcelas de tierra relativamente mejores pasa al propietario gracias al derecho de la propiedad privada sobre la tierra y constituye la renta diferencial. Existen des formas de renta diferencial: la renta diferencial I (ver) y la renta diferencial II (ver).



INTERÉS, bajo el capitalismo: parte de la ganancia que el capitalista en funciones, industrial o comerciante, abona al capitalista que concede un préstamo (banquero) por el derecho a utilizar temporalmente el capital prestado. El interés aparece en la superficie de los fenómenos como precio del capital-mercancía, es decir, como una mercancía dineraria sui generis, solicitada por los capitalistas en funciones para producir, con ella, plusvalía. En realidad, el interés no puede ser una expresión dineraria del valor, o sea, el precio del capital de préstamo. Los capitalistas en funciones, al cancelar su deuda, no pueden entregar, por el derecho a utilizar el capital del empréstito, toda la plusvalía obtenida, toda la ganancia. Una parte de la ganancia se entrega en forma de interés al propietario del capital de préstamo; la otra parte se la queda el capitalista industrial en forma de ganancia del empresario (ver). La magnitud del interés de préstamo se exprima en la cuota o tipo de interés, que en la relación entre la suma del interés y la magnitud del capital de préstamo. El limite superior de la cuota de interés se encuentra en la cuota media (general) de ganancia (ver). El tipo de interés depende de la correlación que existe entre la oferta y la demanda de capital de préstamo en el mercado monetario. La cuota de interés tiene tendencia a disminuir, lo cual se halla condicionado, en primer lugar, por la tendencia decreciente de la cuota media de ganancia, y, en segundo lugar, por el hecho de que con el desarrollo del crédito capitalista, la oferta de capitales de préstamo supera cada vez más a su demanda. Esa tendencia decreciente de la cuota de interés, por una parte agudiza la contradicción entre los capitalistas en funciones y los que prestan capital, como su lucha por el reparte de la ganancia; por otra parte, acentúa su interés común en intensificar la explotación de la clase obrera, dado que la fuente tanto de la ganancia como del interés radica en la plusvalía: en el trabajo no pagado de los obreros. Bajo el socialismo, dado que existen las relaciones monetario-mercantiles, el cálculo económico y las operaciones de crédito, el interés constituye una parte del ingreso neto obtenido en la economía socialista; se abona al Banco del Estado por el empleo temporal de recursos monetarios de préstamo. La cuota de interés que se abona se halla regulada por el Estado de manera planificada.




RENTA DIFERENCIAL, EN EL SOCIALISMO: ingreso neto adicional, expresado en dinero o en especie, obtenido en las empresas situadas en tierras de fertilidad mayor y media o mejor comunicada, con los mercados de venta, y también en las que son objeto de una explotación más intensiva. Bajo el socialismo, la renta diferencial, a diferencia de la renta diferencial bajo el capitalismo, es fruto del trabajo colectivo de trabajadores libres de toda explotación, y es una expresión de las relaciones de producción socialistas. La causa directa de la formación de renta diferencial bajo el socialismo radica en el monopolio de las empresas socialistas sobre la tierra en cuanto objeto de explotación; lo que la condiciona es el carácter limitado de las mejores tierras y el mantenimiento de las relaciones monetario-mercantiles. Bajo el socialismo se dan dos formas de renta diferencial de la tierra. La renta diferencial I constituye un ingreso neto adicional, fruto de un trabajo más productivo en las tierras mejores por su fertilidad natural y por su situación. Las empresas agrícolas que labran tierras más fértiles obtienen por unidad de superficie cultivada más producción y con menos gastos en comparación con las empresas que utilizan las tierras peores. Al realizar la producción a precios únicos por zona, las empresas que disponen de las mejores tierras obtienen un ingreso neto adicional: la renta diferencial I. Para las empresas situadas más cerca de los mercados de venta, y también más cerca de las bases de aprovisionamiento de maquinaria, combustible, abonos y otros artículos industriales, los gastos de transporte son inferiores a los de las empresas situadas a mayores distancias y por este motivo aquéllas también obtienen un ingreso neto adicional. La renta diferencial II constituye un ingreso neto adicional obtenido por un aumento de la productividad del trabajo en las empresas agrícolas de explotación más intensiva. Una parte de la renta diferencial obtenida por las empresas agrícolas se destina a desarrollar su economía y a estimular materialmente a los trabajadores. Otra parte pasa a disposición del Estado -a través del sistema de precios por zonas y a través del impuesto de utilidades para satisfacer las necesidades generales del país. También se crea renta diferencial en las empresas del Estado (en algunos sovjoses, minas, etc.). En estos casos, el ingreso adicional se obtiene a consecuencia de utilizar suelos de mayor fertilidad, yacimientos de hulla -y otros minerales- más ricos. La renta diferencial obtenida en estas empresas pasa enteramente a disposición del Estado socialista.

RIQUEZA NACIONAL: conjunto de bienes materiales de que dispone la sociedad. Según sea el modo de producción dominante, dicha riqueza es propiedad de toda la sociedad o de algunas de sus clases, grupos y personas. Bajo el capitalismo, las clases explotadoras poseen la mayor parte de la riqueza nacional. Bajo el socialismo, la riqueza nacional se compone de los bienes materiales acumulados (conjunto de medios de producción y de artículos de consumo), creados por el trabajo de las generaciones precedentes y de la actual, y también de los recursos naturales puestos en explotación. En el crecimiento de la riqueza nacional desempeña un gran papel la experiencia de producción y científico-técnica de los trabajadores. "El grado de habilidad de la población existente constituye siempre una premisa de toda la producción y, por consiguiente, la principal acumulación de riqueza" (C Marx). Los recursos naturales no incorporados aún en el proceso de la reproducción socialista, constituyen un bien social que es riqueza nacional en potencia. En dependencia de su significado para la vida de la sociedad, todos los bienes materiales, creados por el trabajo y que integran la riqueza nacional, se dividen en las siguientes partes: 1) Fondos de producción, básicos y de rotación, de la economía nacional, que incluyen los medios de trabajo (máquinas y herramientas, equipos, edificios e instalaciones destinados a la producción, etc.) y los objetos de trabajo que han sido sometidos a una elaboración previa (materias primas, materiales, combustible, etc.). 2) Reservas en mercancías de la economía nacional. A ellas pertenecen, en primer lugar, los fondos de circulación: reservas de productos terminados en los almacenes de las empresas socialistas y de las organizaciones comerciales destinadas a la circulación según un plan; en segundo lugar, reservas y fondos de seguros de la economía nacional: parte de la producción destinada a eliminar posibles desproporcione o a ser utilizada en circunstancias especiales (por ejemplo, en caso de desastres) y no colocada, en un momento dado, en la esfera de la circulación. 3) Fondos no productivos: fondo de viviendas, fondos de cultura y servicios (escuelas, hospitales, teatros, cines, etc., así como sus instalaciones). 4) Bienes personales de la población: casas, menaje, aparatos de uso doméstico. ropa, etc. 5) Bienes naturales incorporados al proceso de producción: superficies de cultivo, bosques, aguas, yacimientos minerales explorados, reservas de energía hidráulica, etc. Bajo el socialismo, la riqueza nacional pertenece a la sociedad en su conjunto o a determinadas colectividades económicas, a organizaciones sociales o, finalmente, a las familias y a los miembros individuales de la sociedad. Crece rápidamente a medida que se desarrolla la producción social y aumentan los fondos de acumulación y consumo, así como también debido a la incorporación, cada vez más amplia y multilateral, de los recursos naturales a la explotación económica, a medida que se acumulan y se utilizan los conocimientos científico - técnicos y la experiencia productiva, a medida que crece el dominio sobre las fuerzas de la naturaleza. El crecimiento de la riqueza nacional bajo el socialismo ofrece cada día más posibilidades para elevar la productividad del trabajo social y para hacerlo más llevadero, así como también para elevar el nivel de la vida material del pueblo.



ROTACIÓN DEL CAPITAL: ciclo del capital (ver) tomado no como un acto aislado, sino como un proceso que se repite periódicamente. En una rotación el capital pasa de su forma monetaria a su forma productiva (bajo el aspecto de medios de producción y fuerza de trabajo), y en esta fase se crea la plusvalía; luego el capital vuelve pasar de su forma mercantil a la forma monetaria. El tiempo de rotación del capital se compone del tiempo de producción y del tiempo de circulación. Cuando el ciclo del capital se considera como un proceso que se repite periódicamente, las diferentes partes del capital actúan de modo distinto y efectúan sus rotaciones en diversos espacios de tiempo. Parte del capital desembolsado para adquirir edificios, instalaciones, máquinas y equipos (capital fijo), revierte lentamente, en el transcurso de varios períodos de producción. Otra parte del capital, la desembolsada para adquirir materias primas materiales auxiliares, etc. (capital circulante), revierte en el transcurso de un período de producción. Para medir la velocidad de rotación se toma como unidad el año. La velocidad de rotación del capital se refleja en la cuota de ganancia. Cuanto más rápidamente gira el capital, cuanto menor es el capital que se ha de desembolsar para cada rotación, tanto mayor es la cuota de ganancia, si las demás condiciones permanecen iguales.


SALARIO, EN EL CAPITALISMO: expresión monetaria del valor (del precio) de la fuerza de trabajo vendida por el obrero asalariado al capitalista. Es un exponente de las relaciones de explotación a que los capitalistas someten a los obreros. Después de trabajar cierto tiempo en una empresa, el obrero recibe del capitalista una determinada suma de dinero en calidad de salario. Aparentemente, al obrero se le paga todo el trabajo y el salario es el precio de su trabajo. Pero, como quiera que el trabajo, fuente de todo valor, no posee valor, tampoco puede tener precio. Lo que se paga en forma de salario no es toda la jornada, sino únicamente la parte en que se reproduce lo equivalente al valor de la fuerza de trabajo; durante la otra parte, no pagada, de la jornada de trabajo, el proletario crea la plusvalía, de la que se apropie el capitalista. El valor de la fuerza de trabajo es determinado por el de los medios de vida indispensables para la subsistencia del obrero y de los miembros de su familia, para la reproducción de la fuerza de trabajo. En su afán de obtener beneficios, los capitalistas procuran disminuir el salario por debajo del valor de la fuerza de trabajo. Esta diferencia entre el valor y el precio de la fuerza de trabajo constituye una fuente adicional de ganancia capitalista. En la sociedad capitalista existen dos formas principales de salario: por tiempo y a destajo. El salario por tiempo se paga con arreglo al tiempo en que funciona la fuerza de trabajo (hora, día, semana): ofrece al capitalista amplias posibilidades para aumentar el grado de explotación alargando la jornada laboral. En los casos en que los capitalistas acceden a reducir esta jornada disminuyen correspondientemente el salario y aumentan la intensidad del trabajo de los obreros. Con el salario a destajo (por piezas) el valor de la fuerza de trabajo se paga en dependencia de la cantidad y de la calidad de los artículos elaborados o de las operaciones de producción ejecutadas. Esta forma de salario disimula en mayor medida que el salario por tiempo la explotación de los obreros. Aparentemente, el obrero vende al capitalista los productos de su trabajo. En realidad, sin embargo, el capitalista se apropia gratuitamente de parte del nuevo valor, como plusvalía. En distintos períodos alcanza mayor difusión una u otra forma salarial, en dependencia de las ventajas que proporcionan a los capitalistas. En el capitalismo moderno, cuando se emplean en gran escala novísimas máquinas y dispositivos automáticos, cuando se borran las diferencias individuales en el trabajo de los obreros, se aplica cada vez más el tipo de salario por tiempo. Lo característico de las condiciones actuales estriba en que se establecen algunos nuevos sistemas de salarios (variantes de las formas del salario por tiempo y a destajo), tendientes a aumentar más aun la explotación de los obreros intensificando el trabajo. Lenin caracterizaba estos sistemas de salario como sistemas ''científicos" de exprimir sudor. Entre tales sistemas extenuantes de trabajo, los más empleados son el Taylor (la norma de trabajo se calcula partiendo de la máxima tensión de fuerzas del obrero), el sistema Helsi (el coeficiente de la remuneración se establece a tenor de lo que se produce por encima de la norma), el sistema de la evaluación analítica de los trabajos (se establece una cantidad de tarifas de salarios mediante una compleja estimación, por puntos, de los diversos tipos de trabajo), etc. Hay que distinguir entre salario nominal y salario real. El salario nominal es la suma de dinero que el obrero, por su fuerza de trabajo, recibe del capitalista. El salario real es el conjunto de medios de vida y de servicios que el obrero puede comprar con la remuneración monetaria que percibe. El nivel del salario real depende del monto del salario nominal y del nivel de los precios de los bienes y servicios indispensables al obrero y a su familia, así como de los impuestos que sobre éste gravitan. En el capitalismo se observa la tendencia a que el salario vaya a la zaga del valor de la fuerza de trabajo y a que disminuye el nivel del salario real. Con su lucha (económica y política), los trabajadores se oponen a que se rebajen los salarios, exigen que se eleven. Pero bajo el capitalismo incluso sosteniendo una lucha económica activísima, los obreros sólo pueden lograr, en algunos períodos que los salarios se aproximen al valor, de la fuerza de trabajo; no pueden librarse de la explotación capitalista. Esto sólo puede alcanzarse como resultado de una amplia lucha política de la clase obrera por liquidar el régimen capitalista y sustituirlo por el socialista.


SALARIO, EN EL SOCIALISMO: forma de remuneración según el trabajo realizado aplicada en el sector estatal de la economía socialista, remuneración con que se repone en su valor la parte fundamental de los gastos de trabajo necesario de quienes laboran en la esfera de la producción material y de quienes realizan una labor social útil en la esfera no productiva. La necesidad objetiva de dicha categoría en la economía socialista se halla condicionada por la acción de la ley de la distribución con arreglo al trabajo (ver) y por el hecho de que, bajo el socialismo, se conservan la producción mercantil y el dinero. A diferencia de lo que ocurre en el régimen capitalista, el salario en el régimen socialista no se presenta como forma transfigurada del valor y del precio de la fuerza de trabajo, dado que ésta última, bajo el socialismo, no es una mercancía. El salario, bajo el socialismo, expresa relaciones de producción socialistas y sirve como medida de trabajo y como medida de consumo. Su magnitud se halla en dependencia de la cantidad y la calidad del trabajo; caracteriza, por ende, la aportación laboral de cada trabajador. El perfeccionamiento del Salario constituye uno de las medidas mas importantes para utilizar plenamente el estimulo del interés material, objetivamente inherente al socialismo (ver Estímulos materiales y morales del trabajo). Como medida de consumo, el salario sirve de fuente principal para satisfacer las necesidades materiales culturales de los obreros y de los empleados. El Estado socialista fija el nivel de los salarios según un plan, teniendo en cuenta, en primer lugar, las diferencias entre trabajo calificado y no calificado, entre trabajo pesado y no pesado. Por otra parte, regulando el nivel de los salarios se asegura una distribución más racional de las reservas de mano de obra entre las diversas ramas de la economía y las regiones económicas del país. Se tienen en cuenta las múltiples condiciones de la remuneración del trabajo a través de un sistema de tarifas tomadas como base para la organización del salario. En la economía socialista existen dos formas principales de salario: por obra realizada y por tiempo. El salario por obra realizada -salario que depende de lo que el trabajador elabora- puede ser directo, progresivo con pago de primas, e indirecto por obra realizada. También existe el salario individual por obra realizada y el colectivo. Las formas colectivas de salario van ganando en importancia sin cesar, pues contribuyen a elevar la productividad del trabajo, a mejorar la calidad de la producción y a formar en los trabajadores el espíritu del colectivismo, la actitud comunista ante el trabajo. El salario por tiempo -en este caso el salario depende de la duración del tiempo de trabajo y de la calificación del trabajador- se subdivide en salario simple por tiempo y salario por tiempo con pago de premios. Dado que en la producción se establecen cada día más métodos de mecanización compleja del trabajo, de producción continua y en cadena, se va ampliando la esfera en que se aplican salarios por tiempo (sobre todo con pago de premios). Cuando se planifican los salarios y se controla cómo se han aplicado, es de enorme transcendencia para la economía nacional hacer que el incremento de la productividad del trabajo preceda a la elevación de los salarios, pues esto permite que la producción social aumente y, en última instancia, que se eleve el bienestar de los trabajadores. Para la economía nacional de la U.R.S.S., la regulación de salarios efectuada con el fin de elevar el salario mínimo y el de muchas categorías bajas ha sido de gran importancia. Se han eliminado las diferencias salariales entre los departamentos administrativos fijando tarifas únicas por ramas de la producción y por profesiones; se ha regulado la concesión de premios. También en el período de la amplia edificación del comunismo sigue siendo necesario perfeccionar los salarios. Durante el período de perspectiva general, el volumen de los ingresos reales se elevará en más de 3,5 veces por habitante. Se irá reduciendo sin cesar la diferencia de niveles salariales entre las categorías de trabajadores de baja remuneración y las de remuneración elevada. Este hecho, junto con la creciente satisfacción de las necesidades de los trabajadores a cuenta de los fondos sociales de consumo (ver), creará las premisas del paso a la distribución según las necesidades.



SISTEMA CAPITALISTA DE ECONOMÍA MUNDIAL: conjunto de relaciones económicas entre las economías nacionales de los países capitalistas que asegura una situación dominante a un pequeño número de estados imperialistas. La economía capitalista mundial queda estructurada por completo cuando el capitalismo pasa a la fase del imperialismo (ver). Dicho sistema acabó de formarse gracias a los progresos de la gran industria capitalista en muchos países, a los avances registrados en la división internacional del trabajo y en el mercado mundial, a la exportación de capitales y a la subordinación de los países atrasados a un pequeño grupo de estados imperialistas. La economía capitalista mundial no constituye, en esencia, una simple suma de unidades económicas nacionales, sino un sistema mundial de subordinación financiera y de explotación de los países coloniales, dependientes y económicamente poco desarrollados, por un puñado de potencias capitalistas "avanzadas". La división capitalista internacional del trabajo condena a los países atrasados a no liberarse de su condición de apéndices agrarios abastecedores de materias primas respecto a los estados imperialistas. El mercado capitalista mundial y las relaciones crediticias son eslabones importantes de la economía capitalista mundial en la esfera de la circulación. Constituyen rasgos característicos del mercado capitalista mundial su carácter anárquico y el intercambio no equivalente entre los países industrialmente desarrollados y los agrarios, en detrimento de estos últimos. En las condiciones de la crisis general del capitalismo, en el periodo en que se hunde el sistema colonial del imperialismo, los monopolios procuran conservar los debilitados nexos de la economía capitalista mundial recurriendo a nuevas formas de sujeción y dominio, mediante diferentes tipos de organizaciones monopolistas de Estado ("Mercado Común") y el neocolonialismo (ver). En las condiciones actuales, se dice en el Programa del P.C.U.S, "la liquidación del régimen capitalista en un numeroso grupo de países, el desarrollo y el reforzamiento del sistema socialista mundial, la desintegración del sistema colonial y el hundimiento de los viejos imperios, el desplome -iniciado ya- de la estructura económica colonial de los países liberados, la ampliación de los lazos económicos entre estos países y el mundo socialista, todo ello ahonda la crisis de la economía capitalista mundial". Agudas contradicciones desgarran el sistema capitalista de economía mundial; en su seno se libra una encarnizada lucha competitiva entre los estados imperialistas y también entre los monopolios internacionales por los mercados, por las esferas de inversión de capitales y por la obtención de elevadas ganancias. Bajo los golpes del movimiento obrero revolucionario y de la lucha de liberación nacional, se van desgajando del sistema capitalista mundial un país tras otro, y estos países emprenden la edificación del socialismo y forman el sistema socialista de economía mundial (ver). Hasta el hundimiento definitivo del imperialismo, la mejor política que ha de presidir las relaciones entre estos dos sistemas de economía mundial es la que se inspira en el principio de la coexistencia pacífica y en la emulación económica.



SISTEMA SOCIALISTA DE ECONOMÍA NACIONAL: economía planificada que tiene por base la propiedad social sobre los medios de producción. El sistema socialista de economía se desarrolla según un plan y a altos ritmos con miras a satisfacer mejor las necesidades materiales y culturales del pueblo. Se diferencia por principio del sistema capitalista de economía y en comparación con él posee importantes ventajas. Entre las de más trascendencia hay que incluir: 1) El sistema socialista de economía se basa en la propiedad social sobre los medios de producción, con lo que se excluye la explotación del hombre por el hombre. Todos los miembros de la sociedad socialista se encuentran en situación igual frente a los medios de producción y están obligados a trabajar. El desarrollo del sistema socialista de economía se efectúa en interés de los propios trabajadores. Todo el producto social creado les pertenece y se distribuye de modo que se eleve el nivel de vida del pueblo. 2) El sistema socialista de economía se desarrolla de manera planificada y a ritmos elevados. El hecho de que no exista la anarquía de la producción ni la competencia abre amplias posibilidades al progreso rápido e incesante de las fuerzas productivas. La economía socialista líquida de manera definitiva y para siempre el paro forzoso, permite utilizar de la manera más racional y completa los recursos laborales de la sociedad. 3) La dirección del sistema socialista de economía se basa en el principio leninista del centralismo democrático. La centralización rigurosa en la dirección de la economía socialista se combina con la participación amplia y activa de las masas trabajadoras en la dirección de la producción. Lo que contribuye a descubrir nuevas fuentes y reservas de crecimiento de la producción social. Las ventajas indiscutibles del sistema socialista de economía frente al capitalista han hallado su demostración en el curso de la construcción del socialismo y del comunismo. Mientras que el sistema capitalista de economía necesitó de dos a tres siglos para instaurar su dominio, el sistema socialista de economía en la Unión Soviética y en otros países socialistas lo ha hecho en menos de un cuarto de siglo. La mejor prueba de las ventajas que presenta el sistema socialista de economía estriba en el crecimiento de su fuerza de atracción para los pueblos del mundo capitalista, en el crecimiento de su potencia económica y en que asegura a todo el pueblo la elevación del nivel de vida material y cultural.



SISTEMA MONETARIO: estructura monetaria, sistema legalmente establecido de la circulación monetaria en un país. Comprende: 1) la mercancía, que desempeña la función de equivalente general; 2) la unidad monetaria: el patrón de precios; 3) los medios legales de circulación y los medios de pago (dinero metálico, papel moneda, moneda fiduciaria: billetes de banco) ; 4) el sistema de acuñación de las monedas (de pleno contenido: de oro; subsidiarias - moneda de cambio- de plata y cobre); 5) el tipo de emisión de los billetes de banco y de los valores del Estado (dinero papel). El sistema monetario como forma en que se organiza la circulación del dinero no es único para todos los estados. La base del sistema es la mercancía que desempeña la función de dinero: el oro, la plata o ambos metales a la vez. En un principio, el sistema monetario dominante fue el bimetalismo con el cual la plata y el oro cumplían simultáneamente la función de medidas de valor. A finales del siglo XIX, la mayor parte de los países adoptaron el sistema monometalista, basado en el oro. La acuñación de las monedas de oro era libre, como eran asimismo libres el cambio de los otros signos monetarios en monedas de oro y el movimiento del oro entre los países. Durante la primera guerra mundial, la mayor parte de los países capitalistas adoptaron el sistema del papel moneda con el cual el oro cumple la función de medida de valor, mientras que la función de medio de circulación y de pago la cumplen los billetes de banco y los títulos de valor, que no se cambian por el oro y, en consecuencia, pueden desvalorizarse. En el periodo de la crisis general del capitalismo, se da una circulación inflacionaria del dinero papel en los países del mundo burgués. Bajo el socialismo, la circulación monetaria constituye un movimiento de dinero desde un centro -el Banco de Estado- hacia todos los distritos, empresas y organizaciones del país, e inversamente, lo cual permite al Banco de emisión establecer una regulación operativa de la circulación monetaria. En los países socialistas, existe el monopolio estatal de divisas, es decir, el Estado posee el derecho exclusivo de efectuar todas las operaciones con monedas extranjeras y otros valores equivalentes, concentra en sus manos todas las reservas monetarias. A consecuencia de este monopolio, los sistemas monetarios de los países socialistas no dependen del mercado capitalista de divisas ni están sujetos a las fluctuaciones espontáneas inherentes al mismo. Todas estas ventajas del sistema monetario socialista han permitido hacer sólidas y firmes las monedas de los países socialistas. La estabilidad de la moneda soviética es garantizada tanto por las reservas de oro como por las masas de mercancías que se encuentran en manos del Estado y que se venden a precios fijos, establecidos según un plan.

SINDICATO: una de las formas en que se asocia el capital monopolista; se caracteriza por el hecho de que las empresas que entran en el sindicato pierden su independencia comercial en la venta de la producción, mas conservan su independencia productiva y jurídica. La pérdida de la independencia comercial se traduce en que es la oficina del sindicato la que se ocupa de la venta de las mercancías y, a veces, de la compra de materias primas; a dicha oficina han de entregar sus mercancías los miembros del sindicato a precios establecidos de antemano. Así, pues, el sindicato actúa como intermediario entre las empresas y el mercado. El objetivo del sindicato, como de cualquier otra forma de agrupación monopolista, consiste en obtener elevadas ganancias monopolistas y aumentar la estabilidad en la lucha competitiva. Los empresarios también utilizan los sindicatos como una de las formas de las organizaciones de clase de los capitalistas en su lucha contra los trabajadores.



TRABAJO: proceso que se efectúa entre los hombres y la naturaleza y en el cual, los hombres -valiéndose de los instrumentos de trabajo, y mediante su actividad dirigida a un fin-- modifican los objetos de la naturaleza de modo que con éstos puedan satisfacer sus necesidades. El proceso de trabajo abarca tres aspectos: 1) la actividad del hombre dirigida a un fin, o sea, el trabajo mismo, 2) el objeto de trabajo, y 3) los medios de trabajo con que el hombre actúa sobre dicho objeto. El trabajo es la condición primera y fundamental de la existencia humana. Gracias al trabajo el hombre se separó del mundo animal, empezó a elaborar instrumentos de producción y pudo desarrollar sus facultades, determinantes del ulterior proceso del desarrollo social. En el proceso de trabajo, los hombres al obtener los medios de subsistencia entran en determinadas relaciones unos con otros: las relaciones de producción (ver). El carácter del trabajo y la forma en que la fuerza de trabajo humana se une con los medios de producción dependen del modo de producción dominante. En el régimen de la continuidad primitiva, el trabajo se realiza en común, es colectivo, la propiedad sobre los medios de producción y los productos del trabajo son comunitarios. En dicho régimen no se da la explotación del trabajo. Al surgir la división social del trabajo, la propiedad privada y la producción mercantil, el trabajo adquiere un doble carácter (ver Trabajo abstracto, Trabajo concreto). En las formaciones económico-sociales antagónicas de clase (régimen esclavista, régimen feudal y régimen capitalista) la fuerza de trabajo del hombre en el proceso de trabajo, es objeto de dura explotación por parte de los dueños de esclavos de los señores feudales y de los capitalistas, y estas clases explotadoras se apropian gratuitamente de los resultados de una gran parte de la labor de los trabajadores. Bajo el modo esclavista de producción surge la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo físico (ver), oposición que se agudiza en grado extremo bajo el capitalismo. El modo capitalista de producción basado en la explotación del trabajo asalariado, deforma física y espiritualmente al hombre, condenándolo por toda la vida a ejecutar una determinada operación, convierte al obrero en un simple apéndice de la máquina. En la sociedad capitalista la organización del trabajo se mantiene mediante la disciplina del hambre, bajo la constante amenaza de que el trabajador sea expulsado de la producción, se mantiene por el temor de los trabajadores a quedarse sin medios de subsistencia. De ahí que, bajo el capitalismo, el trabajo sea para el obrero una pesada carga y una obligación forzosa, carezca de todo contenido creador. Bajo el socialismo y el comunismo el carácter del trabajo cambia radicalmente. La revolución socialista elimina para siempre toda forma de explotación del trabajo. En el decurso de la edificación socialista y comunista la colaboración amistosa y la ayuda mutua entre los hombres libres de la explotación engendran una nueva actitud hacia el trabajo. El trabajo se convierte cada vez más en una cuestión de honor y dignidad de cada individuo. En la base del trabajo se encuentra la disciplina consciente de los hombres que se unen para forjar el comunismo. Bajo el socialismo impera el principio: "Quien no trabaja no come", existe para todos la obligación de trabajar para la sociedad y recibir de ella lo que corresponda con arreglo a la cantidad y calidad del trabajo invertido. EI derecho al trabajo, en la sociedad socialista se halla asegurado por el carácter planificado de la producción social, por la supresión del paro forzoso. Bajo el comunismo, el trabajo no solo representará un medio para subsistir, sino que constituirá la primera necesidad vital del hombre desarrollado en todos los aspectos, será una fuente de inspiración creadora y de placer (ver Trabajo comunista, Trabajo necesario, Cooperación socialista del trabajo, Emulación socialista, Diferencias esenciales entre el trabajo intelectual y el trabajo físico).


VALOR: trabajo social de los productores materializado en las mercancías. El valor es una categoría económica inherente a toda producción mercantil (ver Formas del valor). Las mercancías poseen, por una parte, valor de uso (ver) creado por el trabajo concreto (ver) y por otra parte, valor. Si hacemos abstracción de las propiedades concretas de las mercancías como valores de uso, resulta que todas ellas son simples condensaciones de trabajo humano en general, de trabajo abstracto (ver); es decir, de gasto de energías cerebrales, nerviosas y musculares. El trabajo abstracto es el que forma el valor de las mercancías. Por medio de las cosas-mercancías el valor expresa las relaciones de producción (ver) entre los hombres. La magnitud del valor de la mercancía cambia en proporción directa a la cantidad de trabajo socialmente necesario y en proporción inversa a la productividad del trabajo. En la economía mercantil rige la ley del valor (ver). El valor consta de distintas partes en dependencia del modo de producción dominante; cada una de esas partes desempeña una función propia en la economía y en las relaciones sociales de los hombres. Así, bajo el capitalismo, el valor de la mercancía se descompone en las tres partes siguientes: capital constante (c), capital variable (v) y plusvalía (p), en las cuales se refleja el carácter de las relaciones capitalistas de producción relaciones con que el capital explota al trabajo. En la U.R.S.S. la producción mercantil se desarrolla en el marco de las relaciones socialistas de producción, donde se ha eliminado la explotación del hombre por el hombre. Ello encuentra su reflejo en el cambio radical experimentado tanto por el contenido como por la estructura del valor de la mercancía, que consta del valor de los medios de producción consumidos, del valor del producto necesario y del valor del plusproducto. En el proceso de producción del producto social, se separa constantemente parte de dicho producto como fondo de reposición de los medios de producción consumidos y de los medios de subsistencia de los trabajadores, fondo que constituye una condición obligatoria para que se reanude cada ciclo de producción. Este proceso objetivo es el que se encuentra en la base de la separación de las dos primeras partes del valor (valor de los medios de producción consumidos y valor del producto necesario) en forma de costo de producción (ver). Parte del valor del plusproducto, en el proceso del ciclo de los modios se separa en forma de ingreso neto de la economía socialista. En la economía socialista, el trabajo abstracto no se opone como su contrario a los tipos concretos de trabajo, sino que actúa como forma única de su medida social.


VALOR DE USO: utilidad de una cosa, capacidad que posee de satisfacer una necesidad cualquiera que sea, del hombre, de la sociedad. El valor de uso está condicionado por las propiedades físicas, químicas y otras propiedades naturales de la cosa, y también por las que ésta haya adquirido a consecuencia de la actividad humana dirigida a un fin. El valor de uso lo crea el trabajo concreto (ver). Son valores de uso tanto los productos del trabajo como muchas otras cosas dadas por la naturaleza (aire, agua, frutos silvestres, etc.). A medida que la ciencia y la técnica progresan, el hombre descubre en el mundo que le rodea nuevas propiedades de las cosas y las pone a su servicio, con lo que aumenta la diversidad de los valores de uso. Algunas cosas satisfacen, directamente las necesidades personales del hombre, sirven de objetos de consumo personal (alimentos, vestido, etc.); otras sirven como medios para producir bienes materiales, es decir, son medios de producción (máquinas, materias primas, combustibles, etc. El valor de uso es una propiedad inherente a toda cosa útil, independientemente de la forma social de producción. Toda la multiplicidad de flores de uso constituyen "el contenido material de la riqueza, cualquiera sea su forma social" (C. Marx). Ahora bien, el papel del valor de uso cambia cuando cambia el modo de producción. Así, en las condiciones de la producción mercantil, el valor de uso constituye uno de los dos motores de la mercancía y actúa como portador del valor de cambio, tras el cual se oculta el valor (ver). El estudio del valor de uso como tal, es decir, de las propiedades naturales de las cosas, corresponde al peritaje mercantil y otras ciencias aplicadas, mientras que la economía política estudia el valor de uso como portador del valor. La particularidad del valor de uso de una mercancía estriba en que tal valor ha de poseer la propiedad de satisfacer necesidades del que compra la mercancía dada es decir, ha de actuar como valor social de uso. En el régimen de producción capitalista, el valor de uso interesa al capitalista únicamente en cuanto portador del valor y de la plusvalía, pues el fin inmediato de dicho tipo de producción no consiste en satisfacer las necesidades de la sociedad y del hombre, sino en extraer ganancias. Bajo el régimen socialista, la creación del valor de uso de uso de la mercancía en determinada cantidad, surtido y calidad, tiene como objetivo directo el de satisfacer en grado creciente las necesidades de los miembros de la sociedad.


VALOR SOCIAL (DE MERCADO): valor de la masa fundamental de mercancías producidas en una rama determinada de la producción capitalista; valor individual de las mercancías producidas en las condiciones de producción socialmente normales en la rama dada, artículos que constituyen un volumen considerable de las mercancías de la rama en cuestión. En distintas empresas, según sea su nivel técnico y según este organizada la producción, se requiere una diferente cantidad de trabajo para elaborar la unidad de producto de la misma calidad. Ello hace que en las empresas de referencia el valor individual de las mercancías sea diferente. No obstante, en un mismo período de tiempo y en un mismo mercado, las mercancías de la misma clase se venden a un precio único. En la baso de dicho precio se encuentra el valor social de la mercancía, valor que no es determinado por las condiciones individuales de producción, sino por las socialmente necesarias, es decir, por las condiciones de producción en que se elabora la masa principal de mercancías de cada rama da la producción, como resultado de la competencia dentro de cada rama de producción (ver), los valores individuales de las mercancías elaboradas en las empresas de la rama dada, se reducen a un valor social (de mercado) único. En el capitalismo, la venta de mercancías por su valor social (de mercado) da origen a la desigualdad de las cuotas de ganancia dentro de cada rama de producción. Los capitalistas que producen mercancías de valor individual inferior al valor medio (valor de mercado) en la rama correspondiente, no sólo obtienen la ganancia habitual, sino, además, una superganancia derivada de la diferencia entre el valor de mercado y el valor individual. Los capitalistas que producen mercancías de valor individual superior al valor medio en la rama correspondiente, se ven obligados a venderlas a un precio interior al de dicho valor individual, por lo que reciben una ganancia por debajo de la cuota media habitual, y en determinadas condiciones hasta pueden sufrir pérdidas. Esto incita a los capitalistas a introducir nueva maquinaria y a reducir los costos de producción. El capitalismo monopolista no elimina el proceso de formación del valor social (de mercado), sino que todavía agudiza mas la contradicción entre el valor individual y el valor de mercado de suerte que la reducción del valor individual al social va acompañada de una implacable lucha competitiva entre los capitalistas, provoca la ruina y la expropiación de las empresas que trabajan en peores condiciones de producción y a veces incluso en las condiciones medias.







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